La rodilla de saltador

INTRODUCCIÓN

Antecedentes

El término rodilla de saltador se utilizó por primera vez en 1973 para describir una tendinopatía insercional. Esa es una lesión del tendón que se observa en los atletas en el punto donde el tendón se une al hueso. La rodilla de saltador suele afectar a la unión del tendón de la rótula con el poste inferior de la rótula. La rodilla de saltador se refiere a la sobrecarga de tensión funcional debida a los saltos.

Frecuencia

Estados Unidos

La rodilla de saltador es una de las tendinopatías más comunes que afectan a los atletas con esqueletos maduros. Se presenta hasta en un 20% de los atletas de salto. Con respecto a la tendinopatía bilateral (ambos lados), los hombres y las mujeres se ven igualmente afectados. Con respecto a la tendinopatía unilateral (un lado), se ven afectados el doble de hombres que de mujeres.

Biomecánica específica del deporte

Se cree que la rodilla de saltador está causada por la tensión repetitiva ejercida sobre el tendón rotuliano o del cuádriceps durante los saltos. Es una lesión específica de los atletas, en particular de los que participan en deportes de salto como el baloncesto, el voleibol o el salto de altura o de longitud. La rodilla de saltador se encuentra ocasionalmente en jugadores de fútbol y, en casos raros, puede observarse en atletas que practican deportes que no son de salto, como el levantamiento de pesas y el ciclismo.

Los factores de riesgo son el sexo, el mayor peso corporal, tener las piernas arqueadas o la rodilla en forma de tonel, tener un ángulo de la rodilla aumentado, tener una rótula anormalmente alta o una rótula anormalmente baja, y la desigualdad en la longitud de las extremidades. Las deficiencias relacionadas con la rodilla de saltador incluyen una escasa flexibilidad de los cuádriceps y los isquiotibiales. Se cree que la capacidad de salto vertical, así como la técnica de salto y aterrizaje, influyen en la carga del tendón.

El sobreentrenamiento y el juego en superficies duras también se han considerado factores de riesgo.

Curiosamente, el tendón de la rótula experimenta una mayor carga mecánica durante el aterrizaje que durante el salto, debido a la contracción muscular excéntrica (descentrada) del cuádriceps. Por lo tanto, la acción muscular excéntrica durante el aterrizaje, en lugar de la contracción muscular concéntrica (simétrica) durante el salto, puede ejercer las cargas mecánicas y de tensión que conducen a la lesión.

CLÍNICA

Historia

La rodilla de saltador se produce comúnmente en atletas que practican deportes de salto como el baloncesto y el voleibol. Los pacientes informan de dolor en la parte delantera de la rodilla, a menudo con una calidad de dolor. Los síntomas a veces aparecen lentamente y pueden no estar asociados a una lesión específica.

Dependiendo de la duración de los síntomas, la rodilla de saltador puede clasificarse en 1 de 4 etapas:

  • Estadio 1 - Dolor sólo después de la actividad, sin deterioro funcional.

  • Estadio 2 - Dolor durante y después de la actividad, aunque el paciente sigue siendo capaz de rendir satisfactoriamente en su deporte

  • Etapa 3 - Dolor prolongado durante y después de la actividad, con dificultad creciente para rendir a un nivel satisfactorio

  • Etapa 4 - Rotura completa del tendón que requiere reparación quirúrgica

Causas

La causa de la rodilla de saltador sigue sin estar clara. Las muestras de tejido no suelen mostrar la inflamación, que es más común en una verdadera tendinitis. Desde la década de 1970, se piensa que se trata más bien de una tendinosis, que es una lesión del tendón sin inflamación. La investigación biomecánica ha demostrado que las fibras anteriores (del lado frontal) del tendón rotuliano, o de la rótula, soportan una mayor carga mecánica y de tensión, lo que produce los síntomas típicos y los hallazgos del examen físico.

DIAGNÓSTICO

  • El diagnóstico de la rodilla de saltador se basa en la historia y los hallazgos clínicos. Rara vez se necesitan pruebas de laboratorio. Sin embargo, pueden considerarse si otros problemas, como una infección, podrían estar causando el problema articular.

  • Las imágenes de rayos X no suelen ser necesarias, pero podrían ser útiles para hacer el diagnóstico o excluir otras posibles causas.

  • Tanto la ecografía como la resonancia magnética son muy sensibles para detectar anomalías en los tendones tanto en atletas sintomáticos como asintomáticos.

