De los archivos del médico
Mi madre me llamó a su habitación para "la charla" cuando tenía 12 o 13 años. Tal y como lo recuerdo ahora, 25 años después, la conversación parecía más centrada en las trompas de Falopio, los ovarios y la mecánica de la reproducción (que yo ya conocía) que en los verdaderos temas que tenía en la cabeza: chicos guapos, amor, sentirse bien.
Mi madre era un producto de su tiempo y tenía sus propias incomodidades con las discusiones francas sobre la intimidad y el sexo. Por eso, yo tenía que decidir cuándo y con quién iba a intimar.
Pero los tiempos han cambiado. Ahora, los expertos aconsejan a los padres que se salten la gran charla sobre sexo. Más bien, la educación sexual, como todo lo demás que enseñamos a nuestros hijos, debe ser una conversación continua a lo largo de los años. Empieza con respuestas sinceras a preguntas básicas sobre anatomía, y luego pasa a articular claramente tus valores sobre el sexo, las citas y las relaciones.
Hablar de sexo, ¿lleva al sexo?
A los padres les puede preocupar que hablar de sexo con sus hijas les lleve a tener más actividad sexual, pero lo cierto es lo contrario, dice Debra W. Haffner, conocida educadora sexual y autora de From Diapers to Dating and Beyond the Big Sex Talk. "Hay 30 años de investigación que dicen que cuando los padres hablan de sexo, las conversaciones no conducen al sexo", dice Haffner. "De hecho, si se da un mensaje claro de espera, es más probable que los niños esperen".
Pretender que tu hija no tiene una curiosidad natural y una identidad sexual en desarrollo no ayuda a nadie. "Si tu hija está enamorada, va a estar pensando en el sexo y en hasta dónde llegar", dice Haffner, que sugiere a los padres que las conversaciones en esta etapa sean breves y directas.
Comunicar los valores sexuales
Dígale a su hija cuáles son sus valores: que quiere que espere hasta que tenga una relación respetuosa y amorosa; hasta que salga del instituto; hasta que se comprometa o se case; o lo que le gustaría que hiciera.
Pero, según Haffner, hazle saber que, si va a tener relaciones sexuales, lo más importante para ti es su vida y su salud, y anímala a utilizar métodos anticonceptivos y preservativos.
El sexo está presente en nuestra cultura y en la mente de tu hija. Pero si le enseñas lo que es importante para ti como padre y lo que puede hacer para protegerse contra el embarazo y las enfermedades, puedes ayudar a tu hija adolescente a negociar con confianza su nuevo yo sexual.
Cuando tengas estas conversaciones continuas, recuerda hablar del verdadero significado del sexo: el amor y la intimidad. Escucha su punto de vista, para que siga hablando contigo. Admite que no tienes todas las respuestas. Y recuérdale que la quieres independientemente de lo que decida hacer mientras explora su sexualidad.