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El tendón de Aquiles es una banda resistente de tejido fibroso que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón (calcáneo). El tendón de Aquiles también se denomina tendón calcáneo.
Los músculos gastrocnemio y sóleo (músculos de la pantorrilla) se unen en una banda de tejido, que se convierte en el tendón de Aquiles en el extremo inferior de la pantorrilla. A continuación, el tendón de Aquiles se inserta en el calcáneo. Unas pequeñas bolsas de líquido llamadas bursas amortiguan el tendón de Aquiles en el talón.
El tendón de Aquiles es el más grande y fuerte del cuerpo. Cuando los músculos de la pantorrilla se flexionan, el tendón de Aquiles tira del talón. Este movimiento nos permite ponernos de puntillas al caminar, correr o saltar. A pesar de su fuerza, el tendón de Aquiles también es vulnerable a las lesiones, debido a su limitada irrigación sanguínea y a las elevadas tensiones que soporta.
Afecciones del tendón de Aquiles
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Desgarro del tendón de Aquiles: Los desgarros del tendón de Aquiles pueden ser diminutos (microdesgarros), o grandes, causando dolor, hinchazón y alteración del movimiento. Pueden producirse repentinamente durante la actividad, o gradualmente con el tiempo.
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Rotura del tendón de Aquiles: Una rotura completa del tendón de Aquiles puede hacer un sonido "pop", seguido de dolor e hinchazón de la parte inferior de la pierna. El tratamiento de una rotura del tendón de Aquiles requiere una intervención quirúrgica o la inmovilización a largo plazo del tobillo.
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Tendinosis del tendón de Aquiles (antes tendinitis): La actividad frecuente (correr o caminar) provoca un uso excesivo del extremo del tendón de Aquiles, causando dolor y rigidez en la parte posterior del talón. El reposo, el hielo y los estiramientos pueden acelerar la curación, que puede durar semanas.
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Peritendonosis de Aquiles: Similar a la tendinosis de Aquiles, pero el dolor se produce en el tejido que rodea el tendón causado por el uso excesivo, a menudo dos o más pulgadas por encima del talón.
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Tendinosis del tendón de Aquiles: Engrosamiento gradual del tendón de Aquiles, debido al envejecimiento o al uso excesivo. A pesar del engrosamiento, el tendón está debilitado y es propenso a nuevas lesiones o roturas.
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Tendinopatía de Aquiles: Término general para designar la tendinitis o tendinosis que afecta al tendón de Aquiles.
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Bursitis de Aquiles o del talón (calcáneo): Los zapatos de poca altura pueden irritar la bursa, una bolsa de líquido que amortigua el tendón de Aquiles en el talón. El dolor en la parte posterior del talón, que empeora con los zapatos puestos, es el síntoma habitual.
Pruebas del tendón de Aquiles
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Examen físico: Para buscar problemas en el tendón de Aquiles, un examinador comprueba si hay dolor, hinchazón, calor, engrosamiento o decoloración alrededor del talón y la pierna. Un nudo en la parte posterior de la pierna puede estar presente con la ruptura del tendón de Aquiles. La mayoría de los casos de tendinopatía sin rotura pueden diagnosticarse mediante un examen físico y a menudo no necesitan más pruebas.
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Prueba de Thompson: Tumbado en decúbito prono (boca abajo) o arrodillado en una silla, un examinador aprieta la pantorrilla. El extremo del pie debe moverse hacia abajo en respuesta; si no lo hace, puede haber una rotura del tendón de Aquiles.
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Prueba de flexión de la rodilla (Matles): Una persona se acuesta boca abajo y dobla la rodilla lentamente hasta formar un ángulo recto. Durante este movimiento, el extremo de la punta del pie debe apuntar ligeramente hacia fuera de la pierna; si no lo hace, puede haber una rotura del tendón de Aquiles.
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Resonancia magnética (MRI): Un escáner de resonancia magnética utiliza un imán de alta potencia y un ordenador para crear imágenes muy detalladas del tobillo y la pierna. Una resonancia magnética es la mejor prueba para diagnosticar una rotura del tendón de Aquiles u otros problemas, pero no siempre puede detectar la tendinopatía.
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Ecografía del tendón de Aquiles: Una sonda en la piel refleja ondas sonoras de alta frecuencia en el tobillo, produciendo imágenes del tendón de Aquiles. La ecografía puede diagnosticar a menudo una rotura del tendón de Aquiles.
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Tomografía computarizada (TC): Un escáner de TC toma múltiples radiografías y un ordenador construye imágenes detalladas del tobillo y la pierna. Una resonancia magnética es superior a una tomografía computarizada para diagnosticar problemas del tendón de Aquiles.
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Película de rayos X: Una radiografía simple puede identificar problemas en los huesos o en la articulación del tobillo, pero no puede diagnosticar problemas en el tendón de Aquiles.
Tratamientos del tendón de Aquiles
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Terapia RICE: La mayoría de las lesiones del tendón de Aquiles se pueden tratar con RICE: Reposo, Hielo, Compresión con un vendaje deportivo y Elevación.
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Analgésicos: Los medicamentos de venta libre como el paracetamol (Tylenol), el ibuprofeno (Motrin) y el naproxeno (Aleve) pueden disminuir el dolor de la mayoría de los problemas del tendón de Aquiles. Para un dolor más severo, pueden ser necesarios analgésicos de prescripción.
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Calor: Alternar la terapia de hielo y calor puede mejorar el dolor de la bursitis cerca del tendón de Aquiles.
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Calzado: El uso de un calzado con buena sujeción que sea adecuado para sus pies puede ayudar a evitar lesiones continuas en el tendón de Aquiles. A veces son útiles las plantillas ortopédicas hechas a medida, las elevaciones de talón y ciertas férulas y aparatos ortopédicos.
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Fisioterapia: Aunque modificar o disminuir la actividad es importante, algunos estiramientos y ejercicios particulares pueden ser útiles para rehabilitar los problemas de los tendones, especialmente cuando son persistentes.
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Inmovilización: Muchas afecciones moderadas o graves del tendón de Aquiles requieren la inmovilización de la articulación del tobillo. Esto puede requerir el uso de una bota especial o un yeso en la pierna durante varias semanas.
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Cirugía del tendón de Aquiles: La cirugía a menudo puede volver a unir un tendón de Aquiles roto. Tras la cirugía, es necesario inmovilizar el tobillo durante varias semanas.
