Deshazte del hábito de la sal
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Te sientes hinchado? La sal puede tener parte de la culpa. Un exceso puede hacer que tu cuerpo retenga agua. Además, interviene en la hipertensión arterial. Cómo reducirla: Elige alimentos frescos, no enlatados ni procesados. Juega con otras especias que pueden dar a tu comida algo de sabor, como el curry en polvo, el ajo, el comino y el romero. Ampliarás tus conocimientos gastronómicos y tendrás más energía.
Sube las escaleras
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Cuando estás enfadado o asustado, es fácil coger una chocolatina, encender un cigarrillo o engullir otra taza de café para superarlo. ¿Es una mejor opción? Hacer ejercicio. La próxima vez que te sientas mal, sube un tramo de escaleras (o dos). O sal a dar un paseo rápido: incluso una caminata de 10 minutos puede darte un impulso mental.
Deja ese donut
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Intentas comerte el estrés? Cuando las cosas se ponen tensas, es posible que elijas alimentos reconfortantes en lugar de frutas y verduras. Pero cuando el subidón de los carbohidratos refinados o de los alimentos azucarados se aleja, el bajón te dejará perezoso. Además, esas calorías vacías pueden convertirse rápidamente en kilos de más. Y eso no ayudará en absoluto a tu salud. La próxima vez que te sientas ansioso, ignora los dulces. Come una manzana o respira profundamente 10 veces.
Duerme bien
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¿Quieres eliminar las bolsas de los ojos? Duerme bien. Necesitas de 7 a 8 horas de sueño por noche para recargarte y bajar el estrés. ¿No puedes conciliar el sueño? No tomes cafeína después del mediodía. Evita hacer ejercicio a menos de dos horas de la hora de acostarte. Haz de tu dormitorio una zona sólo para dormir: nada de televisores, mascotas, ordenadores u otras cosas que mantengan tu cerebro conectado. Si estos consejos no funcionan, habla con tu médico.
Salga de su rutina
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Mezcla las cosas. El cómo no importa: Actualiza tu peinado, desvía tu camino al trabajo, pasea al perro en un nuevo parque, añade un nuevo alimento para el desayuno a tu menú. Concéntrese en un cambio fácil de realizar cada vez para asegurarse el éxito. Aumentará tu perspectiva y tu estado de ánimo.
Da una vuelta a la manzana
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No tienes que pasar horas en el gimnasio. Incluso un poco de movimiento puede ponerte en contacto con tu cuerpo y restaurar tu energía. Un simple paseo alrededor de la manzana puede despejar tu cabeza. Cualquier ejercicio que implique un poco de meditación -como el yoga o el tai chi- puede recargar tanto tu cuerpo como tu mente.
Come más fibra
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La fibra puede ayudarte a sentirte lleno más rápido. Eso significa que comerás menos y perderás peso. También te mantiene regular y es buena para tu corazón. De hecho, hace tanto bien para ti que incluso puede hacer que te estreses menos. Además, se presenta en muchas formas sabrosas, desde la avena y los panes y cereales integrales hasta las frutas como las manzanas, los cítricos, las fresas y las verduras. Con tantas opciones, es fácil obtener lo que tu cuerpo necesita.
Centrarse en el presente
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Sé consciente de dónde estás y de lo que está ocurriendo en este momento. Algunos llaman a esto mindfulness. Puede ayudarte a relajarte y a reducir el estrés. Deja de lado los pensamientos sobre el pasado o el futuro. Céntrate en este momento. ¿Cómo se siente el aire contra tu piel? ¿Cómo se siente el pavimento bajo tus pies? Si tu mente divaga, vuelve al aquí y al ahora.
Llama al médico
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Todos lo hemos hecho: hemos intentado ignorar el horrible dolor de cabeza, el dolor de hombros o la tos que no desaparece. Pero los problemas de salud continuos pueden agotarte. Resuelve que tus síntomas sean revisados por un profesional. Si hace tiempo que no se somete a un examen médico, programe uno ahora. Y si crees que necesitas un tratamiento de salud mental, no temas hablar de ello con tu médico.
Alimenta tu cabeza
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Tienes muchas cosas en la cabeza? Haz algo que saque a tu cerebro de la rutina. Escucha un podcast friki, haz un crucigrama, únete a un club de lectura o emprende un nuevo pasatiempo que mantenga tu mente y tu cuerpo activos. Pasa un rato en el jardín o vete al monte a hacer una excursión.