Si tiene más de 50 años y padece diabetes de tipo 2, se enfrenta a muchos de los mismos problemas oculares que las personas que no padecen la enfermedad, como las cataratas y el glaucoma. Pero hay medidas que puedes tomar para mantener una buena salud ocular y prevenir la pérdida de visión.
Cataratas y glaucoma
Las cataratas, cuando el cristalino del ojo se nubla, son una causa común de pérdida de visión y una parte normal del proceso de envejecimiento. El glaucoma, una enfermedad que daña el nervio óptico, es una de las principales causas de ceguera en personas mayores de 60 años.
No son específicas de la diabetes, pero pueden aparecer antes si la padeces. Todo depende de lo bien que controle su nivel de azúcar en sangre. Y son sólo dos razones más por las que debe colaborar estrechamente con su médico para mantener la enfermedad bajo control.
Si ya padece una de estas enfermedades, hable con su oftalmólogo sobre el tratamiento. Una actuación temprana puede evitar la ceguera por glaucoma. La cirugía puede eliminar las cataratas.
Enfermedad ocular diabética y retinopatía diabética
La retinopatía diabética es el tipo más común de enfermedad ocular diabética. Cuanto más tiempo tenga la diabetes, más probabilidades tendrá de sufrir algún grado de retinopatía diabética. El grado de gravedad dependerá de lo bien que controle su nivel de azúcar en sangre.
Los niveles elevados de azúcar en sangre dañan los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, incluidos los de la retina. Esta fina capa de tejido sensible a la luz recubre la parte posterior del ojo y envía la luz al cerebro. Es lo que le permite ver.
Hay dos tipos:
1. De fondo o retinopatía diabética no proliferativa (RDNP):
Esta es la etapa más temprana. Los vasos sanguíneos dañados comienzan a filtrarse en la retina. La NPDR puede causar cambios en el ojo que incluyen:
-
Edema macular:
Los vasos sanguíneos de la retina dejan escapar líquido hacia la mácula y ésta se hincha. Ubicada en el centro de la retina, es la que te da la visión precisa. Esto no conduce a la ceguera, pero puede causar visión borrosa. Puede mejorar una vez que se controlen el azúcar y la presión arterial. Si no mejora, los láseres o los medicamentos inyectados directamente en el ojo pueden ayudar.
-
Isquemia macular:
Esta pérdida de flujo sanguíneo se produce cuando los pequeños vasos sanguíneos de la retina se cierran. Su visión se vuelve borrosa porque la mácula ya no recibe suficiente sangre para funcionar como debería.
2. Retinopatía diabética proliferativa (RDP):
Este estadio avanzado se produce principalmente cuando los vasos de la retina se cierran y la privan de sangre. En un intento de suministrar sangre a la zona afectada, la retina crea vasos nuevos pero anormales y débiles. Pueden crecer en el lugar equivocado y romperse fácilmente. La PDR puede causar una pérdida de visión más grave que la NPDR.
Cuándo acudir al oftalmólogo
Es posible que no notes ningún cambio en las primeras etapas. Por eso es necesario realizar exámenes oculares periódicos. Aunque no tenga ningún signo o factor de riesgo de enfermedad ocular, hágase una prueba de detección a los 40 años.
Si tiene diabetes, hágase un examen con dilatación de las pupilas en cuanto se lo diagnostiquen. El médico le pondrá unas gotas en el ojo para ensanchar la pupila. Eso les permitirá ver mejor su retina y su nervio óptico.
Los adultos con diabetes de tipo 2 deben someterse a un examen ocular con dilatación de pupila al menos una vez al año. Su oftalmólogo le indicará si debe acudir con más frecuencia.
Avísele si nota cambios repentinos en la visión. La visión borrosa puede ser consecuencia de un nivel de azúcar en sangre demasiado alto o demasiado bajo.