¿Se puede detectar la hepatitis C a tiempo? Señales comunes a las que hay que prestar atención

Por qué hay que estar atento a los signos de la hepatitis C

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La hepatitis C es un virus que provoca la inflamación del hígado. Puede causar efectos secundarios graves, como cáncer de hígado, e incluso puede provocar la muerte si no se trata. 

Uno de los aspectos más complicados de esta enfermedad es que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo, causando daños de forma silenciosa. Todas las infecciones por hepatitis C comienzan en una fase aguda, que suele mostrar pocos o ningún síntoma. 

La hepatitis C aguda no siempre desemboca en una enfermedad crónica. Sin embargo, es importante estar atento a ciertos signos que le ayudarán a detectar la hepatitis C. Cuanto antes se detecte, más eficaz será el tratamiento.

Debe consultar a su médico siempre que encuentre uno de estos síntomas, incluso en caso de duda. Detectar la hepatitis C a tiempo es la clave para prevenir los daños y el contagio posterior.

Problemas digestivos

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Si muestra síntomas durante la etapa de la hepatitis C aguda, normalmente serán problemas relacionados con el estómago. Los síntomas comunes de la hepatitis C aguda incluyen:

  • Dolores de estómago frecuentes

  • Disminución del apetito

  • Náuseas

  • Vómitos

Fiebres frecuentes

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Unas semanas después de la infección, una persona con hepatitis C puede tener fiebre alta. Aunque no signifique necesariamente que se trate de una hepatitis, es conveniente que consulte a su médico si tiene una temperatura superior a 100 grados Fahrenheit (38 grados Celsius).

Alteración del color de la piel y los ojos

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Aproximadamente 1 de cada 5 personas con hepatitis C experimentará una condición llamada ictericia. Debido a un funcionamiento inadecuado del hígado, una sustancia natural llamada bilirrubina comienza a acumularse. Esto provoca un tinte amarillo en los ojos y en el color de la piel, un signo típico de enfermedad hepática.

Dolor y fatiga

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El dolor físico persistente es un signo común de la hepatitis C crónica. Junto con la fatiga general, el dolor suele sentirse a través de los dolores articulares y musculares. El dolor articular también puede empezar a aparecer durante la fase aguda.

Cambios en el color de la orina y las heces

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Las personas con hepatitis C a menudo informarán de un cambio de color en su orina y heces. Concretamente, su orina puede ser más oscura de lo habitual y sus heces pueden parecerse a la arcilla. 

En los casos graves de hepatitis C, las heces también pueden volverse más oscuras como resultado de la cirrosis, una condición que impide el funcionamiento adecuado del hígado debido a las cicatrices causadas por el daño a largo plazo.

Sangrado y hematomas fáciles

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Otro signo de la enfermedad hepática es ser más propenso a las hemorragias y los hematomas. Es más común durante la etapa de la hepatitis C crónica, así que asegúrate de consultar con tu médico si notas que sangras y tienes moretones con más frecuencia.

Picor recurrente en la piel

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Los sarpullidos, y el picor de la piel en general, no suelen ser signos de un problema grave. Sin embargo, si ves que vuelven a aparecer, pueden estar relacionados con la hepatitis C, especialmente cuando es crónica. 

Cambio en la apariencia de los vasos sanguíneos

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La hepatitis C crónica puede causar un angioma en forma de araña, una acumulación de vasos sanguíneos que se muestra en la piel como extensiones rojas que se expanden como una tela de araña. Aunque suele ser indoloro, es conveniente que su médico lo revise para asegurarse de que no está relacionado con la hepatitis C.

Pérdida rápida de peso

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Una persona con hepatitis C puede experimentar una pérdida de peso repentina y luchar por ganar peso. En el caso de los niños, esto puede incluso retrasar su desarrollo y crecimiento. Consulte a su médico para asegurar una dieta adecuada que compense estos cambios.

Retención de agua

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La acumulación de líquido en su abdomen se denomina ascitis, y es un signo común de cirrosis. Esta afección está causada por el daño hepático a largo plazo, que puede ser consecuencia de una hepatitis C no tratada. Mientras que la hepatitis C puede provocar a menudo una pérdida de peso, la ascitis puede, en cambio, causar un aumento del peso corporal. 

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