Lávate siempre la cara antes de acostarte
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Por muy seca que esté tu piel, es esencial una limpieza suave por la noche. El maquillaje, el protector solar, las bacterias, las células muertas de la piel, la suciedad y la grasa se acumulan en tu rostro durante el día. Pueden introducirse en los poros y provocar inflamación. Lávate suavemente sin restregar para no irritar tu piel. No es necesario volver a lavarse por la mañana. Simplemente aclara tu cara con agua cuando te levantes.
Limpiador: ¿con o sin jabón?
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Los detergentes fuertes del jabón pueden eliminar los aceites hidratantes naturales de tu piel. Esto puede causar sequedad, irritación e inflamación. Los limpiadores sin jabón actúan sobre tu piel de la misma manera que el jabón, pero están hechos con ingredientes más suaves que no agotan los aceites de la piel.
Qué buscar en un limpiador facial
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Si tienes la piel seca, considera un limpiador suave con humectantes añadidos como ceramidas, ácido hialurónico o glicerina. Tu piel debe estar suave y tersa después de la limpieza. Si el limpiador hace que tu piel se sienta demasiado seca, tirante o irritada, prueba otro. Evita los limpiadores con ácido salicílico o glicólico si tienes la piel seca.
Qué hay que evitar en un limpiador facial
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Además de evitar los jabones fuertes, busca un limpiador que no contenga fragancias, productos químicos ni alcohol. Evita los jabones antibacterianos, que pueden resecar. Pregunta a tu médico si debes usar o evitar limpiadores con exfoliantes como el ácido glicólico. Diferentes tipos de limpiadores pueden funcionar para diferentes personas.
El agua y la piel seca
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Las duchas y los baños aportan humedad a tu piel, pero también pueden resecarla al eliminar los aceites naturales de la piel. El agua caliente elimina la grasa más rápidamente que el agua templada. Por ello, utiliza agua templada para limpiarte la cara y limítate a una ducha o baño caliente corto (cinco minutos) al día. Cierra la puerta del baño mientras te bañas para mantener la habitación húmeda.
Prescinde de los estropajos
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Buenas noticias: si tienes la piel seca, puedes olvidarte de comprar costosos exfoliantes faciales diarios. De hecho, puedes olvidarte de fregar por completo. Frotar y restregar puede irritar tu piel. Incluso la fricción que se produce al lavarse con una esponja o una toallita puede ser irritante. La forma más suave de lavarse la cara es también la más cómoda: con las manos. También puedes utilizar un algodón redondo.
Humedece tus manos y tu cara
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Como te limpias con las manos, lávalas primero. A continuación, humedece la cara y las manos con agua tibia. No te preocupes por usar suficiente agua para hacer una buena espuma. Los limpiadores suaves pueden no hacer mucha espuma. Recuerda que tu objetivo es tener una piel suave y flexible, no "chirriantemente limpia".
Utiliza un toque ligero para la limpieza
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Más no es mejor cuando se trata de lavar la piel seca. Exprime en la palma de la mano una cucharada de limpiador del tamaño de un cuarto de pulgada y aplícala uniformemente en el rostro. A continuación, masajea suavemente la piel con las yemas de los dedos, con movimientos circulares. Sé especialmente cuidadoso con el contorno de los ojos. Recuerda que no debes frotar, ni siquiera con los dedos.
Seca tu cara con palmaditas, no con frotamientos
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No arruines la limpieza facial perfecta frotando tu piel en seco. Frotar puede causar abrasión en tu piel, lo que puede provocar irritación e inflamación. En su lugar, aclara tu cara con agua tibia y luego dale unas palmaditas con una toalla de algodón o un paño limpio y seco. No lo seques del todo, la idea es dejar algo de humedad para que tu crema hidratante se fije.
No te pases con la exfoliación
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La exfoliación elimina las células muertas de la piel, lo que permite que las cremas hidratantes penetren mejor en tu piel. Pero los exfoliantes abrasivos pueden dañar la piel seca, así que no te exfolies más de una vez a la semana. Evita los exfoliantes de frutas, que pueden ser duros. En su lugar, prueba un exfoliante con enzimas de arroz o papaína. Estos ingredientes son suaves y una forma segura de exfoliar. La exfoliación nunca debe doler. Si lo hace, deja de hacerlo o prueba un producto más suave.
Hidratar, hidratar, hidratar
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Las cremas hidratantes no añaden realmente humedad a la piel. Sellan el agua existente para que no se evapore. Hidrátate dos o tres veces al día. Utilice la regla de los 3 minutos: Aplique la crema hidratante en los 3 minutos siguientes a la limpieza nocturna y al aclarado matutino. Si vuelves a aplicar la crema hidratante durante el día, no es necesario que te aclares o limpies primero.
Qué buscar en una crema hidratante
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Las cremas y los aceites son más eficaces que las lociones para la piel seca. Los humectantes, como la glicerina y el propilenglicol, atraen el agua hacia la capa externa de la piel. Los emolientes, como la vaselina, la lanolina, el aceite mineral y la dimeticona, atrapan el agua en la piel formando una capa en su superficie. Dado que los oclusivos como la vaselina actúan como barrera y atrapan la humedad, son uno de los mejores tratamientos para la piel seca.
Lo que hay que evitar en una crema hidratante
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Es posible que quieras evitar las cremas hidratantes que contienen fragancias. Y algunos ingredientes, como los retinoles, pueden ser irritantes para la piel sensible y seca. Prueba una crema hidratante facial frotando primero una pequeña cantidad en tu antebrazo durante unos días. Si te escuece, te arde, te pica o te sientes seca, no la uses.