¿Cuáles son los problemas habituales del periodo?

Desde fuera, la menstruación puede parecer increíble. Naces con cientos de miles de óvulos. Después de la pubertad, una glándula del cerebro envía un mensaje mensual que dice: "¡Oye, libera un óvulo!" a tus ovarios. Este proceso se repite unas 450 veces a lo largo de la vida.

Desde el punto de vista interno, la menstruación no es tan increíble. Durante unos días cada mes, puedes sentirte como una persona diferente, tanto física como emocionalmente. Y no en el buen sentido.

No dejes que esos días descarrilen tu vida. Puedes seguir haciendo todo lo que harías durante el resto del mes, si sabes gestionar el equipaje que puede traer tu visita mensual.

Pérdida de sangre y coágulos

Aunque puede variar de un mes a otro, la menstruación suele comenzar con un flujo ligero, se vuelve más abundante y luego disminuye.

Por término medio, las mujeres pierden entre 2 y 4 cucharadas de sangre durante cada periodo. En cuanto a las compresas o tampones, esto significa que hay que cambiarlos cada dos horas o más. Si tienes que cambiarte la compresa cada dos horas, o si tienes coágulos del tamaño de un cuarto de galón o más, díselo a tu médico.

Los pequeños coágulos de sangre son comunes. Tu cuerpo libera anticoagulantes para evitar que la sangre se coagule al pasar por la vagina. Pero en los días en los que sangras o tienes muchos calambres, es posible que no se libere a tiempo.

Calambres

Para sacar la sangre del útero, los músculos se tensan y se relajan. Es el dolor agudo que sientes entre el estómago y la parte baja de la espalda.

Los calambres pueden empezar antes de la menstruación y durar durante todo el proceso de sangrado. Si son leves, como si alguien te diera un fuerte apretón en los ovarios, es normal. Prueba un medicamento de venta libre para aliviar el dolor. Si te dejan sin aliento o te hacen doblar de dolor, consulta a tu médico.

Mal humor

Amas a todo el mundo. No soportas a nadie. Todo al mismo tiempo. Hola hormonas.

Antes y durante tu periodo, las hormonas trabajan duro para hacer que tu cuerpo pase por cada fase. Cuando esas hormonas suben y bajan, también lo hace tu estado de ánimo.

Durante el síndrome premenstrual y la menstruación, puedes sentir de todo, desde mal humor y enfado hasta más ansiedad o desánimo de lo normal.

No se pueden evitar los cambios de humor que acompañan a la menstruación, pero sí ayuda dormir bien, mantenerse activa y evitar la cafeína y los alimentos poco saludables para evitar que los bajones sean demasiado fuertes. Estas opciones también pueden reducir la sensibilidad de los senos, el acné, la hinchazón y los antojos de comida que vienen con el ciclo menstrual.

Problemas del ciclo

Tu ciclo menstrual comienza el primer día de un periodo y termina el primer día del siguiente. La media es de 28 días, y cualquier cosa entre 21 y 35 es normal.

Pero puede que no siempre ocurra así.

Muchas cosas pueden afectar a tu ciclo, como el estrés, la enfermedad, el peso corporal y la dieta, incluidos los trastornos alimentarios.

También depende de la ovulación, es decir, del momento en que los ovarios liberan un óvulo hacia la mitad del ciclo. Puede que esto no ocurra todos los meses, sobre todo al principio.

Llevar un control de la menstruación puede ayudarte a entender tu propio patrón personal. Anota todos los días durante unos meses, incluyendo los síntomas (cambios de humor, hinchazón) y cuándo empieza y termina tu periodo. Detalla tu flujo sanguíneo: ¿es ligero, normal o abundante?

Saltarse la regla

La ausencia de la regla no siempre significa que estés embarazada. Es normal no tener una de vez en cuando, especialmente si tu cuerpo está lidiando con algo importante, como el estrés, las enfermedades o el ejercicio intenso.

Si te falta más de una regla, y te has hecho una prueba de embarazo para asegurarte de que no es esa la razón, habla con tu médico.

Náuseas

El síndrome premenstrual puede hacer que quieras comerte la casa. Pero las náuseas son una parte normal de tu periodo.

Una de las hormonas que se liberan durante tu ciclo se llama prostaglandina. Aunque la mayor parte se desprende con el revestimiento uterino, una parte llega al torrente sanguíneo. Esto puede provocar náuseas, vómitos, diarrea y dolores de cabeza.

Muchos analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno y el naproxeno, reducen la producción de prostaglandinas y pueden ayudar a aliviar estos síntomas.

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