Beneficios de la harina de yuca para la salud

La yuca es un almidón que puede comerse como raíz entera o trozos de raíz, o rallada para hacer harina para cosas como pan y galletas. También se utiliza para hacer budines o bebidas con perlas de tapioca.

La yuca es popular en muchas partes de África, Asia y Sudamérica. Junto con otras raíces y alimentos ricos en almidón como el ñame, el taro, los plátanos y la patata, es una parte necesaria de la dieta de carbohidratos para millones de personas.

La harina de yuca se hace rallando y secando la raíz fibrosa de la yuca. Es un gran sustituto del trigo y otras harinas. Se puede utilizar en cualquier receta que requiera harina de trigo, lo que facilita la cocción de alimentos sin gluten.

La harina de yuca es muy rica en hidratos de carbono. Una taza de harina de yuca (285 gramos) tiene unos 110 gramos de hidratos de carbono, 5 gramos de fibra y 4,5 gramos de azúcar. También es rica en vitamina C, ya que una taza contiene cerca del valor diario recomendado.

La harina de yuca y su salud

La harina de yuca puede ser útil de muchas maneras:

La yuca puede sustituir a la harina de trigo. Puede sustituir a la harina de grano o a una mezcla de harinas sin gluten. No tiene un sabor fuerte, lo que la hace ideal para hornear, espesar salsas o hacer hamburguesas.

La harina de yuca no contiene gluten. Es una gran opción para hornear sin gluten, ideal para las personas que tienen sensibilidad o trastornos relacionados con el gluten.

La harina de yuca es baja en calorías, grasa y azúcar. En comparación con otras harinas sin gluten, como la de coco o la de almendra, la harina de yuca tiene un bajo contenido en grasa. Tiene un alto contenido en agua y una menor densidad calórica que harinas como la de maíz, plátano, arroz, coco, sorgo y trigo.

La mejor manera de utilizar la harina de yuca es mezclarla con otros alimentos ricos en nutrientes para aumentar la fibra, las vitaminas y los minerales.

La harina de yuca no es perjudicial. Pero no debes comerla en su forma cruda, ya que contiene glucósidos cianogénicos, que pueden convertirse en cianuro en el organismo.

Las raíces de yuca dulces tienen menos de 50 miligramos (mg) por kilogramo de cianuro de hidrógeno en peso fresco, y los tipos amargos tienen hasta 400 mg por kilogramo.

Se puede reducir el contenido de cianuro en la yuca cortando las raíces en trozos pequeños, remojándolas en agua y luego hirviéndolas, asándolas, secándolas al sol, fermentándolas o rallándolas. Los productos procesados a base de yuca, como la harina de tapioca, tienen un contenido de cianuro muy bajo.

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