La salud del corazón es sólo el principio
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Probablemente ya sepa que el ejercicio cardiovascular o "aeróbico" -el que hace que su corazón bombee- es bueno para su corazón. Reduce el pulso en reposo y fortalece el músculo cardíaco. Por eso, a medida que vas alargando poco a poco tus ejercicios de cardio, eres capaz de recorrer más tiempo y distancia. Pero tu corazón no es la única parte de tu cuerpo que se beneficia.
Reduce tu nivel de azúcar en la sangre
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El ejercicio cardiovascular ayuda a reducir los niveles de azúcar (glucosa) en sangre y a mejorar la resistencia a la insulina si tienes diabetes. El entrenamiento de resistencia, como el levantamiento de pesas, también es bueno. Una combinación de ambos parece ser lo más útil. Hable con su médico antes de empezar una nueva rutina de ejercicios si tiene diabetes, especialmente si toma insulina u otros medicamentos.
Mejora tu estado de ánimo
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El ejercicio aeróbico como correr puede ayudar a aliviar la depresión y la ansiedad lo suficientemente bien como para que tu médico o terapeuta te lo sugiera como tratamiento. Parte de la razón podría ser que parece ampliar el hipocampo -un área del cerebro que gestiona las emociones- y ralentizar la descomposición de las células cerebrales. Para obtener los máximos beneficios, hay que seguirlo con regularidad durante varios meses.
Dormir mejor por la noche
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El cardio puede ser bueno para tu descanso. Los científicos saben que puede ayudarte a mantener un estado de ánimo uniforme, a relajarte a la hora de dormir y a establecer un ciclo saludable de sueño y vigilia (ritmo circadiano). Los efectos cerebrales exactos no siempre están claros, pero las personas que hacen más ejercicio tienden a tener más sueño profundo de "ondas lentas" que ayuda a renovar el cerebro y el cuerpo. Pero procura no hacer ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarse, ya que esto interrumpe el sueño de algunas personas.
Piensa mejor
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Las personas que hacen más ejercicio aeróbico pueden ser mejores en la "función ejecutiva", es decir, la capacidad de organizar la información, interpretarla y actuar en consecuencia. Una sola sesión de ejercicio puede aumentar el flujo sanguíneo a la parte del cerebro llamada corteza prefrontal, que ayuda a controlar la función ejecutiva. A largo plazo, el ejercicio parece ayudar a que las células cerebrales de tu corteza prefrontal se conecten más fácilmente.
Recuerda mejor
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Las personas que se mueven más tienen menos probabilidades de padecer la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. Esto se debe en parte a que el ejercicio ayuda a prevenir cosas que pueden aumentar las probabilidades de padecer demencia, como la obesidad, la diabetes, la hipertensión y la depresión.
Aprende mejor
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La neuroplasticidad es la capacidad de tu cerebro para cambiar cuando aprendes y haces cosas nuevas. Los cerebros más jóvenes son generalmente mejores en esto que los mayores, pero puedes ayudar a preservar tu neuroplasticidad con el ejercicio cardiovascular, junto con el entrenamiento de resistencia.
Ayuda a aliviar el dolor de la artritis
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Al envejecer, las rodillas y otras articulaciones pueden sufrir artrosis. El movimiento del ejercicio aeróbico, como correr o montar en bicicleta, es una de las formas más eficaces de aliviar el dolor y la inflamación. Y tanto si caminas como si nadas o remas en un barco, tu corazón se pone en forma, lo que facilita que te mantengas activo. Cuando combinas la actividad física con una dieta saludable, puedes bajar los kilos de más, lo que quita presión a tus rodillas.
Respira mejor
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Aunque tengas una afección pulmonar, el ejercicio cardiovascular regular puede ayudarte a mejorar tu respiración. Si el gimnasio no es lo tuyo, un paseo, un trote o un partido de tenis regular pueden servir. Sólo asegúrate de hablar con tu médico sobre tu plan de ejercicios si ya tienes problemas respiratorios.
Ayuda a combatir los gérmenes
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El ejercicio aeróbico regular parece ayudar a tu cuerpo a combatir las enfermedades causadas por virus y bacterias. Esto se debe, en parte, a que ayuda a que la sangre circule mejor por el cuerpo, lo que significa que las sustancias que combaten los gérmenes llegan a donde tienen que ir. Los científicos siguen estudiando exactamente cómo el ejercicio ayuda a reforzar el sistema inmunitario, la defensa de su cuerpo contra los gérmenes.
Mejora tu colesterol
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El ejercicio parece aumentar su colesterol HDL "bueno". También puede reducir su colesterol LDL "malo", aunque es posible que tenga que hacer su entrenamiento más intenso para obtener el efecto completo. Unas cifras de colesterol poco saludables aumentan la probabilidad de que se acumule placa en las arterias, lo que puede provocar un ataque al corazón o un derrame cerebral. Habla con tu médico sobre la posibilidad de empezar una rutina de ejercicios si ya estás enfermo o no has hecho ejercicio desde hace tiempo.
Qué cantidad de ejercicio es la adecuada?
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Las recomendaciones estándar exigen 30 minutos de ejercicio moderado la mayoría de los días de la semana. Es un buen punto de partida. Pero si se aumenta a 300 minutos semanales o más, se pueden obtener aún más beneficios. La duración de cada sesión también es importante. Algunos de los mejores beneficios para el cerebro se obtienen en períodos de ejercicio que duran un poco más: de 45 a 60 minutos.