3 Ejercicios de respiración para ayudar al flujo de aire
Por Rebekah Kuschmider
Si tienes asma, respirar a menudo puede parecer un gran esfuerzo. El asma contrae los conductos de aire de los pulmones, por lo que no se llenan ni se vacían con la eficacia que deberían. Esto puede provocar una sensación de opresión en el pecho. Además, el diafragma tiene menos espacio para empujar el aire hacia dentro y hacia fuera.
Si el diafragma no puede realizar la mayor parte del trabajo para mantener la respiración con facilidad, los músculos del cuello, la espalda y el pecho intentan compensarlo. Acabas trabajando más duro, pero aún así tomas menos aire. Tus niveles de oxígeno serán más bajos, lo que dificultará tus actividades.
Los expertos recomiendan realizar sencillos ejercicios respiratorios para calmar la respiración y mejorar el funcionamiento general de los pulmones y el diafragma.
Respiración con los labios fruncidos
Esta técnica es útil cuando sientes que te falta el aire. El objetivo de la respiración con los labios fruncidos es ralentizar la respiración y mantener las vías respiratorias abiertas durante más tiempo. Debes procurar hacer pocas respiraciones pero permitiendo que entre y salga más aire de los pulmones. El ejercicio en sí es sencillo: inspira por la nariz y expulsa el aire por la boca con los labios fruncidos. Intenta que la exhalación dure el doble que la inhalación. Repite estas respiraciones largas y lentas hasta que tu respiración vuelva a ser normal.
Respiración abdominal
La respiración abdominal, o respiración diafragmática, puede ayudar a fortalecer el diafragma para facilitar la respiración. También puede ser una técnica útil para ayudar con la falta de aliento. Empieza por sentarte o tumbarte en una posición cómoda y coloca las manos sobre el vientre. Inspira profundamente por la nariz, concentrándote en sentir que tu vientre se eleva bajo tus manos. A continuación, exhale lentamente por la boca, concentrándose en sentir que el vientre vuelve a la normalidad. Practicar este tipo de respiración durante 5-10 minutos al día puede ayudar a mejorar la función del diafragma.
Respiración de yoga
Los estudios han demostrado que las personas con asma que toman clases de yoga tienen menos ataques de asma y no necesitan depender de inhaladores de acción rápida con tanta frecuencia. En un estudio publicado recientemente, los participantes tomaron clases de yoga que incluían la ralentización consciente de su respiración. Los investigadores creen que las respiraciones lentas y profundas ayudan a fortalecer los músculos utilizados para respirar. Si quiere incorporar el yoga a su plan de salud general, coméntelo con su médico. Busque una clase de yoga de nivel inicial si nunca ha hecho yoga antes, e informe a su instructor de que tiene asma.
Los ejercicios de respiración no deben sustituir a la medicación que le recete su médico para controlar el asma. Siga tomando sus medicamentos según las indicaciones. Si tienes dudas sobre si los ejercicios de respiración son adecuados para ti y cómo debes utilizarlos, habla con tu médico. Su médico puede ayudarle a añadir ejercicios respiratorios a su plan de tratamiento.