La sincronización de los nutrientes es exactamente lo que parece. Comes ciertos alimentos en momentos determinados para alcanzar tus objetivos de rendimiento. Tomar un batido de proteínas después de sudar en el gimnasio, por ejemplo, forma parte de la sincronización de nutrientes.
Los deportistas que utilizan esta estrategia, que existe desde hace décadas, creen que es útil para mejorar el rendimiento deportivo, aumentar la pérdida de peso y desarrollar la musculatura.
Sin embargo, las investigaciones no apoyan del todo el cronometraje de los nutrientes como un enfoque eficaz.
¿Funciona la sincronización de nutrientes?
Los expertos que han estudiado la investigación en torno al timing de nutrientes dicen que tiene dos limitaciones:
Los marcadores a corto plazo. Los marcadores sanguíneos son ciertos compuestos que se liberan en el cuerpo como respuesta a algo. Pueden utilizarse para determinar si algo es eficaz o no. Los estudios en torno a la sincronización de los nutrientes sólo se centran en los marcadores a corto plazo y no en los beneficios a largo plazo de la sincronización de los nutrientes.
Los atletas como sujetos de estudio. Otra limitación de estos estudios es que la mayoría de ellos tenían atletas como participantes. Dado que los atletas tienen rutinas estrictas, sus resultados no pueden aplicarse a los no atletas.
Qué es la ventana anabólica?
El aspecto más notable de la nutrición cronometrada es la ventana anabólica, que se llama la ventana de oportunidad para beneficiarse de la nutrición en el entrenamiento. Se basa en el concepto de que el cuerpo absorbe perfectamente los nutrientes entre 15 y 60 minutos después del ejercicio.
Esta teoría se basa en dos principios:
Reposición de carbohidratos. Después de hacer ejercicio, su cuerpo necesita energía. Cuando se proporcionan carbohidratos al cuerpo después de un entrenamiento, su absorción es más rápida. Así, el cuerpo hace más reservas de carbohidratos, llamadas glucógeno, y mejora la recuperación.
Ingesta de proteínas. Cuando se entrena, las proteínas se descomponen en el cuerpo. El consumo de proteínas después del entrenamiento compensa esta pérdida y estimula la producción de proteínas en el cuerpo.
Aunque estos dos principios pueden tener sentido, el metabolismo humano es más complicado. Suceden muchas más cosas que van más allá de la ventana anabólica.
Lo ideal es comer entre una y cuatro horas antes del entrenamiento. Encuentre el marco de tiempo que funcione para su cuerpo probando diferentes duraciones para las comidas pre-entrenamiento.
Después de un entrenamiento, debes comer alimentos ricos en proteínas y que contengan carbohidratos para reponer el glucógeno que has perdido. Las proteínas ayudarán a tu cuerpo a reparar y reconstruir los músculos. Algunos buenos ejemplos de comidas post-entrenamiento ricas en carbohidratos y proteínas son:
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Leche con chocolate baja en grasa
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Yogur bajo en grasa con bayas
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Pavo con verduras en un wrap integral