Por qué las espinacas son buenas para mí?
Por qué la salud es buena para mí?
De los archivos del médico
Por Keri Glassman, MS, RD, CDN
Qué es
Oh, vamos. Es imposible escribir sobre las espinacas sin evocar imágenes de Popeye. Mientras que las espinacas que el famoso personaje de los dibujos animados bebía frías -directas de una lata- pueden dar asco, las delicadas y tiernas hojas de espinaca hacen una buena ensalada y se marchitan maravillosamente en un salteado. La espinaca es una hoja a la que le gusta crecer en climas frescos y suelos húmedos. La mayor parte de las espinacas que se cultivan en Estados Unidos proceden de Texas y California y se recogen a mano, hoja por hoja.
Los datos sucios
Te recomiendo que comas dos tazas de verduras de hoja oscura cada día. Dos tazas de espinacas, con sólo 14 calorías, ofrecen más del 100 por ciento de sus necesidades diarias de vitamina A, aproximadamente el 30 por ciento de su cantidad diaria recomendada de folato y vitamina C, y una gran cantidad de vitamina K.
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La vitamina K de las espinacas fortalece tus huesos al inhibir los osteoclastos (células que descomponen los huesos) y promover la osteocalcina (una proteína que estabiliza el calcio en los huesos).
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Cada pequeña hoja de espinaca contiene componentes -como la clorofila y los carotenoides beta caroteno, luteína y zeaxantina- que fortalecen la vista y el sistema inmunológico.
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Las espinacas, aunque son maravillosas en muchos sentidos, pueden ser duras para los riñones y el hígado si eres susceptible de padecer cálculos, gota o enfermedades en esos órganos. En concreto, el alto nivel de oxalato de las espinacas puede provocar la formación de cristales en la orina que son difíciles de eliminar.
Cómo comer bien
Yo diría que necesitas tener siempre a mano tanto espinacas frescas como congeladas. Utiliza las frescas en zumos verdes, ensaladas y platos salteados, y las congeladas en quiches, salsas, sopas y batidos.
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Las espinacas frescas son mejores cuando se comen, bueno... frescas. Pero si las guardas bien, deberían durar una semana.
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Las espinacas congeladas pueden descongelarse en el fregadero (en un colador, durante unas horas) o en el frigorífico (en un bol, toda la noche) y luego exprimirlas para que suelten la humedad sobrante.
En el saber
Eres de los que se atragantan con las verduras si es necesario, pero las evitan cuando pueden? Puedes empezar a tomar más verduras con las espinacas. Las versiones frescas y congeladas son súper fáciles de comer si las echas en tu sopa, mezcla de albóndigas, relleno de burritos o salteados. Añade a tus espinacas un poco de salsa, shoyu o el condimento que prefieras y disfruta de sus beneficios, sin sentirte como Bluto después de una ronda con Popeye.