Cómo organizar tu casa con TDAH

No es ningún secreto que los adultos con TDAH suelen tener dificultades para mantener su casa organizada. Algunos prosperan en entornos desordenados. Pero si los montones de papeles o ropa le impiden encontrar las cosas que necesita o el desorden le hace sentirse estresado y abrumado, sus síntomas de TDAH pueden ser aún más difíciles de manejar. Es entonces cuando las estrategias de organización del hogar pueden ayudar.

La falta de capacidad de organización y el desorden son comunes en las personas con TDAH. A veces, el desorden es un esfuerzo para compensar los problemas de memoria o de gestión del tiempo relacionados con el TDAH. Puedes dejar una pila de facturas en la encimera de la cocina o la colada desdoblada en el sofá para recordarte que tienes que hacer un seguimiento.

Esto puede funcionar a corto plazo. Pero crear un sistema organizativo eficaz puede ayudar de muchas maneras, como:

  • Evitar que pierdas tiempo buscando cosas

  • Ayudarle a ser más productivo

  • Hacer que te sientas menos ansioso

  • Reducir los conflictos con otras personas de su hogar

Cómo organizar mi casa con el TDAH?

A veces, lo más difícil de organizar es dar el primer paso. Puede parecer desalentador ordenar el garaje, el armario de tu habitación o incluso el "cajón de los trastos". La mejor manera de abordar este tipo de proyectos es dividirlos en pasos pequeños y factibles. No intente organizar toda su casa o incluso una habitación entera de una sola vez. Haz una lista de tareas alcanzables para cada día, pon un temporizador y céntrate en una sola tarea cada vez.

Planifícalo. Un plan eficaz puede incluir pasos como:

  • Selecciona las zonas de tu casa que quieres organizar.

  • Ordena cada una de ellas de la más fácil a la más difícil.

  • Empezando por el trabajo más fácil, haz una lista de las tareas que tendrás que hacer para organizar el espacio.

  • Divide estas tareas en segmentos de 15 a 60 minutos, dependiendo de la facilidad con la que te estreses o te aburras.

  • En tu teléfono o en un calendario, programa el tiempo durante unos días o semanas según sea necesario para terminar el trabajo.

  • Pase gradualmente a las áreas más difíciles y que requieren más tiempo.

Recompénsate a ti mismo. Antes de empezar, crea motivación planificando recompensas para cada tarea que completes. No esperes a los grandes hitos para celebrar tus progresos. Puedes tomarte un descanso de unos minutos para consultar el teléfono, ver la televisión, jugar a un videojuego o tomar un tentempié. Cuando termines un proyecto importante, date una recompensa mayor: quizá una cena en un restaurante, una película favorita o incluso un día libre de organización.

Clasifique los objetos. Durante tus sesiones de organización, te encontrarás con un montón de elementos sobre los que tendrás que tomar decisiones. Sepáralos en cosas que quieras:

  • Guarda

  • Trasladarse a otra habitación

  • Tirar o reciclar

  • Donar o vender

Clasifícalos en montones, cubos o cajas. Si te cuesta decidir qué hacer con ciertas cosas, ponlas en un contenedor para "decidir después". Etiquétalo y establece una fecha límite en tu teléfono o calendario para tomar una decisión.

Crea zonas. Cuando organices una habitación, piensa en dividir el espacio en diferentes zonas en función de las cosas que hagas allí.

Por ejemplo, si utilizas el sofá del salón para responder a los correos electrónicos y pagar las facturas, así como para ver la televisión, leer y relajarte, puede que seas menos productivo. Esto se debe a que es más probable que te distraigas. Así que organiza los muebles y otros elementos para crear secciones como:

  • Una zona de trabajo con un escritorio y un archivador o un tablón de anuncios

  • Una zona de relax con su sofá, televisión y algunos cojines y mantas acogedores

  • Una zona de lectura con una buena lámpara y una silla cómoda

Ocúpate del papel. Los papeles sueltos como el correo, las facturas y los recibos tienden a acumularse con el tiempo. Esto no sólo aumenta el desorden, sino que puede provocar retrasos en los pagos y la pérdida de citas. Esto es lo que puedes hacer para mantener el papeleo organizado:

  • Crea un sistema de archivo para los papeles que necesitas conservar. Ordénalos por tipo o función, como los documentos fiscales o los historiales médicos. Utiliza separadores, etiquetas o códigos de colores para ayudarte a tenerlos localizados. ¿Los archivadores no son para ti? Utiliza revisteros o bolsillos de almacenamiento montados en la pared. O guarda tus papeles en cajas en una estantería con estantes abiertos.

