Los beneficios de la sandía para la salud

Cargada de licopeno

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El alegre color rojo proviene del licopeno, un antioxidante. Los estudios demuestran que puede ayudar a frenar el riesgo de cáncer y diabetes como parte de un estilo de vida saludable. La sandía tiene más cantidad de este nutriente que cualquier otra fruta o verdura, incluso los tomates. Para obtener más licopeno, elige un melón de carne roja brillante en lugar de amarilla o naranja. Y cuanto más maduro, mejor. Además, el melón sin semillas suele tener más licopeno que los que tienen semillas.

¿Beneficios del sol?

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Algunos pigmentos ayudan a proteger a las plantas del sol. Por extraño que parezca, el mero hecho de comerlos también puede proteger tu piel, al menos un poco. El licopeno de la sandía puede hacer que sea menos probable que te quemes con el sol. Pero eso no es seguro, así que sigue usando tu protector solar de amplio espectro con FPS de 30 o superior todos los días.

Un corazón más sano

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La sandía es rica en un aminoácido llamado citrulina que puede ayudar a mover la sangre por el cuerpo y puede reducir la presión arterial. Tu corazón también disfruta de las ventajas de todo el licopeno que contiene la sandía. Los estudios demuestran que puede reducir el riesgo de ataques al corazón. Por supuesto, todo tu estilo de vida afecta a la salud de tu corazón. Así que asegúrate de hacer ejercicio, no fumar, limitar las grasas saturadas y seguir los consejos de tu médico.

Protege tus articulaciones

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La sandía tiene un pigmento natural llamado beta-criptoxantina que puede proteger tus articulaciones de la inflamación. Algunos estudios demuestran que, con el tiempo, podría hacerte menos propenso a padecer artritis reumatoide.

Fácil para los ojos

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Una sola rodaja mediana de sandía te aporta entre el 9 y el 11% de la vitamina A que necesitas al día. Este nutriente es una de las claves para mantener tus ojos sanos. Los alimentos son la mejor manera de obtener todas las vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita.

Hidratación naturalmente dulce

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La jugosa sandía tiene un 92% de agua, por lo que es una forma sencilla de ayudar a mantenerse hidratado. Todas las células de tu cuerpo necesitan agua. Incluso una pequeña escasez puede hacer que te sientas lento. Si te deshidratas mucho, puede llegar a ser lo suficientemente grave como para que tengas que recibir líquidos por vía intravenosa.

Calma tu piel

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Las vitaminas A, B6 y C de la sandía ayudan a que tu piel se mantenga suave, tersa y flexible. Como está cargado de agua, el melón también es una gran mascarilla facial. Mezcla una cucharada de zumo de sandía con la misma cantidad de yogur griego. Extiéndela por el rostro y déjala actuar durante 10 minutos para eliminar la piel seca y opaca. Aclara y seca con palmaditas.

Satisface tu gusto por lo dulce

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Una taza de helado te supondrá unas 300 calorías. Puedes disfrutar de la misma cantidad de sandía por sólo 45,6 calorías. Y a diferencia de muchos otros postres, no tiene grasa, ni colesterol, ni sodio. Además, el agua que contiene te ayudará a mantenerte lleno durante más tiempo. Para hacer un sorbete fácil, haz un puré de sandía en la batidora, añade un chorrito de lima y mételo en el congelador hasta que se endurezca.

Impulsa tu entrenamiento

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El alto contenido de agua, los antioxidantes y los aminoácidos de la sandía pueden mejorar el entrenamiento. También tiene un alto contenido en potasio, un mineral que podría reducir los calambres en el gimnasio. También puedes tomar zumo de sandía después de sudar. Hacerlo podría ayudar a prevenir las agujetas, siempre que no te esfuerces demasiado.

No te subirá el azúcar en la sangre

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Intentando mantener los niveles de glucosa en sangre estables? Estás de suerte. La sandía tiene un valor de índice glucémico (IG) de 80, más o menos el mismo que un bol de copos de maíz. Pero tiene pocos carbohidratos. Eso significa que su carga glucémica (la rapidez con la que entra en el torrente sanguíneo y la cantidad de glucosa que puede producir) es de apenas 5. ¡Disfruta de una rebanada sin sentirte culpable!

Fácil de digerir

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Si tienes una enfermedad digestiva como Crohn o colitis, la lista de lo que no debes comer durante un brote puede ser larga. Puedes incluir la sandía en tu lista de "sí". Su fruta suave y carnosa es fácil de digerir incluso para un intestino inflamado. (Sólo no comas la corteza o las semillas si necesitas limitar la fibra).

Qué pasa si me como una semilla por accidente?

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Puede que te hayan dicho de pequeño que si te tragas las semillas de la sandía, te crecerán en la barriga. No es cierto. Al fin y al cabo, en tu estómago no hay luz solar ni tierra, y sí mucho ácido gástrico. Hoy en día, muchos melones no tienen semillas, pero no te preocupes si te tragas una. ¡En realidad están llenos de nutrientes!

Elige una buena

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Escoge un melón que no tenga abolladuras, mellas ni magulladuras. Busca una mancha amarilla, no blanca, en la parte inferior. Esto indica que está maduro. Una sandía jugosa y lista para comer se sentirá pesada para su tamaño. Al golpearla, debe sonar hueca.

Corta y almacena tu melón de forma segura

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Lava el exterior de tu melón antes de cortarlo. No querrás que tu cuchillo transfiera ningún germen al interior. Aunque el melón sabe mejor justo después de ser cortado, puedes guardarlo en la nevera hasta 5 días. La congelación también es una opción. Aunque la sandía no se mantendrá crujiente, puedes descongelarla para usarla en batidos.

No te detengas con una rebanada

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Una rodaja de sandía fresca sabe muy bien, pero puedes hacer más cosas con ella. Cubre una ensalada con cubos de melón y queso feta desmenuzado. Prepara una pizza de sandía cubriendo los trozos con yogur, menta, almendras fileteadas y bayas. ¡Y guarda las semillas! Mezcladas con aceite de oliva y sal marina, se pueden asar para un sabroso (y saludable) tentempié.

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