¿Se puede prevenir el cáncer? Qué ayuda a reducir el riesgo

Por Jodi Helmer

Aunque no hay una única forma de prevenir todos los cánceres, hay cosas que puede hacer que le ayuden a reducir el riesgo. Muchas de ellas son simples hábitos cotidianos. Otras tienen que ver con la colaboración con su médico para entender sus riesgos particulares y controlarlos.

Según la Sociedad Americana del Cáncer, al menos el 42% de los casos de cáncer en EE.UU. podrían prevenirse con medidas como no fumar, no beber demasiado y llevar un estilo de vida activo con una dieta saludable.

Estas estrategias no evitan todos los cánceres. Hay personas activas que se alimentan bien, no fuman nunca, y aun así tienen cáncer. Y no se trata de culpar a las personas que padecen cáncer, sea cual sea su estilo de vida. Hay muchas cosas que afectan al riesgo de padecer cáncer, y no todas están bajo nuestro control. Pero hay medidas que se pueden tomar para que el cáncer sea menos probable.  

Programe su chequeo

¡Y mantén esa cita! Las revisiones de cáncer son fundamentales. Permiten detectar células anormales -que podrían convertirse en cáncer- antes de que éste comience.  Algunas de ellas son:  

Las pruebas de detección del cáncer de mama. Se trata de mamografías periódicas que también se recomiendan a muchas mujeres. El momento exacto en el que debe empezar y la frecuencia con la que debe hacérselas son objeto de debate, así que pregunte a su médico qué es lo mejor para usted. Las directrices del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE.UU. son que las mujeres de entre 50 y 74 años con un riesgo medio de cáncer de mama se hagan una mamografía cada dos años, y que las mujeres de 40 años hablen con su médico sobre cuándo empezar a hacerse mamografías y con qué frecuencia. Y a cualquier edad, si se encuentra un bulto en el pecho, pregunte a su médico al respecto.

Pruebas de detección del cáncer de cuello de útero. Se trata de una prueba de Papanicolaou para buscar células anormales en el cuello uterino o una prueba del VPH para ver si se tiene el virus del papiloma humano (VPH). El VPH es muy común, pero algunas cepas del mismo aumentan el riesgo de cáncer de cuello uterino. La frecuencia con la que debe hacerse estas pruebas depende en parte de su edad y de si los resultados de la última prueba fueron normales. Consulte a su médico.

Cribado del cáncer colorrectal. Empiece a hacerse las pruebas entre los 45 y los 50 años, o antes si tiene un riesgo elevado; hable con su médico. Los médicos pueden utilizar la colonoscopia o la sigmoidoscopia para examinar el interior del colon o del recto en busca de cánceres o de pólipos que puedan convertirse en cáncer. También existen pruebas como la prueba de sangre oculta en heces con guayaco, la prueba inmunoquímica fecal o la prueba de ADN en heces para comprobar si hay sangre en las deposiciones, lo que podría ser un signo de que tiene pólipos.

Cribado del cáncer de endometrio. El endometrio es el revestimiento del útero. Las mujeres con alto riesgo de padecer este tipo de cáncer pueden considerar la posibilidad de hacerse una biopsia de endometrio una vez al año para comprobar este riesgo. Y cualquier mujer debe informar a su médico si tiene una hemorragia vaginal inesperada o manchado después de la menopausia.

Examen de cáncer de pulmón (para fumadores). Si fuma actualmente o tiene antecedentes de tabaquismo intenso, es posible que necesite un cribado anual de cáncer de pulmón. Se trata de una tomografía computarizada (TC) de baja dosis, que explora los pulmones en busca de signos de enfermedad. El tabaquismo es la principal causa de cáncer de pulmón. Pero no todos los que padecen cáncer de pulmón son fumadores. Este cribado no se recomienda para otras personas.

Cribado del cáncer de próstata. Los expertos recomiendan que los hombres hablen con su médico sobre si este cribado sería útil. Hable con él a los 45 años si es afroamericano o si su padre o hermano tuvo cáncer de próstata antes de los 65 años. En caso contrario, comience la conversación a los 50 años. Si se somete a este cribado, se le haría una prueba de PSA (un análisis de sangre), con o sin un examen rectal.

Pregunte por las vacunas

La vacuna contra el VPH puede administrarse a los niños a partir de los 9 años y se recomienda a todos los menores de 26 años. La vacuna protege contra las cepas del virus del papiloma humano, la infección de transmisión sexual responsable de los cánceres de cuello de útero, vagina, vulva, pene y ano.

También está la vacuna contra la hepatitis B (VHB). La hepatitis B es una enfermedad del hígado que aumenta la probabilidad de padecer cáncer de hígado. La vacuna puede ayudar a prevenir la infección.