  • Designa un lugar para organizar tu correo a diario, quizás junto a tu papelera de reciclaje. En cuanto llegue el correo, actúa sobre él, recíclalo o ponlo en tus archivos.

Almacenamiento inteligente. Estas estrategias de almacenamiento pueden ayudarte a encontrar las cosas cuando las necesitas:

  • En lugar de dejar los objetos fuera para recordarte que tienes que ocuparte de ellos, guárdalos en contenedores transparentes. Esto tiene un aspecto más ordenado y ahorra el tiempo que habrías dedicado a buscarlos.

  • Los estantes colgantes u organizadores sobre la puerta ahorran espacio y mantienen las cosas visibles. Utilízalos en la despensa; para guardar zapatos, joyas o bolsos en tu armario; o para organizar los materiales de manualidades.

  • Las cajas bajo la cama con tapa proporcionan un almacenamiento oculto y práctico para los zapatos, la ropa extra o las mantas.

Mientras limpias y organizas, enciende la televisión, escucha un podcast o pon música para que el tiempo pase más rápido. O pide a un familiar o amigo que te ayude y te haga compañía. Será menos probable que pierdas el interés antes de llegar a la meta.

Cómo puedo mantener las cosas organizadas?

Una vez que hayas organizado un espacio, el truco es mantenerlo así. Aquí tienes unos cuantos consejos que te ayudarán a mantener el orden:

Crea una zona de aterrizaje. Designa un lugar seguro y práctico para los objetos importantes que utilizas a diario, como el teléfono, las llaves y la cartera. Puede ser una estantería o una cesta en una mesa cerca de la puerta que utilices más a menudo. Colócalos allí cada vez que llegues a casa para no tener que buscarlos cuando intentes salir por la puerta.

Acabe con la acumulación de papel. Elige facturas, recibos y recordatorios electrónicos siempre que sea posible. Haz fotos de los recibos, recetas y otros papeles que quieras guardar pero de los que no necesites los originales. No acepte listas de correo que le envíen catálogos en papel, cupones o correo basura. Consulta la página web del comercio o busca cupones digitales.

Compre menos cosas. La forma más fácil de evitar el desorden es no añadir nuevos artículos a tu espacio. Ponte la regla de que debes deshacerte de algo cada vez que traigas algo. Así, antes de coger el último ejemplar de una revista, recicla el que está en tu mesa de centro. Cuando pidas un par de zapatos nuevos, tira un par gastado.

Un lugar para los objetos fuera de lugar. Guarda una caja o cesta atractiva en cada habitación en la que se amontonen cosas fuera de lugar. Cuando limpies una habitación, o siempre que veas un objeto que debería estar en otro lugar, ponlo en el contenedor. No se perderá y tendrás una forma fácil de transportarlo a donde debe estar.

Ordena sobre la marcha. La mejor manera de mantener un espacio ordenado es limpiar cada vez que lo usas. Así que después de cenar, pon los platos en el lavavajillas inmediatamente. Al día siguiente te levantarás con el comedor limpio y tendrás una tarea menos que hacer. Aplica la misma táctica para cualquier cosa que veas fuera de lugar. Cuando veas un cajón abierto, ciérralo al pasar. ¿Un cubo de basura lleno? Vacíelo en el acto.

Haga una recogida diaria de 10 minutos. Cada noche, programe 10 minutos para pasearse por su casa y hacer una recogida rápida. Lleva un cesto de la ropa sucia y coge los juguetes abandonados, los calcetines sucios o los envoltorios de comida que encuentres por ahí. Después, tíralos a la basura o ponlos en su sitio. Otros miembros de la familia pueden unirse a la diversión.

Limpia en ráfagas de 15 minutos. Si habitualmente pospones la limpieza porque no tienes tiempo, haz las tareas de unos pocos minutos cada vez. Pon un temporizador y durante 15 minutos no hagas nada más que doblar la ropa, por ejemplo. Si quieres seguir adelante cuando se acabe el tiempo, haz otra ráfaga de 15 minutos. Si no, haz otros 15 minutos más tarde.

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