La diabetes y el ejercicio físico: ¿Qué te detiene?

El ejercicio hace muchas cosas buenas cuando se tiene diabetes. Reduce los niveles de azúcar en sangre, puede aliviar el estrés y le ayuda a perder peso. Entonces, ¿qué es lo que le impide hacerlo?

He aquí un vistazo a seis obstáculos comunes y cómo superarlos y ponerse en marcha.

1. No tengo tiempo para hacer ejercicio.

Lo ideal es que te muevas a un ritmo que haga subir tu ritmo cardíaco y te haga sudar durante 30 minutos la mayoría de los días de la semana. Pero si estás liado con el trabajo, la escuela o las actividades familiares, busca pequeños huecos de tiempo siempre que puedas.

Aparca más lejos en el aparcamiento. Sube por las escaleras en lugar de utilizar el ascensor. Pasea por el campo mientras los niños están en el entrenamiento de fútbol.

Sé creativo para hacer ejercicio. Los pequeños momentos de movimiento se suman a un estilo de vida más activo.

2. No sé qué ejercicios hacer.

No necesitas apuntarte a un gimnasio ni buscar un entrenador personal. Empieza simplemente saliendo a caminar. Empieza con un paseo de 5 minutos y ve aumentando poco a poco.

También puedes encontrar vídeos gratuitos de ejercicios en Internet. O bien, únete a una clase de ejercicios en una iglesia o centro comunitario.

3. Hace demasiado frío/calor/lluvia/lo que sea.

4. ¿Quién dice que tienes que salir a la calle? Da vueltas en tu casa, o sube y baja las escaleras. Juega a un videojuego activo como el Wii Fit. Pon algo de música y baila. Ve al centro comercial, o busca un instituto o un YMCA con una pista cubierta, y camina con comodidad.

4. Duele hacer ejercicio.

Acude a tu médico para encontrar el origen de tu dolor. Asegúrate de que no tienes un problema que necesite tratamiento.

Si te dan el visto bueno para empezar a hacer ejercicio, prueba con ejercicios sin impacto como la natación, el ciclismo y el uso de máquinas elípticas. Busca vídeos de ejercicios hechos para personas que tienen dolor.

5. No puedo seguir con ello.

Consigue un compañero de ejercicio para que camine contigo, o tomad clases de fitness juntos. Cuando otra persona cuente contigo para salir de excursión, hacer ejercicio o montar en bicicleta, será menos probable que pongas una excusa. Los dos os mantendréis en el camino, y no querréis defraudar al otro.

6. No tengo ganas.

A veces, el mero hecho de saber que el ejercicio te ayuda a combatir la diabetes no es suficiente para levantarte del sofá. Así que busca alguna otra razón para ponerte en movimiento.

Quieres estar estupenda en traje de baño durante las vacaciones? ¿Quiere sentirse lo suficientemente bien como para bailar en una boda?

Piensa también en una recompensa no alimentaria, como un masaje o una película, y date un capricho cuando hayas hecho ejercicio todos los días durante una semana.

Hot