1 de cada 8 pacientes con COVID tiene probabilidades de desarrollar una COVID larga
Por Marcia Frellick
5 de agosto de 2022 -- Uno de cada ocho adultos diagnosticados con COVID-19 probablemente experimentará síntomas a largo plazo, según muestra un amplio estudio publicado esta semana.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores compararon los síntomas a largo plazo de las personas infectadas por el SARS-CoV-2, el coronavirus que causa la COVID-19, con síntomas similares en personas no infectadas durante el mismo periodo de tiempo.
Entre el grupo de participantes infectados en el estudio en los Países Bajos, el 21,4% tenía al menos un síntoma nuevo o gravemente aumentado entre 3 y 5 meses después de la infección, en comparación con antes de la misma. Cuando ese 21,4% se comparó con el 8,7% de las personas no infectadas en el mismo estudio, los investigadores pudieron calcular que el 12,7% de los pacientes experimentaron una COVID prolongada.
"Este hallazgo demuestra que la afección posterior a la COVID-19 es un problema urgente con un coste humano cada vez mayor", escriben los autores del estudio.
Christopher Brightling y Rachael Evans, PhD, del Instituto de Salud Pulmonar de la Universidad de Leicester (Reino Unido), que no participaron en el estudio, señalan en otro editorial: "Esto supone un gran avance con respecto a las estimaciones anteriores de COVID largo... ya que incluye un grupo no infectado emparejado y tiene en cuenta los síntomas anteriores a la infección por COVID-19".
Síntomas que persisten
El estudio, publicado en la revista The Lancet, concluye que entre 3 y 5 meses después de la COVID-19 los síntomas que persistieron fueron dolor en el pecho, dificultades respiratorias, dolor al respirar, dolor muscular, pérdida del gusto y/o del olfato, hormigueo en las manos o los pies, nudo en la garganta, sensación de frío y calor alternativamente, pesadez en las extremidades y cansancio.
La investigadora Aranka V. Ballering, MSc, dice que descubrieron que la fiebre estaba claramente presente durante la fase aguda de la enfermedad y que alcanza su punto máximo el día del diagnóstico de COVID-19, pero que también desaparece.
La pérdida del gusto y el olfato, sin embargo, aumenta rápidamente su gravedad cuando se diagnostica la COVID-19, pero también persiste y sigue estando presente entre 3 y 5 meses después de la recuperación del virus.
Ballering, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Groningen (Países Bajos), afirma que le sorprendieron las diferencias encontradas entre hombres y mujeres en su investigación: "Las mujeres mostraron síntomas persistentes más graves que los hombres", afirma Ballering.
Más cerca de una definición más clara
Los autores dicen que sus hallazgos también señalan síntomas que nos acercan a una mejor definición de la COVID larga, que tiene muchas definiciones diferentes a nivel mundial.
Los investigadores recopilaron los datos pidiendo a los participantes del norte de los Países Bajos, que formaban parte del estudio Lifelines COVID-19 basado en la población, que rellenaran periódicamente cuestionarios digitales sobre 23 síntomas comúnmente asociados a la COVID larga. El cuestionario se envió 24 veces a las mismas personas entre marzo de 2020 y agosto de 2021. En ese momento, las personas tenían las variantes alfa o anteriores.
Se consideró que los participantes eran positivos a COVID-19 si tenían una prueba positiva o un diagnóstico médico de COVID-19.
El efecto de la hospitalización y la vacunación no está claro
Ballering dice que no está claro a partir de estos datos si la vacunación o el hecho de que una persona haya sido hospitalizada cambiaría los resultados en los pacientes.
Porque cuando se recogieron los datos, "la gran mayoría de nuestra población de estudio no estaba totalmente vacunada", dice.
Sin embargo, señala una investigación reciente que muestra que la vacunación contra el COVID -19 es sólo parcialmente eficaz contra los síntomas persistentes después de la infección.
Además, sólo el 5% de los hombres y el 2,5% de las mujeres del estudio fueron hospitalizados a causa del COVID-19, por lo que los resultados no pueden generalizarse fácilmente a los pacientes hospitalizados.
El doctor Janko Nikolich, jefe del Departamento de Inmunobiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona en Tucson, dice que está de acuerdo en que una de las principales ventajas de este estudio es que corrige los síntomas que las personas tenían antes de la COVID-19, algo que otros estudios no han podido hacer.
Sin embargo, advierte que no se deben generalizar los resultados para los Estados Unidos y otros países debido a la falta de diversidad en la población del estudio. Dice que los problemas de acceso también son diferentes en los Países Bajos, donde la atención sanitaria es universal.