TRATAMIENTO

Terapia física

La mayoría de los pacientes responden a un programa de manejo conservador como el que se sugiere a continuación.

  • Modificación de la actividad: Disminuya las actividades que aumentan la presión sobre la rótula y la parte superior de la pierna (por ejemplo, saltar o ponerse en cuclillas). Pueden prescribirse ciertos ejercicios de "carga".

  • Crioterapia: Aplicar hielo durante 20 a 30 minutos, de 4 a 6 veces al día, especialmente después de la actividad.

  • Evaluación del movimiento y la cinemática articular: Se evalúa la amplitud de movimiento de las articulaciones de la cadera, la rodilla y el tobillo.

  • Estiramiento: Estirar (1) los flexores de la cadera y la rodilla (isquiotibiales, gastrocnemio, iliopsoas, recto femoral, aductores), (2) los extensores de la cadera y la rodilla (cuádriceps, glúteos), (3) la banda iliotibial (un gran tendón en la parte exterior de la cadera y la parte superior de la pierna), y (4) los tejidos y estructuras circundantes de la rótula.

  • Fortalecimiento: A menudo se prescriben ejercicios específicos.

  • Pueden prescribirse otras terapias específicas para las articulaciones, los músculos y los tendones del deporte.

Los ultrasonidos o la fonoforesis (medicación administrada por ultrasonidos) pueden disminuir los síntomas de dolor. Una férula especial con un recorte para la rótula y un estabilizador lateral o un vendaje puede mejorar el seguimiento de la rótula y proporcionar estabilidad. A veces se utilizan soportes de arco o plantillas ortopédicas para mejorar la estabilidad del pie y la pierna, lo que puede reducir los síntomas y ayudar a prevenir futuras lesiones.

El tratamiento de la rodilla de saltador suele ser específico según el grado de afectación.

Fase 1

El estadio I, que se caracteriza por un dolor sólo después de la actividad y sin un deterioro funcional excesivo, suele tratarse con crioterapia. El paciente debe utilizar compresas de hielo o masajes con hielo después de terminar la actividad que exacerba el dolor y más tarde esa misma noche. Si el dolor persiste, debe administrarse un curso de medicamentos antiinflamatorios prescritos regularmente durante 10 a 14 días.

Etapa II

En el estadio II, el paciente tiene dolor tanto durante como después de la actividad, pero sigue siendo capaz de participar en el deporte de forma satisfactoria. El dolor puede interferir con el sueño. En este punto, deben evitarse las actividades que provocan un aumento de la carga del tendón rotuliano (por ejemplo, correr o saltar).

Debe aplicarse un programa completo de fisioterapia, como se ha comentado anteriormente. Para el alivio del dolor, se debe proteger la rodilla evitando las cargas elevadas sobre el tendón rotuliano, y se debe continuar con la crioterapia. Se debe instruir al atleta en el acondicionamiento alternativo para evitar lesiones en la zona afectada.

Una vez que el dolor mejore, la terapia debe centrarse en la amplitud de movimiento de las articulaciones de la rodilla, el tobillo y la cadera, la flexibilidad y el fortalecimiento.

Si el dolor se vuelve cada vez más intenso y si el deportista está más preocupado por su rendimiento, puede considerarse la posibilidad de aplicar una inyección local de corticosteroides. El médico le explicará los pros y los contras de estas inyecciones.

Estadio III

En el estadio III, el dolor del paciente se mantiene, y el rendimiento y la participación deportiva se ven afectados negativamente. Aunque las molestias aumentan, deben continuarse las medidas terapéuticas similares a las descritas anteriormente junto con la no participación en actividades que puedan empeorar o impedir la recuperación de la lesión. En el estadio III puede ser necesario el reposo relativo durante un período prolongado (por ejemplo, de 3 a 6 semanas). A menudo, se anima al deportista a continuar con un programa alternativo de entrenamiento cardiovascular y de fuerza, y si la condición no mejora con el tratamiento, se puede considerar la cirugía. Algunos atletas no podrán seguir participando en actividades que empeoren o impidan la recuperación del problema.

Estadio IV

La rotura del tendón requiere una reparación quirúrgica.

Cuestiones médicas y complicaciones

No se recomienda la inmovilización de la rodilla porque produce rigidez y puede provocar otros problemas musculares o articulares, prolongando aún más la vuelta a la actividad del deportista.

