Tu hijo ya no es un niño pequeño. Es un adolescente, o un preadolescente, y ha llegado el momento de adaptar sus habilidades parentales para estar a su altura.
Sí, es probable que ahora sean más malhumorados que cuando eran pequeños. Y tienes que pensar en cosas nuevas, como los toques de queda, las citas, los nuevos conductores y los amigos que te hacen levantar las cejas.
No lo dudes: Tu hijo adolescente, o preadolescente, pondrá a prueba tus límites y tu paciencia. Pero sigue siendo tu hijo. Y, aunque no lo admitan, ¡siguen necesitándote!
La clave es saber qué esfuerzos merecen la pena y cuáles son contraproducentes.
1. Esperar lo peor
Los adolescentes tienen mala fama, dice el doctor Richard Lerner, director del Instituto de Investigación Aplicada al Desarrollo de la Juventud de la Universidad de Tufts. Muchos padres afrontan la crianza de los adolescentes como un calvario, creyendo que sólo pueden observar impotentes cómo sus adorables hijos se transforman en monstruos imprevisibles.
Pero eso les prepara a usted -y a su hijo adolescente- para varios años infelices e insatisfactorios juntos.
"El mensaje que damos a los adolescentes es que sólo son 'buenos' si no hacen cosas 'malas', como consumir drogas, juntarse con el grupo equivocado o tener sexo", dice Lerner.
Puede convertirse en una profecía autocumplida: Las expectativas negativas pueden promover el comportamiento que más temes. Un estudio de la Universidad de Wake Forest demostró que los adolescentes cuyos padres esperaban que se involucraran en comportamientos de riesgo informaron de niveles más altos de estos comportamientos un año después.
El consejo de Lerner: Concéntrese en los intereses y aficiones de su hijo, aunque no los entienda. Podrías abrir una nueva vía de comunicación, reconectar con el niño que quieres y aprender algo nuevo.
2. Leer demasiados libros sobre la crianza de los hijos
En lugar de confiar en sus instintos, muchos padres recurren a expertos externos para que les aconsejen sobre cómo educar a los adolescentes. "Los padres pueden atarse a sí mismos tratando de seguir los consejos que leen en los libros", dice Robert Evans, EdD, autor de Family Matters: How Schools Can Cope with the Crisis in Child Rearing.
No es que los libros de crianza sean malos.
"Los libros se convierten en un problema cuando los padres los utilizan para sustituir sus propias habilidades innatas", dice Evans. "Si las recomendaciones y su estilo personal no encajan, los padres acaban más ansiosos y menos seguros con sus propios hijos".
Utiliza los libros para obtener una perspectiva sobre los comportamientos confusos -y luego deja el libro y confía en que has aprendido lo que necesitas aprender. Aclare lo que más le importa a usted y a su familia.
3. Sudar la gota gorda
Puede que no te guste el corte de pelo de tu hija preadolescente o la elección de su ropa. O tal vez no le hayan dado el papel en la obra de teatro que usted sabe que se merece.
Pero antes de intervenir, mira el panorama general.
Si no pone a su hijo en peligro, déle margen para que tome decisiones adecuadas a su edad y aprenda de las consecuencias de sus elecciones.
"Muchos padres no quieren que el crecimiento implique dolor, decepción o fracaso", dice Evans. Pero proteger a tu hijo de las realidades de la vida le quita valiosas oportunidades de aprendizaje, antes de que salga por su cuenta.
Por supuesto, usted seguirá estando ahí para guiarlo y consolarlo: sigue siendo el padre. Pero desafíese a dar un paso atrás y deje que su hijo sepa que está ahí para él.
4. Ignorar las cosas importantes
Si sospecha que su hijo consume tabaco (en cualquiera de sus formas), alcohol u otras drogas, no mire para otro lado. Aunque sea "sólo" un cigarrillo o el vaping, o el alcohol o la marihuana -o incluso si te recuerda a tu propia juventud- debes actuar ahora, antes de que se convierta en un problema mayor.
"Los años en que los niños tienen entre 13 y 18 años son un momento esencial para que los padres se involucren", dice la doctora Amelia M. Arria. Es directora del Centro de Salud y Desarrollo de los Jóvenes Adultos de la Universidad de Maryland. Los padres pueden considerar que el consumo de alcohol en la adolescencia es un rito de paso porque ellos bebían cuando tenían esa edad. "Pero lo que está en juego es más importante ahora", dice Arria.
Esté atento a cambios inexplicables en el comportamiento, la apariencia, el rendimiento académico y los amigos de su hijo. Y recuerde que ahora no sólo se abusa de las drogas ilícitas: los medicamentos recetados e incluso los medicamentos para la tos y los productos domésticos también están en la mezcla.
Si encuentra envases vacíos de medicamentos para la tos en la basura o en la mochila de su hijo, si faltan frascos de medicamentos de su armario o si encuentra pastillas, pipas, papel de fumar o cerillas desconocidas, su hijo podría estar abusando de las drogas.
Tómese estas señales en serio y actúe. Proteja todos los medicamentos que tiene: Sepa qué productos hay en su casa y qué cantidad de medicamentos hay en cada paquete o frasco.
5. Demasiada, o muy poca, disciplina
Algunos padres, al sentir que pierden el control sobre el comportamiento de sus hijos adolescentes, toman medidas enérgicas cada vez que su hijo se sale de la línea. Otros evitan todo conflicto por miedo a que sus hijos se alejen de ellos.
No hay que hacer ninguna de esas cosas. Se trata de encontrar un equilibrio entre la obediencia y la libertad.
Si pone demasiado énfasis en la obediencia, es posible que consiga que su hijo adolescente o preadolescente se alinee, pero ¿a qué precio? Los adolescentes criados en entornos rígidos pierden la oportunidad de desarrollar habilidades de resolución de problemas o de liderazgo, porque usted toma las decisiones por ellos.
Sin embargo, la falta de disciplina tampoco ayuda. Los adolescentes y los preadolescentes necesitan una estructura y unas normas claras para vivir cuando empiezan a explorar el mundo exterior.
Como padre o madre, te corresponde establecer los valores fundamentales de tu familia y comunicarlos a través de tus palabras y acciones. Eso es ser un padre autoritario, un enfoque que "ayuda a los niños a desarrollar las habilidades que necesitan para gobernarse a sí mismos de manera apropiada", dice Lerner.
Recuerda que tu influencia es más profunda de lo que crees. La mayoría de los adolescentes dicen que quieren pasar más tiempo con sus padres. Siga dedicando tiempo a su hijo durante los años de la adolescencia. Aunque no se note, usted les proporciona la base sólida a la que saben que siempre pueden volver a casa.