Qué ocurre en tu sangre?
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La LMC afecta a su médula ósea, donde se producen las células sanguíneas. Cuando se tiene este cáncer, se produce una gran cantidad de glóbulos blancos anormales que no combaten bien las infecciones. Al acumularse en el organismo, desplazan a las células sanguíneas sanas.
El papel de los cromosomas
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Llevan genes, que indican a tus células lo que deben hacer. Cuando se tiene LMC, trozos de los cromosomas 9 y 22 se rompen y cambian de lugar. El resultado es una versión del cromosoma 22 que se denomina cromosoma "Philadelphia". Lleva un nuevo gen llamado bcr-abl, que pone en marcha un proceso que crea glóbulos blancos anormales.
Fase crónica
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Probablemente no tendrá ningún síntoma durante este período. Sólo hay un pequeño número de glóbulos blancos anormales en la sangre y en la médula ósea, por lo que su cuerpo sigue siendo capaz de combatir las infecciones. Aunque ahora no te sientas mal, es importante que recibas tratamiento para que tu enfermedad no empeore.
Fase acelerada
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Cuando estás en esta fase, el número de tus células sanguíneas anormales ha aumentado. Es posible que se sienta cansado, pierda peso, le falte el aire o tenga fiebre.
Fase de explosión
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El número de células sanguíneas anormales en su médula ósea y en su sangre es ahora elevado. Al mismo tiempo, tienes menos glóbulos rojos y blancos sanos y plaquetas. Es más probable que contraiga infecciones y puede tener anemia o hemorragias difíciles de controlar. Sin tratamiento, esta etapa puede poner en peligro la vida.
Dirigirse a la proteína anormal
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Es posible que primero se le trate en la fase crónica con fármacos denominados inhibidores de la tirosina quinasa (ITC). Estos fármacos eliminan las células sanguíneas de la LMC bloqueando la proteína producida por el gen anormal bcr-abl. Es posible que se produzcan efectos secundarios como sarpullidos e inflamación de la piel, náuseas, calambres musculares y diarrea. Cuando los TKI no pueden controlar la enfermedad, existen otras opciones de tratamiento.
Trasplante de células madre
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Es una opción para algunas personas que no responden a los TKI u otras terapias. En primer lugar, se reciben altas dosis de fármacos de quimioterapia para eliminar las células madre productoras de sangre de la médula ósea. A continuación, recibe células madre de un donante compatible. Éstas formarán nuevas células sanguíneas sanas. El trasplante de células madre es la mejor opción para curar la LMC. Pero los nuevos tratamientos dirigidos al bcr-abl también pueden ayudar a muchas personas a entrar en remisión.
Puedo recibir un trasplante de células madre?
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El procedimiento suele funcionar mejor en personas que son:
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Más jóvenes que mayores
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En la fase crónica
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Con buena salud en general
Las altas dosis de quimioterapia utilizadas para los trasplantes tienen riesgos. Los efectos secundarios pueden incluir infecciones y anemia, pero a medida que te recuperes, la mayoría desaparecerán.
Otras opciones de tratamiento de la LMC
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Si los TKI no funcionan, otras opciones son:
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Fármacos de quimioterapia tomados por vía oral para eliminar las células anormales en todo el cuerpo, como los medicamentos hidroxiurea o busulfán
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Fármacos biológicos, como el interferón, que empujan a tu sistema inmunitario a luchar contra el cáncer
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Nuevos tratamientos experimentales para la LMC que puede probar si se apunta a un ensayo clínico
Revisiones
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Cuando se tiene LMC, se acude al médico al menos cada pocos meses para saber cómo está funcionando el tratamiento y buscar efectos secundarios. Es posible que le recomienden que se haga:
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Recuento sanguíneo completo y pruebas de médula ósea para medir los glóbulos rojos y blancos y las plaquetas
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Prueba de hibridación in situ fluorescente (FISH) para ver cuántas células contienen el cromosoma Filadelfia
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Prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para buscar el gen bcr-abl
Preguntas sobre su tratamiento
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Cuando vea a su médico, pregúntele:
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En qué fase de la LMC me encuentro?
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Cuáles son mis opciones de tratamiento y qué efectos secundarios podría tener?
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Debería pedir una segunda opinión?
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Puedo apuntarme a un ensayo clínico que esté probando una terapia experimental?
Sea activo en su tratamiento
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Sigue unos sencillos pasos para asegurarte de obtener la ayuda que necesitas:
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Acude a todas tus revisiones para que tu médico pueda cambiar tu terapia si no está funcionando.
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Cuéntales cualquier efecto secundario que tengas.
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Consiga apoyo emocional de amigos, familiares o de su equipo médico.
Señales de que su tratamiento está funcionando
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Su médico buscará progresos en estas áreas:
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Una mejora en el número de glóbulos blancos y plaquetas sanas
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Menos células con el cromosoma Filadelfia en la sangre y la médula ósea
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Menos células con el gen del cáncer bcr-abl
¿Estoy en remisión?
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Su médico dirá que su enfermedad ya no está activa cuando:
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Su recuento de células sanguíneas sea normal
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No se encuentran células con el cromosoma Filadelfia en su sangre o médula ósea
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No se puede encontrar ninguno de los genes anormales en su sangre
Estar en remisión no es lo mismo que estar curado. El cáncer puede volver.
Esté atento a los síntomas de una recaída
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La LMC puede reaparecer incluso después de haber sido tratada con éxito. Los signos de advertencia de una recaída son la fatiga o la debilidad, la pérdida de peso, la fiebre, los sudores nocturnos, el dolor de huesos, la hinchazón o el dolor en el lado izquierdo (un síntoma de agrandamiento del bazo) y la sensación de plenitud en el vientre. Llame a su médico si nota alguna de estas señales de alarma.
Por qué no está funcionando mi tratamiento?
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El tratamiento de la LMC funciona bien en la mayoría de las personas, pero no en todas. Las razones por las que su tratamiento puede dejar de ayudar incluyen que las células cancerosas cambien (muten) o que no llegue suficiente medicación a su torrente sanguíneo. Si su tratamiento no es eficaz, su médico puede ajustar las dosis de su medicamento o cambiarle a otra terapia.