Las coles de Bruselas reciben su nombre de la capital de Bélgica, donde crecieron por primera vez en el siglo XVI. Se parecen un poco a las mini coles, pero no se deje engañar por su pequeño tamaño. Tienen una gran cantidad de nutrientes en cada bocado.
Las coles de Bruselas son de la familia de las crucíferas, parientes del brócoli, la coliflor, la berza y la col rizada. Con un tamaño de sólo 2,5 cm, son verdes y redondas, con hojas muy juntas.
Cuando se preparan correctamente, las coles de Bruselas tienen un sabor suave y dulce, casi a nuez. Pero es muy fácil que se cocinen demasiado, lo que puede provocar un sabor amargo, una textura blanda y un fuerte olor a azufre. Por eso, las coles de Bruselas suelen tener mala fama.
Nutrientes por ración
Una ración (1 taza) de coles de Bruselas cocidas tiene:
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Calorías: 56
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Grasa: 0 g
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Carbohidratos: 11 g
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Fibra: 4 g
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Proteínas: 4 g
También son ricos en vitaminas y minerales, como:
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Vitamina C
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Vitamina K
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Folato
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Calcio
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Hierro
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Potasio
Beneficios para la salud
Las coles de Bruselas tienen una gran cantidad de una sustancia natural a base de azufre con un nombre un poco trabalenguas: el glucosinolato glucobrassicin. Las investigaciones demuestran que este compuesto puede ayudar a prevenir los daños en el ADN que aumentan las posibilidades de contraer cáncer. También puede impedir que crezcan nuevos vasos sanguíneos dentro de los tumores.
Comer muchas coles de Bruselas y otras verduras crucíferas puede ayudar a proteger contra el cáncer de estómago, pulmón, riñón, mama, vejiga y próstata.
Las verduras crujientes como las coles de Bruselas también pueden ayudar a evitar otros problemas de salud, como la hipertensión, el colesterol alto, las enfermedades cardíacas y la diabetes. Las coles de Bruselas también tienen carotenoides, pigmentos de colores que se encuentran en las plantas y que son buenos para los ojos.
Riesgos
A pesar de todos los beneficios para la salud de las coles de Bruselas, consulta con tu médico antes de añadirlas a tu dieta si:
Tomas anticoagulantes. Al igual que otras verduras crucíferas, las coles de Bruselas tienen un alto contenido en vitamina K, que ayuda a la coagulación de la sangre. Si toma medicamentos llamados anticoagulantes, un exceso de vitamina K podría impedir que funcionen tan bien como deberían. Pregunta a tu médico con qué frecuencia es seguro que comas coles de Bruselas.
Tienes el síndrome del intestino irritable (SII). Al igual que otras verduras crucíferas, las coles de Bruselas tienen un tipo de carbohidrato que tu cuerpo no puede descomponer fácilmente. Esto puede hacer que tengas dolor de barriga, gases y diarrea o estreñimiento.
Cómo preparar las coles de Bruselas
Busque coles de Bruselas de color verde brillante. Las manchas negras o las hojas amarillas son signos de descomposición. Una vez que las lleves a casa, las coles de Bruselas durarán una o dos semanas en el frigorífico. Si pasa más tiempo, pueden empezar a oler mal.
Para cocinarlas, aclara bien las coles para eliminar la suciedad. Corta la parte inferior (que tiene una textura dura, incluso cuando está cocida) y retira las hojas externas marchitas.
Puedes echar las coles de Bruselas en aceite de oliva y asarlas hasta que se doren, o cocinarlas al vapor en una olla con unos centímetros de agua. También son fáciles de saltear o cocinar en el microondas. Puedes añadir coles de Bruselas crudas y troceadas a sopas y ensaladas.
No hiervas las coles de Bruselas. Esto puede provocar el sabor blando y amargo que mucha gente odia. Además, elimina muchos de los nutrientes de esta verdura.