Por Amanda MacMillan
El ameloblastoma es un tipo de tumor poco frecuente que se origina en la mandíbula, a menudo cerca de las muelas del juicio o los molares. Está formado por células que forman el esmalte que protege los dientes.
El tumor puede causar dolor o hinchazón y puede cambiar el aspecto de tu cara. Si no se trata durante mucho tiempo, puede volverse canceroso y extenderse a los ganglios linfáticos o a los pulmones.
Cualquiera puede padecer uno de estos crecimientos, pero son más frecuentes en adultos de 30 a 60 años. En Estados Unidos se diagnostican entre 300 y 600 casos al año.
Síntomas
Los tumores suelen crecer lentamente durante muchos meses o incluso años. Durante un tiempo, el único síntoma puede ser la hinchazón en la parte posterior de la mandíbula. También puede tener dolor de dientes o de mandíbula.
Algunas personas no tienen ningún síntoma. Se descubre cuando se les hace una exploración de imagen por algún otro motivo.
En ocasiones, los ameloblastomas crecen de forma rápida y dolorosa. Pueden arrancar y desplazar los dientes. También pueden extenderse a la nariz, la cuenca del ojo o el cráneo.
En raras ocasiones, pueden crecer tanto que obstruyan las vías respiratorias, dificulten la apertura y el cierre de la boca o afecten al modo en que el organismo ingiere los nutrientes de los alimentos.
Causa
Los médicos no están seguros de cuál es la causa de los ameloblastomas ni de por qué ciertas personas los padecen. Sí saben que son más frecuentes en los hombres que en las mujeres, y que ciertos genes parecen desempeñar un papel.
Una lesión en la mandíbula o una infección en la boca también pueden aumentar el riesgo. Y los científicos creen que algunos virus o la falta de proteínas o minerales en la dieta también pueden estar relacionados con ellas.
Diagnóstico
Los dentistas suelen detectar estos tumores en las radiografías: pueden parecer pompas de jabón en la película. También se pueden diagnosticar con lo siguiente:
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Resonancia magnética (MRI): Se utilizan potentes imanes y ondas de radio para obtener imágenes de su boca.
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TC (tomografía computarizada): Se toman varias radiografías desde distintos ángulos y se juntan para mostrar información más detallada.
Es posible que el médico quiera tomar una pequeña muestra de tejido para observarla al microscopio. Para tomar la muestra, utilizarán una aguja o harán un pequeño corte. Esto se llama biopsia, y puede confirmar que se trata de un ameloblastoma y ayudar a determinar la rapidez con la que está creciendo.
Tratamiento
Los fármacos y la radiación no parecen tener mucho efecto en la mayoría de los ameloblastomas no cancerosos, por lo que suelen tratarse con cirugía. Para asegurarse de que las células tumorales no vuelvan a crecer, el médico extirpará el tumor y parte del tejido sano que lo rodea.
Es posible que haya que extirpar parte de la mandíbula, así como algunas de las arterias y nervios que afectan a la cara. Su médico le recomendará una intervención quirúrgica para volver a crear su mandíbula utilizando hueso de otra parte de su cuerpo o hueso artificial. También es posible que necesite rehabilitación para aprender a sonreír y masticar de nuevo.
Después de la operación, se le hará un TAC para asegurarse de que el tumor ha desaparecido. Deberá someterse a exploraciones de seguimiento durante los siguientes 5 años aproximadamente para asegurarse de que no vuelve a crecer.
Si el tumor vuelve a aparecer, es más probable que se convierta en un cáncer. Si se extiende a otras partes del cuerpo, se suele recomendar la radiación para ralentizar o detener su crecimiento.
Los científicos esperan encontrar nuevos tratamientos que puedan reducir estos tumores sin necesidad de cirugía. Están probando fármacos que combaten los cánceres relacionados con genes problemáticos similares para ver si tienen los mismos efectos en los ameloblastomas.