Relájate y descansa
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Un poco de estrés puede ser algo bueno. Ayuda a tu cuerpo a prepararse para un reto. Pero si dura demasiado, es una mala noticia. Los estudios demuestran que puede debilitar el sistema de defensa de tu cuerpo. Evítalo siempre que puedas. Procura desconectar y hacer cosas que te gusten.
Ponte en marcha
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No sólo te hace sentir bien, también es bueno para ti. Un estudio descubrió una relación entre un sistema inmunitario sano y la frecuencia con la que se hace el amor. Los que hacían el amor más a menudo tenían niveles más altos de una sustancia que combate el resfriado en su cuerpo.
Busca un amigo peludo
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Por algo los llamamos "el mejor amigo del hombre". Los perros y otras mascotas no sólo son buenos compañeros. También nos dan una razón para hacer ejercicio y mejorar nuestra salud de otras maneras. Los dueños de mascotas tienen la presión arterial y los niveles de colesterol más bajos y un corazón más sano. Los perros pueden ayudar a la respuesta inmunitaria de los niños y hacerlos menos propensos a las alergias.
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Todos sabemos que los amigos son importantes, pero los lazos sociales fuertes también pueden tener un gran efecto en tu salud. Las personas con relaciones sanas tienen más probabilidades de sobrevivir a las que tienen pocos lazos sociales. ¿Quieres ampliar tu círculo? Haz un voluntariado, toma una clase o únete a un grupo que te interese. Y cuida los vínculos que ya tienes.
Mira el lado bueno
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Cuando tienes buenos pensamientos, las defensas de tu cuerpo funcionan mejor. Quieres permanecer en tu lugar feliz? Saborea las cosas que te gustan. Busca el lado bueno -incluso en los momentos difíciles- y trata de no detenerte en las cosas malas.
Ríete
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Una o dos risas son buenas para ti. No sólo te hace sentir mejor, sino que no hay inconvenientes. Un estudio descubrió que después de que la gente se riera a carcajadas con vídeos divertidos, su sistema inmunitario funcionaba mejor. Pero aún no estamos seguros de que eso signifique menos enfermedades a largo plazo.
Comer el arco iris
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Las frutas y verduras de colores están llenas de antioxidantes. Estos nutrientes protegen de los radicales libres, moléculas que pueden dañar tus células. Para conseguir una amplia gama, apuesta por las naranjas, los pimientos verdes, el brócoli, el kiwi, las fresas, las zanahorias, la sandía, la papaya, las verduras de hoja verde y el melón.
Piensa en hierbas y suplementos
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Algunos de estos productos pueden ayudar a tu sistema inmunitario, pero necesitamos más investigaciones para saber con seguridad si son realmente buenos para ti. Dado que pueden interactuar con otros medicamentos, informa a tu médico si quieres probarlos. Él puede ayudarte a decidir cuáles son seguros para ti.
Mueve tu cuerpo
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El ejercicio es una forma sencilla de acelerar tu sistema de defensas. También puede aliviar el estrés y hacer que tengas menos probabilidades de padecer osteoporosis, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Obtendrás el máximo provecho de tu entrenamiento si haces una media hora al día. No tiene por qué ser algo duro. Cualquier tipo de movimiento puede ayudar: montar en bicicleta, caminar, hacer yoga, nadar o incluso jugar al golf.
Dormir bien por la noche
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Sin él, tu sistema inmunitario no tendrá la fuerza necesaria para combatir las enfermedades. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño por noche. Para dormir mejor, hay que seguir un horario regular para acostarse, mantenerse activo durante el día, evitar la cafeína y el alcohol cerca de la hora de acostarse, mantener el dormitorio fresco y darse tiempo para relajarse al final del día.
Reduce el consumo de alcohol
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El alcohol desempeña un papel importante en nuestra forma de socializar y celebrar. Pero en exceso puede debilitar tus defensas y hacer que enfermes más a menudo. ¿Cuánto es demasiado? Más de dos bebidas al día para los hombres y más de una para las mujeres.
Deja el hábito de la nicotina
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Hazle un favor a tu sistema inmunitario y deja de fumar. Si te cuesta un par de intentos antes de dejarlo definitivamente, ¡aguanta! Pide consejo a tu médico sobre cómo hacer este importante cambio de vida. Aléjate también del humo de segunda mano.
Lávate las manos
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Envía esos gérmenes por el desagüe antes de que tu cuerpo tenga que luchar contra ellos. Utiliza jabón y agua corriente y limpia. Lávate durante al menos 20 segundos. Si no tienes acceso a agua y jabón, un desinfectante de manos puede ayudarte (a menos que tu piel esté llena de suciedad y grasa). Pero ten en cuenta que no eliminará todos los gérmenes y otras cosas malas. Elige uno con al menos un 60% de alcohol.