Por Russ Federman, PhD, en declaraciones a Hallie Levine
He pasado la mayor parte de mis 40 años de carrera trabajando con personas con trastorno bipolar. También dirijo un
grupo de apoyo para profesionales con trastorno bipolar. Uno de los mayores retos es ayudar a las personas a aceptar la realidad de su diagnóstico. Esto es muy común, especialmente entre los adultos jóvenes. Pero es importante que lo acepten.
Sabemos que los retrasos en el tratamiento adecuado no sólo empeoran los síntomas, sino que, lo que es más importante, afectan al pronóstico a largo plazo. Pero aunque hay muchos retos, también hay muchas formas de encontrar el éxito. Esto es lo que las personas con trastorno bipolar deben tener en cuenta.
No hay un enfoque único para todos.
El trastorno bipolar puede ser difícil de tratar porque las personas presentan una amplia gama de síntomas. Hay personas con síntomas leves, que pueden vivir su vida cotidiana sin grandes trastornos, y personas que entran y salen constantemente de hospitales psiquiátricos estatales, con discapacidades funcionales. Cuando elaboro un enfoque terapéutico para mis pacientes, tengo en cuenta tres cosas principales:
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Cuáles son sus síntomas únicos?
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Cómo de graves son sus síntomas?
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Cuán conscientes son de sí mismos y cuán motivados están para hacer el trabajo para mejorar?
Una vez que tengo una buena idea de sus antecedentes y síntomas, les pregunto en qué sienten que necesitan más ayuda. La terapia debe adaptarse a sus necesidades particulares, de lo contrario no les servirá de nada, por muy decididos que estén a tener éxito con el tratamiento.
El estilo de vida es clave para controlar el trastorno bipolar.
Esto es importante para todo el mundo, pero es especialmente esencial para aquellos a los que se les diagnostica la enfermedad en la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta. Vivirán con esta enfermedad durante décadas. A menudo, este diagnóstico es muy doloroso para ellos, ya que se preocupan por el impacto de su enfermedad en su futuro. Les explico que adoptar un estilo de vida saludable puede facilitarles la aceptación y la adaptación a su trastorno. Esto es en lo que me centro:
Establecer un horario de sueño estable. Conseguir que una persona con trastorno bipolar inicie y mantenga unos patrones de sueño saludables puede ser tan potente como la medicación adecuada. Es muy importante centrarse en acostarse temprano y despertarse temprano por la mañana para conseguir que los ritmos circadianos estén sincronizados. La constancia también es clave: sirve de barrera protectora contra la inestabilidad del estado de ánimo.
Evite las drogas y el alcohol. Pueden potenciar los síntomas del trastorno bipolar, como la depresión o la manía.
Haga ejercicio con regularidad. Esto es especialmente importante cuando se trata de controlar los síntomas de la depresión. Cuando se hace ejercicio, el cuerpo libera unas sustancias químicas llamadas endorfinas que desencadenan sentimientos positivos.
Desarrolle un sistema de apoyo saludable. Si tienes un grupo fuerte de amigos y seres queridos que te proporcionen empatía y ánimo, tu condición será más fácil de manejar.
Un enfoque de equipo funciona mejor. El psiquiatra es importante en el tratamiento del trastorno bipolar, pero no puede hacerlo solo. Aunque a menudo son ellos los que recetan los medicamentos que cambian la vida, las personas con bipolaridad también necesitan terapia de conversación. Esto les ayuda a resolver la serie de problemas que afrontan cada día.
También pueden beneficiarse de la terapia centrada en la familia (FFT), una forma de terapia a corto plazo que incluye tanto a ellos como a sus padres, pareja u otros seres queridos. En ella se educa a todos sobre los síntomas comunes y su ciclo a lo largo del tiempo, los signos de advertencia temprana de nuevos episodios y cómo evitar que éstos empeoren. Las investigaciones demuestran que esto puede ayudar a mejorar los síntomas del estado de ánimo y el funcionamiento.
También animo a todos mis clientes, especialmente a los adolescentes y adultos jóvenes, a unirse a un grupo de apoyo. Todavía hay mucho estigma asociado al trastorno bipolar. La verdad es que la gente que no está muy expuesta a esta enfermedad no la entiende. Es útil conocer y hablar con otras personas de una edad similar que pasan por problemas parecidos para encontrar apoyo.
A veces, es necesario dar pasos de bebé. Los medicamentos para el trastorno bipolar no siempre son agradables de tomar. Tienen toda una serie de efectos secundarios, como aumento de peso, náuseas y temblores. La gente suele querer controlar la enfermedad por sí misma. Pero eso no suele funcionar y puede ser una receta para el desastre. En lugar de eso, les animo a que elijan un periodo corto de tiempo -por ejemplo, 3 meses- para comprometerse a tomar sus medicamentos. Una vez que han superado ese período, suelen ver lo mucho que mejoran, lo que les anima a mantener el rumbo.
Hay una luz al final del túnel.
La buena noticia es que la mayoría de las personas diagnosticadas de bipolaridad mejorarán con el tiempo si están motivadas y son capaces de dedicar tiempo y energía a vivir de forma sana y saludable. No hay duda de que controlar los cambios de humor es difícil. Las personas con trastorno bipolar se enfrentan a un vaivén de emociones, pasando por períodos de depresión y manía. Cuando se hunden en la depresión, entran en un período profundo y oscuro que puede durar meses. Cuando entran en manía, ese tipo de elevación es perturbadora. Afecta a su juicio. La gente suele acabar comportándose de forma que conduce a resultados negativos. Así que vuelven a caer en la depresión.
Pero en el lado positivo, navegar por estos altibajos puede ser tan desagradable que se convierte en una motivación para que sigan el tratamiento. Les digo a mis clientes más jóvenes que, gracias a los avances en el tratamiento, si se lo proponen, no hay nada que les impida vivir una vida rica y significativa.