Qué es el insomnio durante el embarazo?
Recuerdas cuando apagabas la luz de tu habitación y te dormías directamente? Ahora que estás embarazada, conseguir 8 ó 9 horas seguidas de feliz sueño puede parecer un sueño lejano.
Si no es la molesta presión sobre la vejiga lo que te mantiene despierta, entonces es el dolor de espalda o los calambres en las piernas, o la pura incapacidad de ponerte cómoda en la cama que antes te acunaba suavemente para dormir.
¿Qué hace que el insomnio durante el embarazo sea aún más difícil de manejar? Es saber que ahora es el momento en que más necesitas dormir. Una vez que llegue tu bebé, será aún más difícil conseguir un buen descanso nocturno.
Causas del insomnio durante el embarazo
Cuando estás embarazada, hay muchas cosas que pueden hacerte perder el sueño, entre ellas:
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Dolores de espalda. Como tu centro de gravedad se desplaza hacia delante, los músculos de tu espalda se sobrecompensan y se resienten. Además, tus ligamentos se aflojan gracias a las hormonas del embarazo, lo que te hace más propensa a lesionarte la espalda.
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Sensibilidad en los pechos. Tus pechos podrían sentirse doloridos y sensibles mientras estás embarazada.
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Gases. Las hormonas del embarazo ralentizan la digestión, haciendo que te sientas hinchada y con gases.
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Ardor de estómago. Esas mismas hormonas también relajan los músculos del tracto digestivo, lo que facilita que los ácidos del estómago vuelvan a quemar su camino hacia el esófago.
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Sofocos. Algunas mujeres embarazadas sufren sofocos, es decir, cuando de repente se siente mucho calor en el pecho, la cara y el cuello.
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Calambres en las piernas y piernas inquietas. Los cambios en la circulación y la presión que ejerce el bebé sobre los nervios y los músculos pueden provocar calambres en las piernas. También puedes tener una sensación espeluznante en las piernas conocida como síndrome de las piernas inquietas.
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Muchas idas al baño. Tener que ir al baño durante la noche ocurre mucho cuando estás embarazada y puede mantenerte despierta por la noche.
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Sueños vívidos. Cuando estás embarazada, es habitual tener muchos sueños vívidos.
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Náuseas o vómitos. Puede sentir náuseas o vomitar durante la noche.
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Dificultad para respirar. El crecimiento del útero también ejerce presión sobre el diafragma, que se encuentra justo debajo de los pulmones. Esta presión puede dificultar la respiración.
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Ronquidos. Tus fosas nasales pueden hincharse durante el embarazo, lo que puede hacerte roncar. La presión adicional de tu circunferencia creciente también puede empeorar los ronquidos. Cambios como estos pueden bloquear brevemente la respiración una y otra vez durante el sueño (apnea del sueño).
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Ansiedad. Tienes muchas cosas en las que pensar en este momento con tu bebé en camino. Los muchos pensamientos y preocupaciones que dan vueltas en tu cabeza pueden impedirte dormir.
Complicaciones del insomnio en el embarazo
Es importante tratar el insomnio del embarazo. Tu cuerpo necesita descansar en este momento para cuidar de tu bebé en crecimiento. El insomnio en el embarazo o la apnea obstructiva del sueño (AOS) en las mujeres embarazadas puede verse agravado por el tabaquismo, la obesidad, la edad o los antecedentes familiares de la misma y esto podría hacer que tuvieras más probabilidades de tener un parto prematuro, un parto más largo o un parto por cesárea, todo lo cual podría poner en riesgo a tu bebé.
La apnea del sueño no tratada también puede provocar complicaciones en el embarazo, como hipertensión arterial, y dificultades para dormir después del parto.
También puede hacerla más vulnerable a la depresión después del parto.
Tratamientos y remedios caseros para el insomnio en el embarazo
Tratar el insomnio es un poco más difícil cuando se está embarazada, pero no es imposible. Muchos medicamentos para dormir no se consideran seguros para las mujeres embarazadas y sus bebés.
Los cambios en el estilo de vida -incluidos los ajustes en tu rutina de sueño- pueden mejorar tu sueño de forma segura. Mantén un horario fijo (temprano) para ir a la cama, y comienza con estos pasos.
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Limita las bebidas con cafeína. No sólo te mantienen despierta, sino que dificultan que tu cuerpo absorba el hierro que tú y tu bebé necesitáis.
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Bebe mucha agua durante el día, pero deja de beber un par de horas antes de acostarte para no tener que despertarte para ir al baño.
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Abandona las pantallas. Desplazarse por las redes sociales en el teléfono o ver la televisión en la tableta puede quitarte el sueño.
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Haz comidas más pequeñas con más frecuencia y come antes.
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Considere la posibilidad de alejarse de los desencadenantes de la acidez, como el chocolate y los alimentos grasos o picantes.
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Evite comer unas horas antes de acostarse si tiene acidez.
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Salga a caminar unos 30 minutos al día. El ejercicio te ayuda a dormir mejor. Eso sí, no hagas ejercicio a menos de 4 horas de acostarte porque puede quitarte el sueño.
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Haz siestas cortas.
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Toma un baño caliente, o pide a tu pareja un masaje para relajarte.
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Haz yoga prenatal o aprende otros métodos para relajarte.
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Habla de tus preocupaciones. Puedes hablar con un compañero, un amigo o un terapeuta. Hablar con alguien puede ayudarte a desahogar tus ansiedades.
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Estira suavemente los músculos de las piernas antes de acostarte si tienes calambres en las piernas por la noche.
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Mantenga su dormitorio tranquilo, oscuro y fresco por la noche para ayudarle a dormir.
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Tenga una rutina para acostarse.
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Descárgate una aplicación para dormir o meditar en tu teléfono.
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Duerme de lado con las rodillas dobladas para mayor comodidad. Esto alivia los dolores de espalda, la acidez y las hemorroides. Duerme sobre el lado izquierdo para mejorar la circulación y reducir la hinchazón de los pies.
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Utilice almohadas adicionales. Coloca una entre las piernas. Aprieta una bajo la parte baja de la espalda para aliviar la presión. Experimenta.
Si has probado estos consejos y sigues sin poder conciliar el sueño o mantenerlo, acude a tu médico. Es posible que necesites tratamiento para un problema de sueño, como los ronquidos o el síndrome de las piernas inquietas.
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Si tienes el síndrome de las piernas inquietas, toma mucho ácido fólico y hierro de tus vitaminas prenatales y de alimentos como panes y cereales integrales.
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Si tiene sobrepeso o ronca, su médico puede vigilarle para detectar la apnea del sueño. Es posible que necesites una mascarilla especial que suministre una presión de aire constante para mantener las vías respiratorias abiertas. Esto te ayuda a respirar más fácilmente por la noche.
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Si tienes acidez de estómago, prueba con antiácidos de venta libre. Si es posible, apóyate en la cabecera de la cama unos centímetros para que el ácido baje, en lugar de subir al esófago. No apoyes la cama con almohadas. Eso puede empeorar las cosas.
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Si tienes ansiedad, habla con tu médico, que puede remitirte a fuentes de apoyo adicionales.