Cosas sorprendentes que tus genes dicen de ti

Tus genes y tú

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Algunos rasgos con los que has nacido -el color de tus ojos y de tu pelo, por ejemplo- provienen de tus genes. Son moléculas -los científicos necesitan un microscopio para verlas- que llevan información transmitida por tus padres. Se llama ADN, y la mayor parte es igual para todos. Pero un pequeño porcentaje es sólo tuyo. Esas diferencias ayudan a determinar tu aspecto, el funcionamiento de tu cuerpo, el riesgo de padecer enfermedades y tu personalidad.

Estornudo a la luz del sol

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Has notado alguna vez que sientes la necesidad de estornudar cuando te acercas a una luz intensa? Se llama reflejo fótico del estornudo y parece que le ocurre a una cuarta parte de la población. No está claro cómo la luz puede provocar estornudos, pero los científicos saben que está ligado a un gen que tus padres te transmiten. Si uno de los padres estornuda por el sol, su hijo tiene un 50% de posibilidades de serlo también.

Tono perfecto

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Un músico entrenado puede normalmente cantarte una nota, como un sol, siempre que le des un "tono inicial", como un do, y le digas cuál es. Eso es el tono relativo. Si tienes un tono absoluto, o perfecto, puedes escuchar o cantar cualquier nota sin escuchar otra primero. Los genes pueden influir en esta habilidad. En una encuesta, las personas con afinación perfecta tenían más probabilidades de tener un pariente cercano que la tuviera. Aun así, la formación musical marca la diferencia.

Cera de los oídos

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El tuyo es seco, grisáceo y escamoso? O húmeda, amarilla y pegajosa? Depende de la versión, o alelo, que tengas de un gen, llamado ABCC11. El mismo gen está relacionado con el olor del sudor de las axilas. Si tienes el alelo del cerumen húmedo y pegajoso, es más probable que tengas olor corporal que alguien con el otro tipo.

¿Alondra o búho?

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La hora del día en que estás más alerta y eres más productivo depende del reloj interno de tu cuerpo, o ritmo circadiano. La mayoría de las personas tiene un horario de 24 horas, pero puede ser más rápido o más lento, lo que le convierte en una alondra matutina o en un búho nocturno. Hay genes específicos que parecen desempeñar un papel en la velocidad del ritmo circadiano y en su adecuación a las 24 horas del día. Los cambios en esos genes pueden causar trastornos que hacen que te duermas y te despiertes a horas extrañas.

Las raíces de las canas

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Todos nos preguntamos cuándo nos saldrá la primera mecha de canas. Los científicos han encontrado un gen que ayuda a determinar si -y cuán temprano- te saldrán las tuyas. El gen, llamado IRF4, ayuda a producir el pigmento del pelo, los ojos y la piel. Puede darnos una idea sobre el envejecimiento y, posiblemente, sobre cómo retrasar esos mechones plateados.

Los investigadores también encontraron genes relacionados con la calvicie, el pelo rizado y la uniceja.

La influencia de tu padre

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Sabes que la edad, la dieta, el peso y otros hábitos de una mujer embarazada pueden afectar a la salud de su bebé. Pero ¿sabes que lo mismo ocurre con el padre?

A medida que los hombres envejecen, si ganan mucho peso o se convierten en grandes bebedores, sus genes pueden cambiar. Si se transmiten, esos cambios pueden aumentar las probabilidades de que sus hijos -o incluso sus nietos- padezcan enfermedades como el autismo, la diabetes y el cáncer.

El peso en los genes

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Lo que comes y el ejercicio que realizas no son todo lo que influye en tu talla. Tu ADN también puede influir. Los científicos han descubierto que los genes de algunas personas las empujan hacia un peso superior al saludable. Una dieta nutritiva inclina la balanza a tu favor.

Una mejor visión de la ceguera

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Los expertos creen ahora que varias docenas de variaciones genéticas pueden aumentar el riesgo de degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Es la principal causa de ceguera en personas de 50 años o más.

Algunas combinaciones se han vinculado a la DMAE húmeda, una forma más avanzada de la enfermedad.

Esto significa que los médicos podrán algún día analizar el riesgo genético y encontrar nuevas formas de prevenir o tratar ambos trastornos.

Gluten Glitch

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Alrededor del 40% de nosotros podría tener genes relacionados con la enfermedad celíaca. Ese es el trastorno que impide digerir el gluten y causa inflamación en los intestinos. Pero sólo un 1% de las personas con estos genes presentan síntomas de la enfermedad. Los científicos no están seguros de cuál es la diferencia.

Virus que aumentan la inmunidad

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Nuestros antepasados se enfrentaron a muchas enfermedades víricas a medida que nuestra especie evolucionaba.

Hoy en día, una parte de tu ADN está formada por restos de los virus contra los que lucharon nuestros antepasados. Los científicos solían pensar que estos extraños trozos no tenían ningún propósito. Pero cuando los eliminaron de las células en un laboratorio, otros genes cercanos ya no eran capaces de activar el sistema inmunitario para combatir nuevos ataques de virus.

Resulta que esos antiguos virus nos han estado protegiendo contra los nuevos.

Conoce a tu primo, el gusano

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Investigadores japoneses afirman que las personas comparten unos 14.000 genes -o aproximadamente el 70% de su composición genética- con pequeños gusanos de bellota. Estas criaturas viven en el agua y respiran a través de hendiduras en sus intestinos similares a las branquias de los peces. Hay pruebas de que esas hendiduras evolucionaron hasta convertirse en nuestra mandíbula, lengua, caja de voz y músculos de la garganta.

Es naturaleza y crianza

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Si todo esto hace que te preguntes sobre lo que podría esconderse en tu ADN, recuerda esto: Tu salud, tu personalidad y tu aspecto se basan en muchas cosas, incluidos tus genes. El entorno, el estilo de vida y un poco de azar también influyen.

Sin embargo, las decisiones que tomes son las que más importan en lo que respecta a quién serás.

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