Histoplasmosis:
Enfermedad causada por el hongo Histoplasma capsulatum. La mayoría de las personas con histoplasmosis no presentan síntomas. Sin embargo, el histoplasma puede causar una enfermedad pulmonar aguda o crónica y una histoplasmosis diseminada progresiva que afecta a varios órganos. Puede ser mortal si no se trata.
Las pruebas cutáneas positivas a Histoplasma se dan hasta en el 80% de las personas que viven en zonas donde el hongo es común, como el este y el centro de Estados Unidos. Los bebés, los niños pequeños y las personas mayores, en particular los que padecen enfermedades pulmonares crónicas, tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave. La enfermedad diseminada se observa con mayor frecuencia en personas con cáncer o sida o en aquellas que toman fármacos que suprimen el sistema inmunitario, como los bloqueadores del TNF como el infliximab (Remicade) o los esteroides.
El hongo crece en el suelo y en el material contaminado con excrementos de murciélagos o aves. Las esporas se transmiten por el aire cuando se remueve el suelo contaminado. Respirar las esporas provoca la infección. La enfermedad no se transmite de una persona infectada a otra.
Los síntomas, cuando se producen, comienzan entre tres y 17 días después de la exposición; la media es de 10 días. La enfermedad respiratoria aguda se caracteriza por síntomas respiratorios, sensación de malestar general, fiebre, dolores en el pecho y tos seca o no productiva. En la radiografía de tórax pueden observarse distintos patrones. La enfermedad pulmonar crónica se asemeja a la tuberculosis y puede empeorar durante meses o años. La forma diseminada es mortal, a menos que se trate.
Los casos leves pueden resolverse sin tratamiento. Los casos graves de histoplasmosis aguda y todos los casos de enfermedad crónica y diseminada se tratan con medicamentos antimicóticos, a veces de por vida en las personas con sistemas inmunitarios comprometidos.