Desencadenante del estrés: Demasiado poco tiempo de descanso
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Una vida agitada puede afectar a la salud de tu familia. Los estudios demuestran que el estrés prolongado puede hacer que el cuerpo produzca demasiado cortisol, una hormona que puede aumentar el apetito y llevar a comer en exceso. El estrés también puede hacer que quieras recurrir a la comida en busca de consuelo.
Para aliviarlo: Anime a su familia a incluir la relajación en cada día. Incluso 10 minutos cuentan. Hojee revistas, siéntese a hablar o dé un paseo relajante, cualquier cosa que le ayude a hacer una pausa y cambiar de marcha.
Desencadenante del estrés: Dormir poco
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Puede hacer que cualquiera esté cansado y de mal humor. También ralentiza el metabolismo y aumenta el apetito. Eso significa que es más probable que comas en exceso, que elijas alimentos poco saludables y que permanezcas inactivo.
Para aliviarlo: Lleva a todos a la cama. Establece una rutina relajante -como la lectura de un libro- y una hora de acostarse regular que ayude a todos a conseguir las horas que necesitan para su edad:
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Niños de 6 años o menos: de 11 a 13 años
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Niños de primaria: 10 u 11 años
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Adolescentes: De 8 a 10 años
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Adultos: 8 más o menos
Desencadenante del estrés: Problemas de dinero
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Cuando usted está estresado por las finanzas, sus hijos también pueden estarlo. Tal vez sea porque les faltan extras como películas o zapatos nuevos, pero en el caso de los niños más pequeños, puede ser que perciban que algo va mal.
Para aliviar: Hable abiertamente de las preocupaciones cotidianas, pero sea optimista: "Este año no habrá vacaciones fuera de la ciudad, pero vamos a planear algo divertido por aquí". Hazles saber que las cosas van a estar bien a largo plazo.
Desencadenante del estrés: Padres peleones
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Cuando los padres se pelean, los niños se ponen tensos. Esto es especialmente cierto en el caso de los niños de 10 años o menos, cuyo sentido de la seguridad todavía se basa en el hogar.
Para aliviarlo: Si su hijo se enfada al escuchar una discusión entre usted y su pareja, reconózcalo. Recuérdale que todo el mundo discute a veces, y que lo importante es que lo solucionaréis.
Desencadenantes del estrés: Padres estresados
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Tus hijos aprenderán a responder al estrés de la misma manera que tú. Imitan la forma en que te quedas despierto hasta tarde, comes sobre la marcha o simplemente te pones irritable.
Para aliviarlo: Enséñeles a sus hijos a manejar el estrés afrontando sus propias presiones de forma saludable. Reconozca que la vida es muy agitada y procure relajarse y cuidarse. Darás un buen ejemplo y te sentirás mejor.
Factores desencadenantes del estrés: Amigos
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Cuando los niños llegan a tercer o cuarto grado, basan gran parte de su autoestima en los amigos. Así que los sentimientos heridos o el acoso escolar pueden ser muy estresantes para ellos.
Para aliviarlos: Presta atención si tus hijos se quejan de que sus amigos son "malos" o si empiezan a actuar de forma irritable. Mantén las líneas de comunicación abiertas para saber qué está pasando en sus vidas. Si notas que están muy tristes o que ya no socializan, habla con un profesional de la salud.
Desencadenante de estrés: Escuela
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En nuestra sociedad competitiva, incluso los niños pequeños pueden preocuparse por ir bien en clase o por mantener el ritmo en los deportes y las actividades.
Para aliviarse: ayude a su hijo a encontrar actividades que se le den bien o que le gusten, y anímelo a esforzarse, a seguir practicando y a celebrar los pequeños éxitos. Para las tareas escolares, ayúdele a organizarse. Pruebe a hacer listas semanales y a tachar los puntos para que vean lo que han conseguido.
Desencadenante del estrés: El aburrimiento
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Los niños anhelan la estructura y la estimulación, por lo que no tener nada que hacer después de la escuela puede hacer que estén inquietos. Entonces pueden acabar tomando malas decisiones, como comer comida basura y pasar demasiado tiempo con los videojuegos o el ordenador.
Para aliviarlos: Un programa extraescolar y la realización de actividades físicas regulares durante una hora más o menos al día pueden aportar la estructura suficiente para ofrecer a los niños un tiempo de descanso saludable por las tardes.
Desencadenante del estrés: Comer de forma irregular
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Saltarse las comidas o sustituirlas por tentempiés hace que a los niños les cueste mantener la energía todo el día.
Para aliviarlo: Limítate a hacer tres comidas y dos tentempiés al día: eso funciona para la mayoría de las familias. Además, los estudios demuestran que cuando los niños comen con la familia varias veces a la semana, tienden a ser más felices y a comer más sano.
Desencadenante del estrés: Los cambios de rutina en casa
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Los niños menores de 6 años aún no pueden hablar del estrés. Sólo se comportan cuando las cosas se sienten mal. Cualquier cambio en la rutina -un nuevo colegio, una mudanza, un nuevo trabajo para mamá o papá- puede poner su mundo patas arriba. Eso también puede estresar a los padres o a los hermanos.
Para aliviarlo: Mantener unos cuantos rituales diarios: comidas a horas específicas, una hora de cuentos de pie o un paseo por la tarde. Los niños que saben lo que les espera se sienten más tranquilos, y también lo estarán todos los demás.
Desencadenante del estrés: Demasiado tiempo de pantalla
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Los videojuegos, la televisión o las redes sociales pueden parecer tiempos muertos, pero las pantallas no son tan relajantes como leer un libro o hablar con alguien. Además, el tiempo frente a la pantalla a menudo lleva a picar algo sin hacer nada.
Para aliviarse: Limita el tiempo de pantalla de tu familia a 2 horas al día. Y no permitas que coman frente al televisor. Cuando estás distraído, no piensas en el tamaño de las porciones, en lo lleno que te sientes o en la comunicación familiar.
Desencadenante del estrés: La multitarea
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Los adolescentes pueden parecer felices y tranquilos mientras envían mensajes de texto a sus amigos, escuchan música y hacen los deberes a la vez. Pero la multitarea es más agotadora y estresante de lo que crees.
Para aliviarlo: Habla con tus hijos adolescentes sobre cómo concentrarse en una actividad a la vez y cómo elegir hacerlo. Es una gran oportunidad para ayudarles también a reducir el tiempo de pantalla.