Es más que probable que haya visto calcetines de compresión. Están diseñados para apretar ligeramente las piernas a diferentes niveles. Llevarlos tiene muchas ventajas.
Los calcetines y medias de compresión están diseñados específicamente para aplicar una suave presión en la parte inferior de la pierna. Esto ayuda a mantener el flujo de sangre y a disminuir la hinchazón y el dolor. Algunas de las afecciones para las que el médico puede prescribir calcetines de compresión son el linfedema y las varices.
Los calcetines de compresión están disponibles en varias longitudes y, aunque pueden parecer calcetines normales, su presión de apriete es lo que los hace diferentes. Sin embargo, están infrautilizados porque muchas personas no se dan cuenta del beneficio que supone una mejor circulación sanguínea a cualquier edad.
La mayoría de las veces, encontrará estas medias en dos formas diferentes: medias antiembolismo y medias graduadas.
Las medias antiembolismo tienen un propósito muy específico. Se crearon para ayudar a mantener la circulación y prevenir los coágulos de sangre. Son especialmente útiles para los pacientes encamados.
Las medias de compresión graduada son más comunes. Hay una gran variedad de ajustes incluso en calcetines individuales, y el ajuste disminuye a medida que el calcetín sube por la pierna. Por lo general, estos calcetines vienen en longitudes hasta la rodilla y hasta el muslo, pero las mallas de longitud completa también se están haciendo populares entre los atletas.
Si le recetan calcetines de compresión, primero se medirá la pierna para determinar la talla necesaria y, tras la compra, el médico comprobará si le quedan bien. Para los que son nuevos en el uso de calcetines de compresión, es posible que al principio les resulten incómodos. Si es así, puede quitárselos temporalmente. En principio, no es necesario llevarlos desde el desayuno hasta la cena. A veces, puede ser necesario ajustarlos a su comodidad, al igual que cuando se estrena un par de zapatos nuevos.