Dejar de fumar

El tabaquismo es la principal causa del cáncer de pulmón, del que mueren más personas en Estados Unidos que de cualquier otro cáncer. Dejar de fumar y evitar el humo de segunda mano reduce el riesgo.

El tabaquismo es también un factor de riesgo para otros tipos de cáncer, como el de boca y garganta, estómago, colon, hígado y vejiga. Pide consejo a tu médico sobre cómo dejar el hábito. Y evita el humo de otras personas.

Come más plantas

Las frutas, las verduras, los cereales integrales, los frutos secos, las semillas y las judías son algunos de los alimentos vegetales que debes disfrutar. Tienen antioxidantes, que ayudan a proteger los tejidos de los daños que aumentan el riesgo de cáncer. Toma al menos 2,5 tazas de verduras y frutas al día. Elige una variedad de ellas, ya que hay muchos tipos diferentes de antioxidantes.

Además, obtendrás mucha fibra de los alimentos vegetales. Eso puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de colon. Y llenan, lo que puede ayudar si estás tratando de comer sano mientras pierdes algo de peso extra.

Recuerda: no se trata de intentar estar al día con el último "superalimento" ni de hacer un cambio enorme de la noche a la mañana que no puedas mantener. Date crédito por los cambios, aunque sean pequeños.

Trabaja en un peso saludable

No hay duda: Las personas delgadas pueden padecer, y de hecho lo hacen, cáncer. Pero cuanto más sobrepeso tenga, mayor será su riesgo de padecer cáncer de mama, de endometrio (útero) y colorrectal. Pregunte a su médico si su índice de masa corporal (IMC) le pone en riesgo y qué cambios -en lo que come y en cuánto ejercicio- le ayudarían.

Intensificar la actividad

Según el Instituto Nacional del Cáncer, hay investigaciones sólidas que demuestran que las personas que declaran hacer ejercicio con regularidad tienen menos probabilidades de padecer ciertos tipos de cáncer que las personas inactivas. Esto incluye el cáncer de vejiga, de mama, de colon, de endometrio, de esófago, de riñón y de estómago. 

Los expertos recomiendan realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada que eleve el ritmo cardíaco (como caminar a paso ligero) a la semana. Esto equivale a 30 minutos, 5 días a la semana. O puedes hacer 75-100 minutos a la semana de actividad más intensa, como correr. También es bueno hacer entrenamiento de fuerza dos veces por semana y ejercicios para mejorar el equilibrio.

Eso es mucho, si no estás activo ahora. Ve subiendo poco a poco. Y si tienes algún problema de salud, consulta con tu médico qué tipo de actividades son las más adecuadas para ti.

Limita o evita el alcohol

El consumo de cerveza, vino o licores está relacionado con tasas más elevadas de cáncer de boca y garganta, laringe, esófago, colon y recto e hígado. En las mujeres, el alcohol está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama. Si bebe, no lo haga más de una vez al día en el caso de las mujeres o dos en el de los hombres.

Proteja el sol

Más de 3 millones de personas son diagnosticadas de cáncer de piel cada año, lo que lo convierte en el cáncer más diagnosticado en Estados Unidos. Cuando pases tiempo al aire libre, limítate a las horas en las que el sol no esté en su máximo esplendor. Utilice protección solar todos los días. Además, lleve gafas de sol, camisas y pantalones ligeros de manga larga y un sombrero. Busca un lugar a la sombra. Y no utilices cámaras de bronceado. Aumentan el riesgo.

Si tienes un riesgo elevado

Si le preocupa que tenga riesgo de padecer cáncer, hable con su médico. Es posible que le recomiende más pruebas, incluido el cribado genético. Dependiendo de sus factores de riesgo, puede haber cambios específicos que puede hacer. Por ejemplo, puede empezar a hacerse las pruebas de detección a una edad más temprana o someterse a ellas con más frecuencia. Puede haber medicamentos o intervenciones quirúrgicas que reduzcan su riesgo. Es posible que oiga llamarlos "quimioprevención" y "cirugía preventiva".

La quimioprevención consiste en tomar medicamentos para impedir que el cáncer se desarrolle. Su médico puede recomendarle que tome antiinflamatorios no esteroideos u otros medicamentos si tiene antecedentes familiares de cáncer, tiene un riesgo elevado o lo ha padecido antes y quiere prevenir su reaparición. Otros ejemplos son el tamoxifeno, que puede ayudar si tiene un alto riesgo de padecer cáncer de mama.

La cirugía preventiva elimina el tejido susceptible de convertirse en canceroso. Estas cirugías son más comunes entre las mujeres con alto riesgo de ser diagnosticadas de cáncer de mama o de ovario. Pueden consistir en la extirpación de una o ambas mamas (llamada mastectomía profiláctica) o de los ovarios (llamada ooforectomía profiláctica). "Alto riesgo" incluye tener antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario o las mutaciones de los genes BRCA1 o BRCA2.

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