No te controlas el azúcar en sangre
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Las personas con diabetes tipo 2 a menudo pueden mantener sus niveles de azúcar en sangre bajo control con dieta, ejercicio y medicamentos. Pero a menos que compruebe su nivel de azúcar en sangre todos los días con un medidor, no tendrá los resultados más precisos. Cualquier persona con diabetes puede beneficiarse de comprobar su nivel de azúcar en sangre. Y si lleva un registro de sus resultados, su médico puede saber cómo está respondiendo a su plan de tratamiento a lo largo del tiempo.
Tienes sed y tienes que irte
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La sed y la micción frecuente son dos signos clásicos de la diabetes causados por un exceso de azúcar en la sangre. Como los riñones trabajan más para filtrar el azúcar, también extraen más líquidos de los tejidos, por lo que tienes que ir al baño con más frecuencia de lo habitual. La sed es la forma que tiene el cuerpo de decirle que necesita reponer los líquidos que está perdiendo. Si no bebes más líquidos, puedes deshidratarte.
Estás agotado
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La fatiga es otra señal de que su azúcar en sangre no está bajo control. Cuando el azúcar se queda en el torrente sanguíneo en lugar de desviarse a las células del cuerpo, los músculos no reciben suficiente combustible para utilizarlo como energía. Es posible que te sientas sólo un poco cansado, o que tu fatiga sea tan intensa que necesites una siesta. A veces, las personas con diabetes se sienten especialmente cansadas después de comer una comida abundante.
La habitación da vueltas
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Sentirse mareado o tembloroso puede ser un signo de bajo nivel de azúcar en sangre o hipoglucemia. Dado que el cerebro necesita glucosa para funcionar, una bajada de azúcar en sangre puede ser peligrosa -incluso mortal- si no la afrontas. Un vaso de zumo de fruta puede hacer que suba el azúcar en sangre a corto plazo. Pero si te sientes tembloroso o mareado, habla con tu médico. Es posible que tengas que ajustar tus medicamentos o tu dieta.
Se le hinchan las manos y los pies
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Si tienes la presión arterial alta y también diabetes, ambas condiciones pueden dañar la capacidad de los riñones para filtrar los desechos y los líquidos con el tiempo. A medida que el agua se acumula en el cuerpo, las manos y los pies pueden hincharse, una señal de advertencia de que puede tener una enfermedad renal. Puede preservar la función renal que tiene tomando sus medicamentos para la diabetes y la presión arterial según lo prescrito. Los cambios en la dieta pueden ayudar. Trabaje con un nutricionista para mantener el azúcar en la sangre bajo control.
Tiene entumecimiento u hormigueo
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El daño a los nervios (llamado neuropatía periférica) puede ser otro signo de azúcares en sangre crónicamente elevados. Produce entumecimiento u hormigueo en las manos y los pies, o incapacidad para sentir el dolor o los cambios de temperatura. Acuda a su podólogo para que le examine los pies con regularidad. Las personas con neuropatía pueden no darse cuenta de que se han lesionado con un corte o de que una herida se está infectando. O pueden ser hipersensibles al dolor. Pueden experimentar un dolor intenso y constante a partir de una estimulación que de otro modo sería indolora.
Tienes problemas de estómago
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La diabetes también daña el nervio que ayuda a su estómago a vaciarse y mover los alimentos sin problemas a través de su tracto digestivo. Cuando el estómago no puede vaciarse con la suficiente rapidez, una afección llamada gastroparesia, puedes tener problemas abdominales desagradables como náuseas, vómitos, hinchazón, ardor de estómago o sensación de saciedad justo después de empezar a comer o mucho tiempo después. La gastroparesia también puede dificultar el control de su diabetes.
Estás perdiendo la vista
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Tanto la hiperglucemia como la hipertensión arterial pueden dañar las estructuras sensibles de sus ojos y amenazar su visión. La retinopatía diabética, causada por el daño de los vasos sanguíneos del ojo, es una de las principales causas de ceguera en los adultos. La visión borrosa, las manchas, las líneas o las luces intermitentes son señales de que es hora de acudir al oftalmólogo de inmediato. Hazte una revisión ocular ahora, antes de que tu visión tenga la oportunidad de deteriorarse.
Estás perdiendo peso
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Perder los kilos no deseados es siempre una buena idea para controlar la diabetes tipo 2. Pero si estás perdiendo peso rápidamente, sin intentarlo, o sin hacer nada diferente, puede ser una señal de que tu glucosa está demasiado alta. Cuando tu glucosa es alta, se elimina del cuerpo con la orina, llevándose las calorías y los líquidos que consumes.
Tienes infecciones recurrentes
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Las infecciones frecuentes o recurrentes son a veces un signo de un nivel alto de azúcar en sangre. Podrías sufrir enfermedades de las encías, infecciones del tracto urinario, infecciones bacterianas o fúngicas de la piel o, si eres mujer, infecciones por hongos. Otras infecciones pueden ser la neumonía y las infecciones respiratorias, las infecciones renales y de la vesícula biliar, y las infecciones bacterianas graves del oído medio y las infecciones fúngicas de los senos paranasales.
Los cortes y los hematomas no se curan
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Si su nivel de azúcar en la sangre no está bien controlado, es posible que descubra que los cortes y los moretones tardan en curarse. Atender las heridas, por pequeñas que sean, es importante porque reduce el riesgo de infecciones en las personas con diabetes. Las infecciones en sí mismas también pueden empeorar el nivel de azúcar en la sangre, lo que hace aún más difícil que tu sistema inmunitario combata la infección.
Mantenga el control
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No se asuste por las complicaciones de la diabetes: intente evitarlas siguiendo cuidadosamente el plan de tratamiento de su médico. Tome sus medicamentos, siga una dieta saludable y haga ejercicio para mantener sus niveles de azúcar en sangre bajo control. Utiliza tu medidor para medir tu nivel de azúcar en sangre y saber que se mantiene dentro de los límites recomendados. Una prueba de A1C al menos dos veces al año le dará una buena imagen del control de su azúcar en sangre a lo largo del tiempo.
Cuándo llamar a su médico
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Cualquier síntoma nuevo o inusual merece una llamada a su médico. Llame si se siente mareado o le baja el azúcar en sangre o si tiene síntomas graves como vómitos incontrolados, entumecimiento u hormigueo, o visión borrosa o doble. Llame también si tiene problemas para controlar su presión arterial con su tratamiento actual.