Cuando necesitas ir, ir, ir

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Encuentra el alivio

Revisado por Gary D. Vogin, MD De los archivos del médico

Estás en un sueño profundo cuando vuelve a ocurrir: La presión creciente en su vejiga, la sensación de orinar, la incapacidad de evitar gotear un poco antes de llegar al baño. Ocurre varias veces por noche. Y puede que lleves años viviendo con esta molestia e inconveniente.

Esta necesidad frecuente de orinar durante la noche o el día, quizá hasta el punto de que es casi imposible "aguantarse", puede deberse a una vejiga hiperactiva. Según la Fundación Americana para las Enfermedades Urológicas, la vejiga hiperactiva afecta a uno de cada 11 adultos, y es probable que sea una subestimación porque muchas personas se sienten demasiado avergonzadas para hablar del problema con su médico. Algunas personas también pierden orina cuando sienten la necesidad de orinar, una condición llamada incontinencia de urgencia.

Esta afección suele afectar a la calidad del sueño, pero puede ser igual de problemática durante el día. "Esto se traduce en alguien que no puede pasar una o dos horas sin orinar, alguien que busca constantemente los baños y planea las salidas en función de esto", dice el doctor Kenneth Goldberg, urólogo de Dallas. "Es un problema que tiene graves repercusiones en el estilo de vida y la calidad de vida. Algunas personas se sienten miserables. La mayoría de las veces, realmente no sabemos por qué ocurre".

Por muy sombrío que parezca, hay esperanza, en forma de tratamientos y medidas de sentido común que pueden hacer que la vida vuelva a ser casi normal, o al menos mejor.

Aunque los investigadores no han sido capaces de dar con una única causa, sí se conocen algunas cosas. Los síntomas de la vejiga hiperactiva pueden ser el signo de un problema subyacente, como una infección del tracto urinario. Cuando se trata la infección, los síntomas desaparecen. Pero en muchos otros casos, la vejiga hiperactiva se produce cuando no hay ninguna otra enfermedad que pueda explicarla.

Por ejemplo, esta afección está asociada al envejecimiento, dice la doctora Wendy Leng, uróloga del Centro Médico de la Universidad de California en San Francisco. "Al igual que ocurre con otras partes del cuerpo, con el desgaste, la vejiga simplemente no realiza su función tan bien como antes".

Los hombres con problemas de próstata son más propensos a tener problemas para orinar. En el caso de las mujeres, los cambios hormonales posmenopáusicos, que pueden debilitar el tono del tejido, y la maternidad pueden influir. "Está claro que hay una relación entre tener hijos y ser incontinente", dice el doctor Gary Leach, urólogo del Centro Médico Cedars-Sinai de Los Ángeles. Esto puede deberse a la presión que ejerce el feto sobre la vejiga o al proceso de parto vaginal, que puede dañar los músculos y nervios cercanos a la vejiga y la uretra, dice.

El paso más importante para encontrar el tratamiento adecuado -y recuperar la normalidad- es recibir un diagnóstico preciso. Si el médico de atención primaria no puede determinar la causa de los problemas, el siguiente paso es acudir a un urólogo. El especialista analizará la sangre y la orina y puede realizar también otras pruebas, para comprobar si hay infecciones, cáncer y otras enfermedades asociadas a los problemas urinarios.

Los médicos también preguntan por la ingesta de líquidos y el número habitual de visitas diarias al baño, para hacerse una idea del alcance del problema. También pueden realizar pruebas más especializadas, como la medición del residuo postmiccional, que determina si queda orina después de haber intentado vaciar la vejiga.

Si el diagnóstico es de vejiga hiperactiva, "se puede hacer algo", dice Leach. "No es algo que haya que aceptar".

Los tratamientos estándar incluyen el entrenamiento de biorretroalimentación, en el que los pacientes aprenden gradualmente a tensar los músculos de la vejiga. Los medicamentos también pueden ayudar. La cirugía, que incluye un procedimiento para restaurar el soporte de los músculos del suelo pélvico, es otra opción. Los ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, llamados ejercicios de Kegel, pueden ayudar. Se trata de contraer repetidamente los músculos del suelo pélvico durante unos segundos y repetir el ejercicio varias veces al día.

Algunas medidas de sentido común también pueden ayudar. Evitar el consumo de bebidas que contengan cafeína y alcohol, que incitan al cuerpo a orinar. Se recomienda reducir el consumo de líquidos antes de acostarse. Sin embargo, algunas personas con vejiga hiperactiva pueden tomar esta medida y seguir teniendo problemas.

Las molestias e inconvenientes asociados a la vejiga hiperactiva suelen poder reducirse. Aunque las personas pueden ser reacias a hablar de este problema con su médico, hacerlo puede ayudarles a recuperar su calidad de vida.

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