Por Mary Jo DiLonardo
El cáncer y los tratamientos oncológicos pueden debilitar el sistema inmunitario y dificultar la protección del organismo contra los gérmenes. La quimioterapia, por ejemplo, puede reducir el número de glóbulos blancos. Como su función es frenar las infecciones, el cuerpo tiene más dificultades para luchar contra los gérmenes.
Algunas de las cosas que pueden facilitar la aparición de una infección son:
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Quimioterapia
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Radiación
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Estrés
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Falta de sueño
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Mala alimentación
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Cáncer que afecta a la sangre o a los ganglios linfáticos, como la leucemia o el linfoma
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Cáncer que se ha extendido a otras partes del cuerpo
Pero puedes hacer algunas cosas para protegerte.
Lávate las manos. Hazlo a menudo, y utiliza agua y jabón. Lávalas antes de comer y antes de tocarte los ojos, la nariz o la boca. Lávate siempre las manos después de ir al baño, estornudar, toser o sonarte. Otros momentos para lavarse: después de manipular la basura, ir a un lugar público o tocar un animal. Lleva contigo un desinfectante de manos a base de alcohol por si no puedes acceder al agua y al jabón cuando estés fuera de casa.
Sigue una dieta equilibrada. Pregunta a tu médico si puedes comer frutas y verduras frescas. Algunos médicos dicen que no hay problema, siempre y cuando laves bien los productos. Otros dicen que es más seguro no comerlos. Evita las carnes crudas, el marisco y los huevos. También puede ser inteligente evitar los alimentos que se han relacionado con brotes de infección en el pasado, como los brotes crudos, las bayas y la salsa fresca.
No consuma alimentos de charcutería, muestras gratuitas de comida o productos de yogur y helado de máquinas de servicio suave. Evita los alimentos comprados en los autoservicios o en los contenedores a granel. No compres latas abolladas ni frutas y verduras precortadas.
Ten cuidado con la gente. Si sabes que alguien tiene fiebre, resfriado, gripe o cualquier otra infección, mantente alejado de él hasta que se sienta mejor. También es mejor evitar los grupos grandes de personas, así que evita las compras, las escuelas, los viajes y las multitudes. Si sale en público, utilice toallitas limpiadoras antes de tocar las manillas de las puertas, los botones de los ascensores, los teclados de los cajeros automáticos o cualquier otra superficie utilizada por mucha gente. Considera la posibilidad de usar una mascarilla.
Cuida tu cuerpo. Dúchate o báñate todos los días. Presta especial atención a tus pies, axilas y otras zonas sudorosas. Cuando termines, utiliza una loción para que tu piel no se reseque y se agriete. Considera la posibilidad de utilizar una afeitadora eléctrica en lugar de una cuchilla para no cortarte. Cepíllate los dientes dos veces al día con un cepillo suave. Pregunta si está bien usar el hilo dental con suavidad. No utilices enjuagues bucales con alcohol: tu médico o dentista puede darte un enjuague bucal especial.
Utiliza guantes. Ten cuidado cuando trabajes en el jardín o en las tareas domésticas. Utiliza guantes para no hacerte daño en las manos ni coger gérmenes de la tierra. Ten cuidado cuando manipules objetos afilados como tijeras, cuchillos o herramientas de jardinería.
No compartas. No utilices los mismos vasos, utensilios o alimentos que los demás. Tampoco compartas toallas, cepillos de dientes o maquillaje.
Vigila lo que tocas. Intenta no cambiar pañales. Si lo haces, lávate las manos lo antes posible al terminar. No limpies los excrementos de tu mascota en el jardín, ni toques la tierra que pueda contener excrementos de animales. Deja que otra persona cambie las cajas de arena, limpie la jaula de los pájaros o las peceras o tortugueras.