Perder una parte del cuerpo es un cambio enorme en la vida de cualquier persona. Tanto si la amputación se debe a una enfermedad grave como a una lesión traumática repentina, los efectos emocionales de la pérdida del miembro son importantes. La recuperación física y mental puede ser complicada y llevar mucho tiempo.
La gente espera luchar con la recuperación física de la amputación, pero la recuperación emocional es igual de importante. La pérdida de una extremidad puede suponer un cambio en la percepción de sí mismo, así como un cambio en el trato de la gente. Puede perder cierto grado de independencia y sus opciones profesionales pueden cambiar. Puede sentir una sensación de pérdida igual que si perdiera a un ser querido.
Obtenga más información sobre los aspectos emocionales de la amputación y cómo gestionar su salud mental mientras se recupera.
La amputación planificada frente al trauma inesperado
El motivo de una amputación puede afectar a la forma en que la manejas emocionalmente. Si la amputación se debe a una condición de salud conocida, tendrá tiempo para planificar el cambio. Podrá prepararse emocionalmente para el proceso de recuperación. Para las personas que han sentido dolor o molestias antes de la amputación, puede haber una sensación de alivio una vez finalizada la operación.
El impacto emocional de la pérdida de un miembro debido a un accidente o una lesión es diferente. No puede prepararse para un traumatismo repentino, como un accidente de tráfico o una lesión durante el servicio militar. Es posible que te enteres de que has perdido un miembro cuando ya ha ocurrido. El proceso puede provocar importantes síntomas de TEPT.
Debes ponerte en contacto con un profesional de la salud mental para hablar de tus emociones tras la amputación. Ellos pueden ayudarle a encontrar un apoyo continuo que le ayude a gestionar su salud mental. Los miembros de tu familia y tus seres queridos también pueden necesitar hablar con un trabajador de salud mental. Un consejero experimentado puede enseñarles la mejor manera de apoyarte.
Duelo
Algunas personas experimentan dolor después de perder un miembro. Esto es natural, ya que el dolor es una respuesta normal a la pérdida de algo querido o importante. Los expertos animan a los amputados y a sus seres queridos a conocer el proceso de duelo. Entender el proceso emocional de dejar ir puede hacer que los fuertes sentimientos sean menos alarmantes.
Es importante entender que el duelo puede ser un proceso a largo plazo. Perder un miembro es un cambio permanente. Aunque te acostumbres al nuevo funcionamiento de tu cuerpo, es posible que siempre eches de menos tu antiguo cuerpo.
Hablar de tu duelo con otros amputados o con un consejero de salud mental puede ayudarte a gestionar tus sentimientos.
Depresión
La depresión es una respuesta común a la amputación. Para algunas personas, la depresión pasará a medida que se acostumbren a su nueva normalidad. Para otras, la depresión puede ser un problema persistente.
Las personas que se enfrentan a una depresión crónica después de una amputación deben recibir tratamiento. Los grupos de apoyo y los profesionales de la salud mental son muy útiles para las personas que necesitan apoyo emocional. La medicación antidepresiva puede ayudar a algunas personas. Si crees que necesitas antidepresivos, debes hablar con tu médico para que te los recete.
En algunos casos, la depresión es tan grave que las personas recurren a las autolesiones o intentan suicidarse. Si le preocupa que un ser querido esté pensando en suicidarse o en autolesionarse, pida ayuda inmediatamente. El número de teléfono para la prevención del suicidio en Estados Unidos es el 800-273-8255, o puedes llamar al 911 para obtener ayuda de emergencia.
Estrategias de afrontamiento
Hacer un plan para su vida después de una amputación debe incluir planes para el cuidado de la salud mental. Los grupos de apoyo de otros amputados le proporcionarán un sentido de comunidad y de experiencia compartida. Los profesionales de la salud mental pueden guiarte a través de las emociones complicadas. Los amigos y la familia pueden asegurarse de que siga teniendo acceso a las personas, los lugares y las actividades que le gustan.
Establezca objetivos. Trabaje con su equipo de atención para establecer objetivos razonables para su recuperación. Unos objetivos claros para la rehabilitación, la planificación de la carrera y las habilidades para la vida le darán un sentido de propósito. Una vez que logre cada conjunto de objetivos, puede comenzar a planificar la siguiente fase de la recuperación.
Forme rutinas positivas. Tener rutinas diarias es reconfortante para todo tipo de personas. Establecer un plan general sobre cómo transcurrirán tus días te mantendrá motivado y reducirá las posibilidades de que te encuentres sin hacer nada. Asegúrate de que tus rutinas incluyan actividades divertidas o inspiradoras, como pasatiempos, tiempo con los seres queridos, observancias religiosas o entretenimiento, como películas o música.
El optimismo y el sentido de propósito: adoptar una perspectiva positiva puede ayudar a su estado de ánimo. Concéntrese en los progresos que ha hecho en sus objetivos de recuperación. Recompénsese cuando se sienta orgulloso de sus logros. Piensa en cómo te gustaría que fuera tu vida en el futuro y ponte en marcha para conseguir nuevas cosas. Los objetivos profesionales, el servicio a la comunidad o el aprendizaje de nuevas habilidades proporcionan una sensación de positividad y propósito.