Minorías y enfermedades crónicas: Obstáculos para la atención

Nota del editor: Este artículo forma parte de una serie en colaboración con el Programa de Investigación All of Us, que recoge y estudia datos sanitarios para ayudar a los científicos a identificar las tendencias sanitarias. Más del 80% de los participantes pertenecen a grupos que históricamente han estado poco representados en la investigación.

 

Las enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, el asma y las enfermedades cardíacas se encuentran entre los principales problemas de salud en Estados Unidos, pero no todos los estadounidenses comparten esta carga por igual. Las minorías, como los negros, los hispanos y los nativos americanos, tienen hasta dos veces más probabilidades que los blancos de padecer importantes enfermedades de larga duración.

El lugar donde se vive y se trabaja influye en las tasas de enfermedades crónicas. Aspectos como el acceso a la educación y la atención sanitaria, el apoyo social y comunitario, y la disponibilidad de alimentos frescos y agua potable influyen.

"A todo esto se le llama determinantes sociales de la salud", dice la doctora Jaya Aysola, MPH. Es la directora ejecutiva del Penn Medicine Center for Health Equity Advancement. "Son el conjunto predominante de factores que causan diferencias en las enfermedades crónicas".

Barreras sistémicas

Las razones por las que las tasas de enfermedades crónicas son más altas entre los grupos minoritarios son variadas y complejas, pero algo que no es biológico, dice Natalia Linos, ScD, directora ejecutiva del Centro FXB para la Salud y los Derechos Humanos de la Universidad de Harvard.

"Es muy importante hacer esa distinción", dice. "No tenemos pruebas de que ciertos grupos estén biológicamente inclinados a padecer más enfermedades crónicas. Pero lo que sí vemos son patrones por raza y etnia".

Aysola afirma que la gente tiende a considerar que las tasas de enfermedades crónicas más elevadas entre las minorías son producto de "circunstancias desafortunadas", pero en realidad las causas fundamentales son mucho más profundas que eso.

"Los insultos históricos y políticos y sociales sistémicos han sentado las bases para que ciertas comunidades vivan en zonas empobrecidas, no tengan el mismo acceso a la educación, la atención sanitaria o la igualdad de empleo", afirma. "Y esto se une a las políticas de segregación de la vivienda... que no han dejado entrar a los negros en ciertas comunidades".

Un grupo que intenta romper las barreras y aumentar la diversidad en la investigación médica es el Programa de Investigación All of Us. Más del 80% de los participantes en el programa proceden de comunidades subrepresentadas en la investigación biomédica y más del 50% pertenecen a grupos raciales y étnicos minoritarios.

Pobreza y enfermedades crónicas

Según la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud de Estados Unidos, un mayor porcentaje de grupos minoritarios vive en la pobreza en Estados Unidos que los blancos. Las personas con bajos ingresos tienen una vida más corta y peores resultados de salud debido a una serie de razones, incluyendo:

  • Mala nutrición por falta de acceso a alimentos frescos

  • Contacto con toxinas, como el plomo

  • Mayores niveles de estrés

Los estadounidenses pobres también son menos propensos a tener tiempo o transporte para ir a las citas médicas y a tener cobertura de seguro médico.

"Incluso si eres capaz de acudir al médico, a menudo no sabes si tu factura va a ser de mil dólares o de diez mil", dice Linos. "Y eso crea un incentivo para que la gente no haga tantos cuidados preventivos ni venga a las revisiones".

Al saltarse las visitas periódicas por una afección de larga duración, aumentan las posibilidades de que se convierta en una enfermedad avanzada. Además, muchas personas acaban acudiendo a urgencias para recibir atención. Estas visitas suelen ser más caras y dan lugar a una atención menos personalizada que la que podría darle un médico de atención primaria.

Cuestiones ambientales

Las comunidades de color tienen mayores índices de contaminación del aire en sus barrios. Esto no sólo aumenta sus probabilidades de contraer una enfermedad crónica, sino que también significa que probablemente les irá peor si la padecen.

Respirar aire contaminado durante periodos prolongados aumenta las probabilidades de contraer la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma y el cáncer de pulmón. Los negros tienen un 42% más de probabilidades de padecer asma que los blancos. Las personas de ascendencia puertorriqueña tienen la mayor tasa de asma de todas las razas y grupos étnicos.

"Tenemos que reconocer que hay factores ajenos al control individual que determinan los riesgos y resultados de las enfermedades crónicas", afirma Linos. "Las condiciones de la vivienda, los problemas laborales, los problemas medioambientales... no se distribuyen por igual entre todas las comunidades".

Mensajes de salud pública

La comunidad médica utiliza las campañas de salud pública para concienciar sobre determinadas afecciones crónicas y promover hábitos saludables que ayuden a prevenir enfermedades. Aunque este tipo de orientación es importante, Linos dice que estos esfuerzos pueden ser demasiado simplistas. Pueden centrarse en crear hábitos saludables que a menudo están fuera del alcance de algunos miembros de grupos minoritarios.

"La información sobre salud pública se presenta a menudo como si todo el mundo pudiera prevenir las enfermedades crónicas simplemente reduciendo el estrés, durmiendo lo suficiente y comiendo alimentos integrales", dice. "Pero mucho de eso está fuera del control del individuo. Hay cuestiones más amplias en juego que crean enormes desventajas que impiden a la gente llevar una vida sana".

Es más, el racismo y la discriminación provocan un estrés que conduce a problemas de salud como:

  • Tasas elevadas de diabetes e hipertensión arterial en afroamericanos, nativos hawaianos y latinoamericanos.

  • Más trastornos de salud mental entre los asiático-americanos y afroamericanos.

"Tenemos que replantear la conversación", dice Aysola. "En lugar de decir: '¿Qué le pasa a esta población?', tenemos que preguntarnos: '¿Qué le pasa a nuestras estructuras sociales y dentro de nuestro sistema sanitario que permite que esto ocurra y persista de esta manera?"

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