La tiroides es una glándula con forma de mariposa situada en la base de la garganta. Está involucrada en algunas tareas muy importantes, como la gestión del ritmo cardíaco, la presión arterial, la temperatura corporal y el peso.
La tiroides tiene dos lóbulos, el izquierdo y el derecho, que están conectados por una fina pieza de tejido. Si está sana, cada lóbulo tiene el tamaño de una moneda de 25 centavos y no se ve ni se siente bajo la piel. El cáncer de tiroides suele notarse por primera vez como un nódulo tiroideo.
Si tiene síntomas de cáncer de tiroides, pueden incluir:
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Problemas para tragar
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Dificultad para respirar que a veces se compara con aspirar aire a través de una pajita
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Ronquera u otros cambios en la voz
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Una tos constante que no se debe a un resfriado
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Un bulto en la parte delantera del cuello (alrededor de la nuez de Adán) que podría crecer rápidamente
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Glándulas inflamadas -pero no dolorosas- en el cuello
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Dolor que empieza en la parte delantera del cuello y sube hasta las orejas
Además, si su cara se pone roja y tiene deposiciones sueltas frecuentes, pueden ser signos de algo llamado cáncer medular de tiroides.
Los síntomas no siempre son un signo de cáncer de tiroides. De hecho, suelen estar causados por otras cosas. Tendrá que acudir a su médico para averiguar de qué se trata.
Qué más puede ser?
Un bulto en su tiroides podría ser causado por una infección o un bocio, que es un crecimiento anormal de la glándula tiroides. Puede que no sea canceroso en absoluto. Los bultos en la tiroides no suelen serlo.
Pero es posible tener cáncer de tiroides sin ningún síntoma.
Su médico le examinará la tiroides durante los exámenes físicos de rutina. Si tiene algún síntoma entre las revisiones, como un nuevo nódulo en la glándula o uno que crece rápidamente, debe pedir una cita para que le revisen la glándula tiroidea. Su médico le hará varias pruebas para diagnosticar el origen del problema y decidir el mejor tratamiento.
