Los cuidadores son vitales en la vida de muchas personas. Pueden ser un cuidador con formación profesional o uno informal que cuida de sus seres queridos. Los cuidadores se encargan de que la persona a la que cuidan tenga todas sus necesidades cubiertas.
Pero, ¿quién cuida al cuidador?
Los pros y los contras de ser cuidador
Cuidar a alguien es un acto gratificante. Ofrece una sensación de plenitud, refuerza tu vínculo con esa persona y le proporciona el estilo de vida que necesita.
Sin embargo, el estrés también acompaña a los cuidados. Estar constantemente "pendiente" de otra persona, anteponer las necesidades de su ser querido a las suyas y ocuparse de tareas complejas hará que cualquiera se sienta abrumado.
Los CDC informan de que más de la mitad de los cuidadores de Estados Unidos manifiestan que su salud se ha visto afectada mientras prestaban cuidados. Esta estadística tiene en cuenta la salud mental y física.
El estrés del cuidador es perjudicial cuando no se trata.
Señales de estrés del cuidador
Afrontar el estrés del cuidador es un reto. La culpa por la forma en que se siente puede abrumar cualquier sentido de lo que se siente. Por lo tanto, es crucial que te revises a ti mismo para determinar si estás experimentando estrés del cuidador.
Algunos de los signos del estrés del cuidador incluyen:
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Irritabilidad o facilidad para enfadarse
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Sentimientos de desesperanza
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Errores en la prestación de cuidados
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Recurrir a conductas de afrontamiento poco saludables
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Soledad o sentimientos de aislamiento
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Exceso o falta de sueño
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Fatiga frecuente
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No hay emoción por las cosas que normalmente disfrutas
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Preocupación excesiva
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Dolores de cabeza frecuentes
Además, tu estrés puede empeorar y desarrollar problemas de salud a largo plazo. Estos incluyen:
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Depresión
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Ansiedad
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Sistema inmunológico débil
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Obesidad
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Afecciones crónicas, como las enfermedades del corazón y la diabetes
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Dificultades cognitivas
Cómo prevenir el agotamiento del cuidador
Agotarse es inevitable. Todos necesitamos tiempo para practicar el autocuidado y recargarnos. Sin embargo, puedes tomar algunas medidas para evitar agotarte demasiado rápido, como:
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Tome clases sobre cómo cuidar mejor a sus seres queridos en hospitales, centros de atención o en línea.
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Busque comunidades locales que ofrezcan servicios de cuidado para que pueda descansar de sus tareas habituales.
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Consiga la ayuda de amigos y familiares para que compartan algunas tareas de cuidado (o hagan tareas por usted).
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Únase a un grupo de apoyo a cuidadores para compartir experiencias y aprender trucos de cuidado.
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Mantenga una rutina y una lista de tareas en funcionamiento. Mantenerse organizado le ayudará a mantener el orden de sus obligaciones.
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Mantén las relaciones con tus amigos y familiares.
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Cuida tu salud.
Formas de recargar la batería de los cuidados
No hay una única solución. Incluso las actividades que normalmente disfrutarías pueden parecer poco atractivas cuando estás experimentando el estrés del cuidador. En cambio, puede explorar estas actividades para un autocuidado saludable.
Dormir. Más de un tercio de los cuidadores duermen menos de 7 horas cada noche. La falta de sueño perjudica su salud y su capacidad para cuidar a su ser querido.
Practique una buena higiene del sueño iniciando una rutina nocturna que le asegure que duerme lo suficiente y que el sueño que obtiene es de buena calidad. Si lo necesita, haga una siesta rápida de 15 minutos durante el día para reponer fuerzas.
Muévete. Ya sea haciendo ejercicio, yoga o caminando al aire libre, mover el cuerpo puede ayudarte a aliviar el estrés del cuidador. Moverse mejora su salud, aumenta su energía y mucho más.
Socialice. Tus amigos y familiares te apoyarán. Mantén tus relaciones con ellos para darte una salida emocional y para que alguien se apoye en ti.
Escríbelo. Verbalizar tus sentimientos puede ser difícil. Pero poner tus pensamientos en palabras puede disminuir su poder, ayudarte a procesarlos y liberarlos de tu mente. Así que coge un bolígrafo y un papel y empieza a escribir un diario.
Atención plena. Ya sea a través de la meditación o de ejercicios de respiración, la atención plena te ayudará a estar en sintonía con tu cuerpo. El mindfulness evita que tus emociones saquen lo mejor de ti y puede ayudarte a recargar tu cuerpo.
Gratitud. Practicar la gratitud mantendrá tu mente en las cosas buenas de tu vida. Recarga tu batería con la positividad que puedes haber olvidado.
Considere la posibilidad de empezar un diario de gratitud. Dedica tan sólo 5 minutos al día a escribir algunas cosas por las que estés agradecido, ya sean grandes o pequeñas.
Desconecta. Como cuidador, siempre tienes que estar "encendido". Así que busca tiempo para apagar tus dispositivos, salir al exterior y pasar tiempo contigo mismo. Dese la oportunidad de desconectar y recargarse.
Come y bebe bien. Ya lo has oído todo: bebe mucha agua, limita el consumo de cafeína y come alimentos integrales. Pero si le das a tu cuerpo los alimentos y bebidas adecuados, mejorarás tu energía y concentración. La nutrición adecuada puede, literalmente, recargar tu batería.
Establece un horario. Dedica tiempo a tu autocuidado. Establecer límites para tu tiempo te asegurará que tienes tiempo para recargar tu batería. Convierte tu autocuidado en una rutina.