Semillas saludables (y sabrosas) Cáñamo, lino, sésamo, chía y más

Semillas de chía

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La chía ha recorrido un largo camino desde que brotó por primera vez de una graciosa cerámica en los anuncios de televisión. Hoy en día, estas semillas son más conocidas como un súper alimento, y con razón. Sólo 1 onza (es decir, 2 cucharadas) tiene casi 10 gramos de fibra. Molidas en la batidora, las semillas de chía son el complemento crujiente perfecto para el yogur o las verduras. Cuando las remojas en un líquido, como el zumo o la leche de almendras, se ablandan y se pueden comer con cuchara: un cambio inteligente para el pudín.

Arroz salvaje

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¡¡¡Sorpresa!!! El arroz salvaje no es arroz en absoluto: en realidad es una semilla de hierba. Es más rico en proteínas que otros cereales integrales y tiene muchos más antioxidantes que el arroz blanco. También aporta folato, magnesio, fósforo, zinc, vitamina B6 y niacina. Se cocina tierno y esponjoso en un pilaf de arroz, y los granos calientes son una adición abundante a las ensaladas verdes.

Semillas de calabaza

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Si alguna vez has asado una tanda de ellas después de tallar tu calabaza anual, sabrás que son un gran tentempié. Y también son saludables. Las pipas de calabaza son ricas en magnesio, un mineral importante que mejora la salud del corazón, ayuda al cuerpo a producir energía y potencia los músculos. Cómelas durante todo el año como complemento de sopas o ensaladas, con cereales o en una mezcla casera de frutos secos.

Semillas de granada

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También llamadas arilos, son las perlas dulces, parecidas a una joya, que se extraen del interior de la fruta. Tienen un alto contenido en vitamina C y antioxidantes. Una taza entera de granos de granada sólo tiene 130 calorías, por lo que es un buen tentempié. Añadidos a una ensalada o a un plato integral, aportan un jugoso toque de sabor y color a tu plato.

Quinoa

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Si buscas fuentes saludables de proteínas, la quinoa te cubre. Esta semilla parecida a un grano contiene 8 gramos por taza. Se cocina como el arroz y puede sustituir a la pasta y otros granos en muchos de tus platos favoritos. También puedes utilizarla como empanado sin gluten para platos como los dedos de pollo. Prepara una tanda en lugar de avena para un desayuno con gachas que te permitirá empezar el día con más proteínas, fibra y hierro.

Semillas de lino

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Los seres humanos las han consumido para gozar de buena salud desde el año 9.000 a.C. Si no comes suficiente pescado, añadir lino a tu dieta puede ayudarte a obtener ácidos grasos omega-3, las grasas saludables que son buenas para tu corazón. Es la mejor fuente vegetal de este importante nutriente, y además le aporta una buena dosis de fibra. Cuando las semillas se convierten en harina de lino, pueden ayudar a reducir la presión arterial. El lino tiene un agradable sabor a nuez. Añade una cucharada a los copos de avena, a la masa de las tortitas o a las ensaladas.

Semillas de cáñamo

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Su sabor suave y a nuez combina bien con los platos salados. También tienen muchas proteínas: 2 cucharadas tienen casi 7 gramos, incluso más que las semillas de lino o de chía. El cáñamo es también una buena fuente de ácidos grasos omega-3. Puedes utilizar las semillas enteras, espolvoreadas en ensaladas o platos integrales, o buscar leche de cáñamo para sustituir tus productos lácteos habituales.

 

Semillas de girasol

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Estos tiernos granos son tan buenos para ti como sabrosos. Una porción de 1 onza tiene cerca de la mitad de su vitamina E diaria. Añádelas a tu próxima tanda de hamburguesas vegetarianas para obtener más sabor y nutrición. Las semillas de girasol también son un buen complemento para tu batido matutino. Y, por supuesto, puedes seguir picando con ellas nada más sacarlas de la bolsa.

Semillas de sésamo

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Esos puntitos blancos en tu pan de hamburguesa no están ahí solo para decorar. Las semillas de sésamo son uno de los ingredientes más versátiles que existen. El aceite de sésamo, una elección inteligente para aderezar ensaladas, tiene un alto contenido en un tipo de ácido graso que puede reducir el tipo de colesterol malo. Molidas hasta formar una pasta, se convierten en tahini, un sustituto de la mantequilla de cacahuete para los alérgicos a los frutos secos. (Las semillas enteras son ricas en fibra y proteínas. Añaden crujido y sabor a los salteados de verduras.

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