Comer sano mientras se aísla con el cáncer

Por John Donovan

Para los enfermos de cáncer -especialmente para los que están en tratamiento y aislados- comer bien es crucial. Una buena dieta puede ayudarle a mantenerse fuerte y a sentirse mejor. Los buenos alimentos también te dan más energía. Eso puede hacer que se recupere más rápidamente.

Un estilo de vida saludable puede ayudarle a mantener su peso y evitar los efectos secundarios del tratamiento. Puede reducir las posibilidades de infección.

No siempre es fácil encontrar y mantener los alimentos adecuados al alcance de la mano mientras estás atrapado en la recuperación. Sigue estos consejos.

Lo importante

Tu dieta debe estar llena de alimentos diseñados para dar a tu cuerpo los nutrientes que necesita para combatir la enfermedad y mantenerse fuerte durante el tratamiento. Por ejemplo:

Líquidos. Debes beber ocho vasos de 8 onzas de líquido al día para dar a tus células todos los fluidos que necesitan para funcionar correctamente. El agua es estupenda, pero los líquidos de otras bebidas (y alimentos como la sopa y el caldo) también cuentan.

Proteínas. Después de la cirugía, la quimioterapia u otros tratamientos, las personas que luchan contra el cáncer suelen necesitar más proteínas para reparar su cuerpo y combatir las infecciones. Ambas cosas pueden ser especialmente importantes durante la pandemia de COVID-19. Las principales fuentes de proteínas son las carnes (carne roja magra, aves de corral, pescado) y los huevos. Pero no olvides las alubias, las lentejas y la soja.

Grasas. A pesar de la mala prensa que puedan tener, las grasas tienen su lugar en una dieta saludable. Proporcionan la energía que tanto se necesita. También ayudan a que las vitaminas pasen por la sangre. Hay grasas que son totalmente malas -evita las grasas trans- y otras grasas (como las saturadas que se encuentran en la carne, las aves y los lácteos) que pueden aumentar el colesterol, así que ten cuidado.

Hidratos de carbono. Cuando se tiene cáncer, se necesita toda la energía posible. Una de las principales fuentes de energía del cuerpo son los hidratos de carbono. Las frutas, las verduras y los cereales integrales proporcionan carbohidratos. La leche y los productos lácteos también lo hacen. Todos ellos pueden ser ricos en vitaminas, minerales y fibra.

Vitaminas. Puedes obtener la mayoría de las vitaminas y minerales a través de una dieta buena y equilibrada, rica en frutas y verduras. Las vitaminas A, D, C y E, entre otras, ayudan a mantener sano tu sistema inmunitario. Los minerales como el zinc pueden ayudarte a combatir las bacterias y los virus. Todos ellos son especialmente importantes durante la pandemia de COVID-19. Si no estás consumiendo lo suficiente, habla con tu médico sobre cómo puedes obtener lo que necesitas.

Qué pasa si no tengo ganas de comer?

A veces, las personas que están pasando por un tratamiento contra el cáncer pueden tener problemas de apetito. Pero su cuerpo necesita energía para funcionar, incluso mientras se autoaísla. La comida es la forma de obtener esa energía. Si te resulta difícil comer lo suficiente:

  • Prueba a hacer comidas más pequeñas, pero en mayor cantidad.

  • Ten a mano los tentempiés.

  • Limitar la cantidad de bebida durante las comidas (para evitar la sensación de saciedad).

  • Apuesta por los alimentos ricos en calorías.

  • Manténgase en contacto con su médico o dietista.

Alimentos a utilizar

Si te estás autoaislando durante los tratamientos contra el cáncer o después, puede ser difícil hacerte con los alimentos adecuados para mantener esa dieta saludable.

Una reserva de emergencia de agua embotellada puede ser útil. Si el agua es demasiado aburrida, añádele algo de sabor con un trozo de limón o lima. Recuerda que hay otros líquidos además del agua. La leche, el zumo y el té cuentan. Incluso los refrescos. Las verduras también cuentan; algunas son casi todo agua. Pero para una bebida sin cafeína y sin calorías, el agua es la mejor opción.

Abastécete de alimentos como judías secas, semillas o frutos secos. Tienen una larga vida útil y pueden ser ricos en proteínas. La carne fresca y los huevos pueden ser imposibles de almacenar durante mucho tiempo, así que estos pueden darle un empujón de proteínas sin demasiados viajes a la tienda.

Las grasas insaturadas son buenas para ti. Puedes encontrarlas en algunos aceites (oliva, canola) y en algunos mariscos, frutos secos y semillas. Y duran mucho tiempo en una estantería de la despensa.

Las verduras congeladas suelen aportar tantas vitaminas -a veces más- que las frescas. Las frutas y verduras frescas son difíciles de conservar durante mucho tiempo, así que mantén el congelador abastecido.

La pasta y el arroz duran mucho tiempo en la estantería y proporcionan los carbohidratos necesarios para mantener la energía. Los cereales para el desayuno son buenos para almacenar; busca los fortificados con vitaminas y hechos con granos integrales orgánicos. Otros alimentos de la despensa que te mantendrán lleno de carbohidratos son las patatas y la avena.

Recuerda que tus necesidades dietéticas son únicas. Un médico o un dietista certificado pueden ayudarte a seguir el camino correcto de la alimentación.

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