Consultas

Se recomienda consultar a un especialista en medicina física y rehabilitación o a un especialista en ortopedia, sobre todo en los casos de estadio I que no responden al tratamiento conservador y en los casos más graves (estadios II, III y IV). También se puede consultar a los médicos deportivos de atención primaria.

Fase de recuperación

Terapia física

Más arriba se ha descrito en profundidad un programa de terapia conservadora específico para cada etapa. En resumen, en la fase de recuperación, el atleta y el terapeuta deben trabajar para restablecer la amplitud de movimiento articular y la flexibilidad muscular sin dolor, la fuerza simétrica en las extremidades inferiores y la sensibilidad articular. A continuación, debe iniciarse el entrenamiento específico del deporte, incluidos los ejercicios específicos de alto nivel.

Consultas

Se recomienda consultar a un especialista en medicina física y rehabilitación o a un especialista en ortopedia, especialmente en los casos de la fase I que no responden al tratamiento conservador o en los casos más graves (fases II, III, IV).

Intervención quirúrgica

La intervención quirúrgica está indicada en el estadio IV, y en la tendinopatía refractaria del estadio III, como se ha señalado anteriormente.

Fase de mantenimiento

Programa de rehabilitación

Terapia física

Más arriba se describe en profundidad un programa de terapia conservadora específico para cada etapa (véase

Fase aguda

). Brevemente, una vez en la fase de mantenimiento, el deportista debe completar un programa de entrenamiento específico para el deporte antes de volver a competir. El médico y el fisioterapeuta pueden ayudar al deportista a determinar cuándo volver a la competición en función de los síntomas del paciente, los hallazgos de la exploración física actual y los resultados de las pruebas funcionales. Una vez que el deportista vuelve a jugar, debe trabajar para mantener las ganancias de flexibilidad y fuerza.

Consultas

Se recomienda consultar a un especialista en medicina física y rehabilitación o a un especialista en ortopedia, sobre todo en los casos de estadio I que no responden al tratamiento conservador o en los casos más graves (estadios II, III, IV).

Intervención quirúrgica

La intervención quirúrgica está indicada en el estadio IV de la enfermedad. Véase

Fase aguda

anterior.

MEDICACIÓN

Los antiinflamatorios no esteroideos se utilizan a menudo para controlar el dolor y la inflamación. Los medicamentos de esta categoría incluyen el naproxeno (Naprosyn, Aleve), el ibuprofeno (Motrin, Advil) y otros. Deben utilizarse siguiendo las instrucciones del médico y de acuerdo con las indicaciones de la etiqueta. Las personas con ciertas afecciones no deben utilizar estos medicamentos. Su médico le ayudará a saber si estos medicamentos son adecuados para usted.

SEGUIMIENTO

Volver a jugar

La vuelta al juego debe basarse en la capacidad del deportista para realizar con seguridad y destreza las actividades específicas del deporte. Cuando los síntomas persisten a pesar del tratamiento conservador o quirúrgico, el deportista debe sopesar los beneficios y las consecuencias de jugar con dolor o las posibilidades de volver a lesionarse.

Las pruebas funcionales al final de la fase de recuperación de la rehabilitación, administradas por un fisioterapeuta, un entrenador deportivo o un médico, son útiles para determinar si el atleta está preparado para volver a practicar su deporte.

El médico ayudará a determinar si es seguro o no retomar las actividades.

Complicaciones

La complicación más común es el dolor persistente durante el salto. También es posible una nueva lesión o un empeoramiento del problema.

Prevención

El entrenamiento específico del deporte y la preparación física antes de la competición pueden ayudar a prevenir la rodilla de saltador.

Pronóstico

El pronóstico de la rodilla de saltador en estadio I o II suele ser excelente con tratamiento conservador. El estadio III conlleva un pronóstico reservado de recuperación completa, mientras que los pocos con lesión en estadio IV (rotura completa del tendón) requieren una reparación quirúrgica del tendón y son los que menos probabilidades tienen de volver a jugar en competición.

Educación

La rodilla de saltador afecta a los deportistas de salto. Casi siempre es susceptible de tratamiento conservador con un programa de rehabilitación integral. La persistencia del dolor durante y después del juego orienta la puesta en escena y el tratamiento de este problema. El uso del reposo relativo, la reducción del dolor y la inflamación y los métodos alternativos de acondicionamiento ayudan a mejorar las posibilidades de que el atleta vuelva a competir. El médico ayudará a decidir qué actividades son adecuadas.

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