Tras años de noches sin dormir, un diagnóstico de insomnio

George Galioto achacaba sus noches de insomnio a su horario. A menudo tenía dos trabajos, y trabajaba muchas horas en bares y restaurantes donde sus turnos terminaban mucho después de la medianoche. También compaginaba el trabajo con la escuela, estudiando hasta altas horas de la noche.

"Ni siquiera intentaba irme a dormir hasta bien pasada la medianoche y, a veces, hasta las 3 de la mañana", dice. "Durante mucho tiempo, pensé que era debido a ese estilo de vida que había programado mi cuerpo lejos de un ritmo circadiano regular".

Incluso cuando llegaba la hora de acostarse, Galioto, que ahora tiene 49 años, casi nunca se sentía cansado. Su mente no registraba la necesidad de dormir, dice, así que le costaba desconectarse. Probó varios somníferos de venta libre. Le sirvieron, pero sólo durante un tiempo.

"Probé todo tipo de medicamentos", dice. "Funcionaron durante un mes más o menos y luego los efectos desaparecieron".

Galioto estaba despierto hasta la madrugada la mayoría de las noches. Dice que llegó a dormir hasta 4 horas por noche. Se acostumbró a operar con muy pocas horas de sueño. Pero con el tiempo, las noches sin dormir empezaron a pasarle factura.

"Seguí adelante y nunca me desconecté... hasta que llegué a un punto de ruptura", recuerda.

Cómo el insomnio puede afectar a tu salud y a tu vida

Se estima que el 25% de los adultos en Estados Unidos dicen no dormir lo suficiente, dando vueltas en la cama al menos 15 días de cada mes. "Los que duermen poco", o los que duermen menos de las 6 horas recomendadas por noche, tienen un mayor riesgo de padecer varias afecciones de salud, entre ellas:

  • Enfermedades del corazón

  • Presión arterial alta

  • Obesidad

  • Diabetes

Perder el sueño puede debilitar tu sistema inmunológico, haciéndote más propenso a coger resfriados, gripe y otras infecciones. Puede hacer que seas menos eficaz en el trabajo o en la escuela.

La falta de sueño también está relacionada con una mala salud familiar y problemas en las relaciones personales. Este es un efecto secundario que Galioto experimentó de primera mano.

"Durante mis primeros años de matrimonio, muchos de los problemas que experimentamos como pareja joven se vieron amplificados por mi falta de sueño", dice. "Desencadenaba mucho estrés y había ciertas situaciones en las que empeoraba las cosas porque no dormía".

Galioto sabía que su falta de sueño le causaba problemas. Pero sentía que las probabilidades estaban en su contra. Su horario era errático y los medicamentos para dormir de venta libre no le resultaban eficaces.

Su diagnóstico fue "un gran alivio

No fue hasta que le diagnosticaron TDAH y tuvo una conversación con su médico sobre sus hábitos de sueño, cuando supo que también tenía insomnio crónico. (Eso se define como la dificultad para conciliar el sueño o mantenerse dormido en 3 o más noches a la semana durante más de 3 meses).

Este diagnóstico llegó después de haber sufrido más de una década de noches de insomnio.

Saber que su incapacidad para dormir era una condición médica, y no un defecto personal, resultó fundamental para Galioto. "Fue un gran alivio", recuerda. "Sentí que, ahora que sabemos qué es esto, quizá podamos solucionarlo".

Un diagnóstico significaba que su médico podía prescribir un régimen de tratamiento. Galioto empezó a tomar medicamentos para su insomnio. Le ayudó a contrarrestar los efectos estimulantes de sus medicamentos para el TDAH, que hacían que su corazón se acelerara y creaban períodos de vigilia más intensos.

Su médico también le sugirió una terapia de luz, en la que se expone a la luz artificial durante un tiempo determinado cada día, para ayudar a Galioto a restablecer su ciclo de sueño y vigilia.

Galioto dice que su familia también sintió alivio cuando se enteró de su diagnóstico.

"Mi familia se enteró de que estaba irritable porque no dormía", dice Galioto. "Se convirtió en un tema más abierto en lugar de ser algo oculto. Tuvimos conversaciones al respecto y eso ayudó al resto de la familia a afrontarlo."

Los mejores hábitos también ayudan

Junto con la medicación, Galioto también trabajó para establecer mejores hábitos de sueño, como:

  • Poner una alarma para recordarle que debe ir a la cama

  • Leer un libro o ver la televisión para ayudar a relajarse

  • Cumplir con su régimen de medicación para promover un ciclo normal de sueño y vigilia

"Tengo un proceso y seguir esos pasos me ayuda", dice.

Galioto dice que todavía le cuesta dormir 6 horas por noche. Pero saber que hay una razón para su insomnio, junto con sus medicamentos y una lista de buenos hábitos de sueño recomendada por el médico, le hace descansar un poco más.

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