Construir un vínculo saludable entre madre e hija

De los archivos del médico

Ser madre es duro. No se trata sólo de lavar la ropa, de compartir el coche, de recoger los juguetes y de no tener nunca suficiente tiempo en el día para hacerlo todo, sino también de la sensación constante de que todo lo que haces (o dejas de hacer) está marcando a tu hijo de por vida. Según una nueva investigación, esa sensación puede no ser infundada, especialmente cuando se trata de las hijas.

Un estudio reciente de la Universidad de Georgia descubrió que, incluso más que otras dinámicas familiares, la relación madre-hija determina las futuras habilidades de relación y la autoestima de una niña. Cuando las madres son demasiado críticas, sus hijas tienen más probabilidades de tener pocas habilidades sociales y actitudes poco saludables hacia la alimentación, en comparación con las niñas con madres más comprensivas.

El hallazgo no es del todo sorprendente, dice la investigadora principal, Analisa Arroyo, PhD. "Hace tiempo que sabemos que el sentido de la autoestima y la imagen de sí mismos de los niños están fuertemente influenciados por los mensajes enviados por los padres", dice. "Pero creo que este estudio aumenta la conciencia del papel de la madre en la visión de sí misma, la competencia social y la salud mental de las hijas".

La doctora Suzanne Degges-White está de acuerdo. Es autora de Mothers and Daughters: Living, Loving, and Learning Over a Lifetime. "La relación madre-hija es importante de muchas maneras", dice. "Esencialmente, es la primera experiencia femenina de una relación íntima, y a través de esta relación aprendemos sobre la confianza, sobre la separación y la conexión, sobre poner las necesidades del otro por delante de las nuestras, y sobre quiénes somos como individuos".

Así pues, ¿cómo se puede garantizar un vínculo madre-hija fuerte, que proporcione a su hija una buena base para unas relaciones sanas, tanto con los demás como con ella misma? Todo tiene que ver con la comunicación. Los expertos ofrecen estos consejos.

Céntrese en lo positivo. Intente que la mayoría de las conversaciones sean constructivas, en lugar de críticas, dice Arroyo. Por ejemplo, en lugar de señalar algo que ella lleva puesto y que a ti no te gusta, señala algo que a ti sí: "¡El color de esa camisa te queda muy bien!". Y no se trata sólo de la apariencia. "Cuando tu hija tome una mala decisión -que seguramente lo hará-, no te centres en su error. Céntrate en ayudarla a mejorar su capacidad de decisión en el futuro", dice Degges-White.

Deja de hablar del peso. En nuestra cultura, estamos condicionados a lamentar nuestros propios cuerpos y a criticar los de los demás. "En lugar de hacer del peso el centro de tus conversaciones, céntrate en estar sano, fuerte y/o en forma", dice Arroyo. Y aunque no le hables directamente a tu hija, ella captará y aprenderá de lo que te dices a ti misma y a los demás.

Consejo de experto

"Si educas a tu hija con amor incondicional, respeto mutuo, límites sanos y expectativas realistas, siempre encontrará el camino de vuelta a tus brazos y a tu corazón, sin importar lo lejos que parezca alejarse." -- Suzanne Degges-White, PhD

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