Apoyar a un familiar o a un ser querido enfermo es algo muy noble. Los familiares y seres queridos de todo el mundo se encargan de que la calidad de vida de millones de personas siga siendo alta. Sin embargo, está bien documentado que las personas que cuidan de los enfermos y los ancianos pueden sufrir estrés y agotamiento. Por lo tanto, es vital entender cómo planificar y gestionar el cuidado de uno mismo mientras se cuida a los demás.
Formas de planificar cuando se cuida a alguien con una enfermedad
La organización es clave para evitar el estrés o la conmoción innecesaria cuando se cuida a un enfermo. Las formas de prepararse son:
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Planifique el día con antelación. Establece objetivos realistas y prioriza tus tareas.
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Aprovecha tu red de apoyo. Crea una lista de otros amigos y familiares que estén disponibles para ayudarte. Pregúnteles si pueden ser cuidadores de apoyo o respaldo para cuando usted no pueda cuidar a su ser querido.
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Cree un horario que utilice su red de apoyo. Organícese con todos los recursos que posee. Piense en cómo puede dar a su ser querido apoyo las 24 horas del día o, al menos, apoyo de emergencia. Asegurarse de tener a otras personas disponibles en caso de apuro. No estar de guardia las 24 horas del día es vital para su longevidad.
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Date un respiro de vez en cuando. Gestiona las expectativas que tienes para ti mismo. No te agotes ni te presiones para lograr más de lo que es cómodo o posible para ti.
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Conoce tus límites. Ten claro qué estás y qué no estás dispuesto a hacer. A veces tendrás que decir que no, incluso a tu ser querido.
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Establezca relaciones con el equipo sanitario de su ser querido. El equipo sanitario de su ser querido enfermo es vital para que su salud continúe. Tener relaciones con ellos y poder hablar sincera y directamente con ellos os permitirá a ambos ayudar más eficazmente a vuestro ser querido.
Cómo identificar los problemas en el momento
La resolución de problemas es clave para el cuidado. Aunque puede resolver problemas en todas las áreas de su vida, el cuidado presenta tipos de problemas muy específicos para resolver. Algunos consejos para profundizar en estos problemas son:
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Identificar los problemas que existen actualmente en tu situación. Investiga los recursos locales donde puedes obtener ayuda.
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Ten un plan preparado de antemano por si la persona a la que apoyas empeora o cambia de alguna manera. Primero, averigua los problemas o servicios que puedan necesitar. Luego, elabora planes de acción para escenarios diferentes o peores.
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Recopila una lista de información de contacto importante. Por ejemplo, ponga en un lugar central de la casa de su ser querido los números de teléfono de cualquier médico relevante, los servicios de emergencia y los números de otros cuidadores. Anótelos también para usted.
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Tómese un momento y proceda metódicamente tanto para los desafíos más grandes como para los más pequeños. Identifica tu problema, piensa en soluciones, sopesa las soluciones, prueba lo que has pensado y luego evalúa si funciona.
La importancia de cuidarse a uno mismo
Cuidar de alguien con una enfermedad de forma habitual es extremadamente agotador mental, emocional y físicamente. Si no te detienes y te descompones, te agotarás. Además, puedes enfermar o fatigarte por el estrés de todo ello.
Por lo general, este tipo de síntomas se producen cuando no se cuenta con el apoyo necesario. Ese apoyo puede ser económico o físico y puede provocar graves problemas de salud mental como depresión, ansiedad y fatiga. Sin embargo, los cuidadores a menudo se sienten culpables por tomarse tiempo y espacio para sí mismos cuando un ser querido está enfermo.
He aquí algunas cosas que hay que recordar:
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¡Usted no está solo! Colabora con otros seres queridos y con los profesionales sanitarios para apoyar a tu ser querido.
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Intente mantener una perspectiva positiva para apoyar a su ser querido enfermo.
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Practique el autocuidado.
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Mantén unos límites saludables. No hagas más de lo que te sientas cómodo o no hayas aceptado previamente.
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Acepta que no puedes hacerlo todo. Todo el mundo necesita ayuda, así que ¿por qué no ibas a hacerlo tú?
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Cuando la necesites, no dudes en pedir ayuda.
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Recurre a tu espiritualidad o a tu visión del mundo para darte fuerza, y anima a tu ser querido a hacer lo mismo.
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Mantenga una línea de comunicación clara con su ser querido enfermo.
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Apóyese en el personal sanitario de su red de apoyo.
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Establezca objetivos y expectativas realistas sobre el pronóstico de su ser querido y sus capacidades de cuidado.
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Únase a un grupo de apoyo para cuidadores.
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Lee sobre la enfermedad que tiene tu ser querido.
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Aprenda a planificar financiera y legalmente.
Ayude a su ser querido a ganar confianza en sí mismo
A menudo, cuando uno está enfermo, puede sentirse asustado y sin confianza en que su tratamiento tendrá éxito. Pero, el simple hecho de ayudar a su ser querido a creer que puede hacerlo será de gran ayuda.
Usted puede ayudarles de la siguiente manera:
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Empezando poco a poco. Si la persona a la que apoyas tiene problemas para moverse, anímala a empezar a dar pasos hacia el baño lentamente. Esto puede ser un proceso diario durante un largo periodo de tiempo. Asegúrese de animar sin empujarles.
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Repita los ánimos. Sé obstinado en animarles a progresar. Dígalo todos los días y no se rinda.
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Recuérdales sus progresos. Si, por ejemplo, un día dan dos pasos pero al día siguiente no pueden caminar, ¡recuérdales esos dos pasos! No todos los días serán de progreso, y eso está bien.
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Muestra compasión. Sea amable con su ser querido. Hacerle saber que entiendes sus luchas puede ayudarle a sentirse atendido y visto como una persona.
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No digas cosas vacías. Evite decirle a su ser querido que le diga que pida ayuda o cosas de ese tipo. Si están enfermos, lo más probable es que no pidan ayuda si están gravemente enfermos. En su lugar, toma la iniciativa y ofrece apoyo cuando creas que lo necesitan.