¿Qué hay en tu vaso?
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Quién no disfruta de un vaso alto y fresco de zumo? El color es vibrante, el sabor dulce, y además es bueno para ti. No tan rápido, dicen algunos dietistas. Aunque los mejores tipos de zumo te aportan algunos nutrientes, los peores apenas son mejores que un caramelo líquido. Sólo tienes que conocer la diferencia.
La mejor opción: Zumo de verduras
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Beber tus verduras es cómodo y bueno para ti. El licopeno del zumo de tomate puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de próstata. El zumo de remolacha puede ayudar a frenar la presión arterial. El zumo de verduras con pulpa tiene algo de fibra (pero no tanta como las verduras crudas); y la fibra quita el hambre. También tiene mucho menos azúcar y menos calorías que el típico zumo de frutas. Eso sí, controla el sodio o elige una versión baja en sal.
La peor opción: Los 'cócteles' de zumo
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Esté atento a los términos cóctel de zumo, bebida con sabor a zumo y bebida de zumo. La mayoría de estos productos sólo tienen pequeñas cantidades de zumo real. Sus ingredientes principales suelen ser agua, pequeñas cantidades de zumo y algún tipo de edulcorante, como el jarabe de maíz de alta fructosa. Desde el punto de vista nutricional, estas bebidas son similares a la mayoría de los refrescos: ricas en azúcar y calorías, pero bajas en nutrientes. El agua es una mejor opción.
El dilema del zumo de frutas al 100%
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Qué pasa con el zumo de fruta puro sin edulcorantes añadidos? Es cierto que el zumo de fruta 100% es una buena fuente de nutrientes como la vitamina C y el potasio. El problema es que un exceso de zumo puede ser una fuente extra de azúcar y calorías. El zumo tampoco contiene la misma fibra y fitonutrientes que las frutas crudas. Por eso muchos expertos recomiendan limitarse a una ración de zumo al día.
Una buena opción: Zumo de granada
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Si sólo vas a beber un vaso de zumo al día, querrás que sea uno bueno. Por eso, infórmate de qué zumos ofrecen la mayor recompensa nutricional por cada sorbo. El zumo de granada encabeza la lista. Tiene un alto contenido en azúcares y calorías, pero aporta una gran cantidad de nutrientes beneficiosos para la salud llamados antioxidantes. De hecho, el poder antioxidante del zumo de granada es mayor que el del vino tinto o el té verde.
Buena elección: Zumo de arándanos
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El zumo de arándanos está repleto de vitamina C, que tu sistema inmunitario necesita. Beber zumo de arándanos sin azúcar también puede ayudar a prevenir la acumulación de bacterias que causan infecciones del tracto urinario.
Buena elección: Zumo de bayas de acai
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El zumo de Acai está hecho de una baya que se encuentra en Sudamérica. La pulpa del acai parece tener una mayor concentración de antioxidantes que los arándanos, las moras, las fresas o los arándanos.
Buena elección: Zumo de uva roja
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Seguro que has oído que el vino tinto, con moderación, puede ser bueno para el corazón. Lo mismo ocurre con el zumo de uva roja. El zumo de uva roja tiene flavonoides y resveratrol. La clave es que el vino tinto y el zumo se elaboran con la uva entera: semillas, piel y todo. Pero no se obtiene la fibra que se obtendría de la propia fruta.
Buena elección: Zumo de ciruelas
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La gente ha utilizado durante mucho tiempo el jugo de ciruela para aliviar el estreñimiento. Funciona porque es una buena fuente de fibra y contiene un laxante natural llamado sorbitol. Pero los beneficios del zumo de ciruelas no acaban ahí. El zumo también está repleto de antioxidantes, hierro y potasio.
¿Y el zumo de naranja?
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La buena noticia es que el zumo de naranja está cargado de vitamina C. Algunas marcas están enriquecidas con calcio y vitamina D, que son buenas para los huesos. El zumo de naranja sin azúcar tiene menos calorías que algunos zumos de bayas o de uva. La contrapartida es que también tiene menos antioxidantes que los zumos más oscuros, como los de uva, arándanos y granada.
Los niños y el zumo
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A la mayoría de los niños les encanta el zumo, pero no les des demasiado. La Academia Americana de Pediatría recomienda no dar más de 4 a 6 onzas de zumo de fruta 100% al día a los niños menores de 6 años, y de 8 a 12 onzas a los de 7 a 18 años.
Aguarde el agua
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Si a ti o a tus hijos os apetece más de un solo vaso de zumo al día, rebajadlo con agua. Si mezclas agua o agua con gas con el zumo, reducirás las calorías de cada ración. En lugar de beber un vaso de zumo puro, puedes disfrutar de 2 o 3 tazas de la mezcla de agua y zumo a lo largo del día.
Apuesta por la fruta entera
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Los dietistas dicen que una gran alternativa a beber mucho zumo de fruta es comer la fruta entera. Obtendrás todos los nutrientes que hay en la pulpa y la carne de la fruta, y la fibra te ayudará a sentirte lleno y a aplacar el hambre.