Te gustan los alimentos equivocados
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La alimentación poco saludable es el mayor impulsor de las grandes barrigas. Demasiados carbohidratos con almidón y grasas malas son una receta para que esa sección media se expanda. En su lugar, toma muchas verduras, elige proteínas magras y mantente alejado de las grasas de las carnes rojas. Elige grasas más saludables en cosas como el pescado, los frutos secos y los aguacates.
Incluso un recorte moderado de los carbohidratos (cereales, pasta, azúcares) también puede ayudar.
Te gusta demasiado la comida
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Esa grasa del vientre bajo la piel (llamada subcutánea) y la grasa bajo tus músculos abdominales y alrededor de los órganos vitales (llamada visceral) tienen que desaparecer. La grasa visceral aumenta las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes. También puede provocar hipertensión arterial, entre otras cosas. Comer demasiado es, al menos en parte, la causa de esa flacidez. Limitar las porciones puede mantener baja la grasa visceral.
Fumas
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Todos conocemos los peligros del tabaco. Añade esto a la lista: Un estudio demostró que provoca más grasa abdominal y visceral. Así que si necesitabas una razón más para dejar de fumar, ya la tienes.
Estás estresado
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Cuando la hormona del estrés, el cortisol, recorre tu cuerpo, la grasa se instala en tu vientre. Habla con tu médico sobre cómo manejar tu estrés. El ejercicio puede ayudar a aliviarlo. Medita. Haz yoga. Reúne un buen sistema de apoyo. Habla con un profesional de la salud mental si lo necesitas.
No estás haciendo suficiente ejercicio
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Nadie dijo que deshacerse de la grasa del vientre iba a ser fácil. Si tu barriga estira demasiado la cinta métrica -para los hombres, eso es más de 40 pulgadas alrededor de la cintura, y para las mujeres, más de 35-, necesitas una actividad física moderada (como caminar) durante al menos 150 minutos a la semana, o vigorosa (correr) durante 75, y un entrenamiento de fuerza al menos dos veces por semana. Consulte primero a su médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicios.
Estás haciendo los ejercicios equivocados
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Esos abdominales no son suficientes. También necesitas entrenar con pesas para construir músculo. Más músculo significa más quema de calorías.
Dicho esto, si sólo puedes hacer un ejercicio, elige el ejercicio aeróbico (como caminar o correr). Es el que mejor funciona para quemar grasa. Conviértalo en un hábito y aumente lentamente la intensidad para obtener los resultados que busca.
Te gusta la cerveza
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No sólo la cerveza y los hidratos de carbono que contiene hacen que esa barriga cervecera reviente. Todo el alcohol tiene calorías. Si ingieres demasiadas calorías -especialmente si no haces ejercicio y no comes bien- vas a engordar. Si bebes, recuerda hacerlo con moderación.
Las bebidas deportivas y energéticas llenan tu nevera
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Las bebidas deportivas pueden tener mucho azúcar. Eso aporta calorías. Si bebes demasiadas, te estás predisponiendo a un aumento de peso que puede acabar en tu cintura. Reduce las bebidas azucaradas y con muchas calorías. Esto incluye las bebidas energéticas y los refrescos no dietéticos.
No estás bebiendo suficiente agua
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Los estudios demuestran que beber más agua puede ayudarte a perder peso. Elegir H2O en lugar de bebidas azucaradas significa menos calorías. Eso puede ayudarte a eliminar esa grasa del vientre. Además, es la única bebida que puede hidratar sin añadir azúcares ni otros compuestos.
Genética
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Sí, tu árbol genealógico afecta a tus posibilidades de padecer obesidad. También influye en dónde almacenas la grasa. Pero hay esperanza. Conseguir el equilibrio adecuado entre las calorías que ingieres (tu dieta) y las que quemas (mediante el ejercicio) puede ayudarte a no ganar peso, a pesar de tus genes.
No duermes bien
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Esas incursiones nocturnas en la nevera son asesinas de la dieta. No sólo eso, si no duermes, estás poniendo en marcha las hormonas del estrés. Estas estimulan a tu cuerpo a mantener la grasa.
Aprende buenos hábitos para dormir, como:
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Dejar el teléfono.
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Apaga el ordenador portátil.
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Acuéstate a la misma hora cada noche.
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Evite el alcohol antes de acostarse.
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Haz ejercicio físico.
Estás obsesionado con la báscula
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Te damos una buena noticia: puede que estés perdiendo esa grasa del vientre y no te des cuenta. Si estás comiendo bien y haciendo ejercicio, recuerda que la forma en que te queda la ropa -medida por el tamaño de tu cintura- es más importante que lo que dice la báscula. Si la cintura te queda menos ajustada, es posible que hayas sustituido parte de la grasa del vientre por músculo.