Hacer amigos: Qué hacer cuando tu hijo no puede

De los archivos del médico

Con canciones, comedias, telenovelas y películas que celebran la amistad, está claro que la sociedad da mucha importancia a los amigos. Por ello, los padres suelen preocuparse cuando sus hijos no parecen encajar o, lo que es peor, encajan en el grupo equivocado.

Pero los expertos dicen que los padres no deben preocuparse sólo porque su hijo no sea el más popular de la clase o el alma de la fiesta.

"Mi regla general cuando trabajo con niños es que no me preocupan demasiado los niños que tienen un amigo o un par de amigos, pero hay algunos niños que, por la razón que sea, no tienen amigos, y eso puede ser problemático", explica el doctor Jonathan Poghyly, psicólogo infantil del Children's Memorial Hospital, en Chicago. "Si un niño tiene al menos un amigo, existe un marco de referencia y un foro en el que practicar la amistad".

Los padres pueden empezar a notar que su hijo está empezando a desarrollar un patrón con respecto a los amigos y la amistad a partir de los 3 ó 4 años, dice Charles Sophy, psiquiatra de Beverly Hills, California. "Si los profesores, cuidadores o entrenadores le dicen que su hijo es un solitario en el patio de recreo, que no comparte bien, que es rechazado cuando intenta unirse a un grupo y/o que es agresivo, puede ser algo a lo que deba prestar atención", dice.

Según Sophy, el primer paso es analizar la situación de su hijo desde varios ángulos. "¿Está durmiendo? ¿Está comiendo bien? ¿Está haciendo su trabajo en la escuela? ¿Se le estimula de forma adecuada a su edad? ¿Hace ejercicio y sale socialmente?"

Las respuestas a estas preguntas pueden ser reveladoras y ayudar a los padres a orientarse en la dirección correcta, explica. Por ejemplo, la falta de sueño puede provocar irritabilidad y falta de energía para socializar.

"También tienes que mirarte a ti mismo como padre", dice. "¿Eres un modelo de buen comportamiento? ¿Tienes amigos? ¿Disfrutas de tus amigos y sales con ellos? ¿Tienes citas de juego en grupo en las que las madres y los padres pasan el rato mientras los niños juegan?" Estos tipos de comportamiento animarán y motivarán a tus hijos a valorar a los amigos y las amistades.

Tiene la culpa la ansiedad?

Otra posible razón por la que tu hijo tiene dificultades para entablar amistades puede ser la ansiedad, sugiere Sophy.

"Si el niño tiene ansiedad, se puede trabajar en torno a ella y le puede ir mejor", dice. Por ejemplo, llegar temprano a las fiestas de cumpleaños, ya que los niños ansiosos suelen estar mejor cuando llegan primero en lugar de tener que trabajar ellos mismos en un grupo, dice.

Los padres no deben ser demasiado insistentes con sus hijos en cuanto a los amigos, dice Poghyly. "Es una manzana de la discordia entre padres e hijos cuando los padres dicen 'por qué no intentas hacer nuevos amigos' y el niño puede tener una respuesta de rechazo", dice. En su lugar, intente apoyar a su hijo para que practique deportes u otras actividades y clubes donde pueda conocer gente y hacer amigos, aconseja.

Además, "si los padres observan el modo en que sus hijos se relacionan con sus compañeros, pueden proporcionarles comentarios de apoyo", dice Poghyly. Por ejemplo, pueden decir "parece que fulano se enfadó cuando se fue. ¿Qué ha pasado? Hay otra forma en que podrías haber manejado esa situación?".

A veces el público equivocado es peor que no tener público

A menudo los padres se preocupan cuando sus hijos caen en el grupo equivocado o empiezan a pasar tiempo con un niño que simplemente no aprueban.

Pero "cuanto más verbalices o demuestres que no te gustan sus amigos, más les gustarán a ellos", advierte Sophy. "Los padres deben preguntarse realmente qué es lo que no les gusta de un amigo o grupo de amigos en particular", dice.

"No hay que volverse demasiado conflictivo para que el niño se ponga a la defensiva sobre sus amistades y elecciones", coincide Poghyly. Pero "si ya existe un precedente en el que los padres se sienten cómodos diciéndoles a los niños qué valores se aceptan, entonces se trata de un proceso sencillo, ya que los niños han adoptado más o menos el sistema de valores de sus padres", dice.

También puede limitar el número de salidas en las que permite que su hijo participe con niños que no aprueba, dice, e invitarlos a su casa en su lugar. De este modo, "los padres pueden abrir un diálogo sobre lo que observan, como por ejemplo: '¿Te has dado cuenta de lo mucho que presume?', y utilizar la observación real y los ejemplos para abrir un diálogo sobre por qué no les gusta ese amigo o grupo de amigos".

Publicado en febrero de 2007.

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