Consejos para perder peso para padres ocupados

El mejor plan de pérdida de peso para padres ocupados

Por Tony Rehagen Este artículo pertenece al archivo de artículos médicos

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El despertador suena a las 6 de la mañana, el tiempo justo para salir con los niños por la puerta. Pasas 8 horas en el trabajo (incluyendo 5 minutos para comer), y luego te apresuras a llevar a los niños al colegio y a asegurarte de que los deberes están hechos. Tal vez remates el día con un paseo por el autoservicio a la hora de cenar. Una vez que los niños se van a la cama, te subes a la báscula y ves que tu peso sube lentamente mientras tu nivel de energía va en dirección contraria.

No tiene por qué ser así. Algunos pequeños cambios que puede realizar a lo largo del día le ayudarán a conseguir un peso saludable sin alterar su agenda. ¿Y lo que es mejor? Tendrás la oportunidad de mostrar a tus hijos que siempre hay tiempo para tomar decisiones saludables.

Ataca la grasa a primera hora de la mañana

A los científicos les ha costado demostrar una relación clara entre el desayuno y el adelgazamiento. Algunos estudios han descubierto que las personas que desayunan por la mañana sí pierden peso, y otros dicen que no hay diferencia.

Pero hay una razón por la que el desayuno se ha ganado el título de "comida más importante". Puede ayudarte a tomar decisiones más saludables más adelante en el día. Si te lo saltas y te mueres de hambre a la hora de comer, es más difícil que elijas esa ensalada en lugar de una hamburguesa con queso. Además, si se consume energía temprano, se tiene más tiempo para quemarla durante el día.

"El desayuno debería ser la comida más importante", dice el doctor John Meigs Jr., presidente electo de la Academia Americana de Médicos de Familia. "Cuando cargas calorías al final del día, no tienes tiempo de quemarlas. Cuando te vas a la cama con el estómago lleno, todo se acumula en un almacén llamado grasa. No duermes bien y luego no funcionas bien al día siguiente".

Sin embargo, hay que comer lo adecuado. Los donuts en polvo y un refresco de dieta no ayudarán. Puedes reunir algo saludable sin importar el tiempo que tengas:

  • Si tienes tiempo: Revuelve unos huevos y sírvelos con bacon de pavo, fruta y tostadas de trigo integrales.

  • Si tienes prisa: Tuesta unos panecillos ingleses para hacer sándwiches de jamón y queso bajos en grasa. Prepara tacos de desayuno con tortillas de maíz. O cubre los cereales sin azúcar con algo de fruta.

  • Si sales corriendo por la puerta: Calienta unos huevos en el microondas, tuesta un gofre congelado de grano entero o incluso los sándwiches de mantequilla de cacahuete te servirán en caso de apuro. O al menos coge un plátano.

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Desafíate a ti mismo y a tu familia

Que tú y tu familia paséis los días de la semana separados no significa que no podáis estar activos juntos. "Invierte en podómetros", dice Meigs. "Compara los resultados al final del día. 'Yo he dado mis 10.000 pasos. ¿Y tú?".

Una vez que hayas lanzado el reto del seguimiento de pasos, rellena tus propias cifras alcanzando los 30 minutos de actividad física recomendados a lo largo de la jornada laboral:

  • Cuando llegues al trabajo, aparca al final del aparcamiento y camina.

  • Suba por las escaleras en lugar de por el ascensor o las escaleras mecánicas.

  • Lleva tu almuerzo. Es más sano y se tarda menos que en hacer cola para la comida para llevar. Así tendrás tiempo para dar un paseo rápido o quizá incluso para ir al gimnasio.

Saltarse el entrenamiento de fútbol

Sí, has leído bien.

Meigs dice que aunque los deportes de equipo son buenos para los niños, a veces también pueden crear estrés por la presión de los compañeros... y de los padres. "No estoy en contra de las ligas deportivas organizadas", dice Meigs. "Pero a veces tendemos a exagerar, a sobreestructurar. Los niños necesitan tiempo de juego no estructurado". Además, mientras tu hijo está ahí fuera persiguiendo un balón de fútbol, tú estás sentado en tu trasero.

En lugar de añadir otro deporte a tu agenda familiar, dedica algunas tardes y fines de semana a hacer excursiones en familia, a montar en bicicleta o simplemente a ir al parque en familia. Y si te encuentras esperando en el entrenamiento de fútbol, considéralo también como una oportunidad para ponerte en movimiento, por ejemplo, con un paseo o un trote alrededor del campo.

La cena: La segunda comida más importante

Lo que se cena es importante, por supuesto, pero también lo es cómo se come. Meigs subraya la importancia de dedicar tiempo a una tradición largamente olvidada: cenar juntos en la mesa familiar.

"No sólo es mejor la nutrición de una comida casera, sino que hay una mayor cohesión en la familia", dice.

Si te tomas el tiempo para dejar el tenedor y hablar con la familia, dice Meigs, estás comiendo más despacio, dándote más tiempo para sentirte lleno, y quizás comiendo menos. Mientras tanto, puedes enterarte de lo que les pasa a tus hijos, lo bueno y lo malo.

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Dormir un poco

Al igual que tus hijos, necesitas descansar para estar preparado para el día siguiente. Es decir, de 7 a 9 horas de sueño cada noche. "Cuando duermes lo suficiente, funcionas mejor, tus niveles de estrés son mejores", dice Meigs.

Y si duermes lo suficiente, es más probable que tengas más energía al día siguiente. Podrías aprovecharla para vencer al despertador y salir a la cinta de correr durante 15 minutos o preparar un almuerzo saludable antes de salir por la puerta. Incluso los pequeños cambios pueden suponer una gran diferencia para ti y tu familia.

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