Hoy en día, muchos de nosotros tenemos trabajos que nos obligan a mirar la pantalla del ordenador durante horas. Eso puede suponer una verdadera tensión para los ojos.
Los problemas oculares causados por el uso del ordenador se engloban bajo el nombre de síndrome visual informático (CVS). No se trata de un problema específico. En cambio, incluye toda una serie de tensiones y molestias oculares. Las investigaciones demuestran que entre el 50% y el 90% de las personas que trabajan frente a una pantalla de ordenador tienen al menos algunos síntomas.
Los adultos que trabajan no son los únicos afectados. Los niños que miran fijamente las tabletas o utilizan los ordenadores durante el día en la escuela también pueden tener problemas, especialmente si la iluminación y su postura no son las ideales.
Cómo afectan los ordenadores a la visión?
El CVS es similar al síndrome del túnel carpiano y a otras lesiones por movimientos repetitivos que puedes sufrir en el trabajo. Ocurre porque tus ojos siguen el mismo camino una y otra vez. Y puede empeorar cuanto más tiempo continúe el movimiento.
Cuando trabajas con un ordenador, tus ojos tienen que enfocar y reenfocar todo el tiempo. Se mueven de un lado a otro mientras lees. Es posible que tengas que bajar la vista a los papeles y volver a subirla para teclear. Tus ojos reaccionan a las imágenes que se mueven y cambian constantemente, cambiando el enfoque, enviando al cerebro imágenes que varían rápidamente. Todas estas tareas requieren un gran esfuerzo de los músculos oculares. Y para empeorar las cosas, a diferencia de un libro o un papel, la pantalla añade contraste, parpadeo y deslumbramiento. Además, está demostrado que parpadeamos con mucha menos frecuencia cuando utilizamos un ordenador, lo que hace que los ojos se sequen y se empañe la visión periódicamente mientras se trabaja.
Es más probable que tenga problemas si ya tiene problemas oculares, si necesita gafas pero no las tiene o si lleva una prescripción incorrecta para el uso del ordenador.
El trabajo con el ordenador se hace más difícil a medida que se envejece y las lentes naturales de los ojos se vuelven menos flexibles. Alrededor de los 40 años, su capacidad para enfocar objetos cercanos y lejanos empezará a desaparecer. Su oftalmólogo llamará a esta condición presbicia.
¿Cuáles son los síntomas?
No hay pruebas de que el uso del ordenador cause ningún daño a largo plazo en los ojos. Pero su uso regular puede provocar tensión ocular y molestias.
Puedes notar:
-
Visión borrosa
-
Visión doble
-
Ojos secos y rojos
-
Irritación de los ojos
-
Dolores de cabeza
-
Dolor de cuello o de espalda
Si no haces nada al respecto, podría afectar a algo más que a tus ojos. También podrías tener problemas con tu rendimiento laboral.
Cómo se trata?
Unos simples cambios en tu espacio de trabajo pueden mejorar tus síntomas y prevenir nuevos problemas:
Reduzca el resplandor. Cambie la iluminación que le rodea para reducir el efecto en la pantalla del ordenador. Si la luz de una ventana cercana produce un resplandor, mueva su monitor y cierre las persianas. Pide a tu jefe que instale un regulador de intensidad en las lámparas de techo si son demasiado brillantes, o compra una lámpara de escritorio con una pantalla móvil que proyecte la luz de manera uniforme sobre tu escritorio. También puedes añadir un filtro antideslumbrante a tu monitor.
Reacomoda tu escritorio. La mejor posición para el monitor es ligeramente por debajo del nivel de los ojos, a una distancia de entre 20 y 28 pulgadas de la cara. No deberías tener que estirar el cuello ni forzar la vista para ver lo que hay en la pantalla. Coloca un soporte junto al monitor y coloca sobre él cualquier material impreso con el que estés trabajando. Así no tendrás que mirar a la pantalla y volver a mirar al escritorio mientras escribes.
Dale un respiro a tus ojos. Sigue la regla del 20-20-20. Aparta la vista de la pantalla cada 20 minutos aproximadamente y mira algo que esté a unos 6 metros de distancia durante unos 20 segundos. Parpadea a menudo para mantener los ojos húmedos. Si los notas secos, prueba con unas gotas para los ojos.
Ajusta la configuración. No tienes por qué vivir con los ajustes preestablecidos de fábrica si no te sientes cómodo. Ajusta el brillo, el contraste y el tamaño de la letra hasta que encuentres lo mejor para ti.
Visita a tu oftalmólogo con regularidad para que te examine y mantenga tus recetas al día. Infórmales de cualquier problema que tengas. Es posible que necesites gafas o lentes de contacto. Ellos decidirán si puedes llevar tus gafas habituales para trabajar con el ordenador o si necesitas un par especial. Pueden recetarte unas lentes monofocales o bifocales, o unas lentes tintadas para aumentar el contraste y filtrar los reflejos.
Haz que revisen también los ojos de tus hijos. Asegúrate de que los ordenadores que utilizan están colocados a la altura adecuada y con la mejor luz. Anímales a que se aparten con frecuencia de la pantalla para que sus ojos descansen.