Espondilitis anquilosante: cómo controlar el dolor de espalda

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La mejor defensa contra el dolor de espalda provocado por la espondilitis anquilosante (EA) es controlar la enfermedad con un plan de tratamiento diario. Éste suele incluir los medicamentos que le recomiende su médico. Cuando el dolor es peor de lo normal y tienes un brote, tu médico puede hacerte probar otros medicamentos.

Pero puedes tomar medidas por tu cuenta, además de los medicamentos, para aliviar el dolor y la rigidez.

Formas de empezar

Trabaja con un fisioterapeuta. El ejercicio es una parte importante del tratamiento diario. Cuando se fortalecen los músculos que sostienen la columna vertebral, se puede aumentar la flexibilidad y disminuir el dolor.

Lo mejor es trabajar con un terapeuta cualificado. Ellos pueden asegurarse de que tu forma es la correcta.  Cuando algunos ejercicios se hacen de forma incorrecta, pueden hacer que te sientas peor.

Un entrenador puede mantenerte en el buen camino y motivado. Además del entrenamiento de fuerza y los estiramientos, el programa puede incluir ejercicios en el agua (hidroterapia), entrenamiento postural y ejercicios de respiración profunda.

¿Tienes un brote? Utilice calor o hielo. Un fisioterapeuta puede recomendar una terapia de frío o de calor.

Puede utilizar una compresa fría en las zonas inflamadas para ayudar a reducir la hinchazón. Y puedes utilizar el calor para aflojar los músculos tensos y aliviar la rigidez de las articulaciones. Por ejemplo, dúchate con agua caliente antes de entrenar para moverte mejor.

Haz descansos frecuentes. Si no te mueves mucho, tus síntomas pueden empeorar. Si tienes que estar mucho tiempo sentado en el trabajo, intenta levantarte cada hora aproximadamente para estirarte o caminar. (Su médico puede escribir una nota para que pueda hacer descansos regulares).

Practica una buena postura. Encorvarse puede hacer que el dolor de espalda se sienta mejor durante un corto periodo de tiempo. Pero sólo sirve para forzar más la columna vertebral. Además, existe el riesgo de que las vértebras (huesos pequeños y unidos que forman la columna vertebral) se fusionen en una posición inclinada hacia delante.

Pida a su cónyuge, compañero de trabajo o amigo que le recuerde que debe mantener la espalda recta. Si trabajas con un ordenador, asegúrate de que tu puesto está preparado para favorecer una buena postura. 

Come bien. Comer alimentos saludables y vigilar las porciones puede controlar tu peso, y eso es importante. Los kilos de más suponen una presión adicional sobre la columna vertebral y las articulaciones. Aunque no hay una dieta recomendada para la EA, los alimentos con propiedades antiinflamatorias, como los ricos en ácidos grasos omega-3 (como el salmón), podrían ayudar.

Deja de fumar. Fumar hace que la EA sea más perjudicial y difícil de tratar. Pregunta a tu médico sobre lo que puede ayudarte a abandonar el hábito.

Medicamentos para controlar el dolor cuando tienes un brote

Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Estos incluyen medicamentos como el ibuprofeno y el naproxeno. Los AINE, que reducen la inflamación, pueden formar parte de su plan de tratamiento diario habitual. Si lo son, no tome más de lo prescrito sin consultar a su médico. Si los AINE no forman parte de su plan de tratamiento, hable con su médico sobre ellos.

Corticosteroides. Si los AINE no son suficientes para el dolor articular, el médico puede utilizar estos fármacos. Es posible que te pongan inyecciones en las articulaciones rígidas y dolorosas para ayudar a la hinchazón y darte un alivio temporal. Pero su médico no se lo recomendará con demasiada frecuencia porque pueden dañar los tejidos blandos y el hueso.

Alrededor del 40% de las personas con espondilitis anquilosante tienen inflamación en los ojos (uveítis). Si la padeces, los colirios de corticoides pueden reducir la inflamación y aliviar la irritación.

A veces también se utilizan pastillas de esteroides para ayudar en los brotes oculares o articulares.

Relajantes musculares. El médico puede prescribirlos para aliviar los espasmos musculares dolorosos y la rigidez, y para facilitar el ejercicio físico. Es probable que sólo los tome durante poco tiempo.

Opiáceos. Aunque estos fármacos no suelen ser una de las primeras cosas que probará tu médico, pueden ayudarte con el dolor intenso que no mejora con los AINE u otros tratamientos. Sin embargo, los opioides pueden crear hábito, por lo que no puedes tomarlos durante mucho tiempo, y es importante que tu médico te vigile mientras los tomas.

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