Cómo la diabetes puede agravar los problemas comunes de la piel

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Cuando se tiene diabetes, hay que tener un cuidado especial con la piel, ya que puede verse afectada por la enfermedad de forma inesperada. 

Aquí tienes ayuda para varios problemas, desde el picor y la sequedad hasta las arrugas.

Piel seca

Si tienes la piel seca, la diabetes puede empeorarla. La piel también puede resecarse si los nervios, especialmente los de las piernas y los pies, no reciben el mensaje de mantener la piel suave y húmeda. La piel seca puede enrojecerse y doler. Dado que puede lesionarse con facilidad y tener más dificultades para curarse, utiliza a menudo una loción hidratante.

El tiempo seco o las temperaturas muy cálidas o frías también resecan la piel. El invierno es especialmente arriesgado para las personas con diabetes, dice el doctor Fred Williams, endocrinólogo clínico de Louisville, KY. "La humedad es menor, y la piel y los talones pueden pelarse o agrietarse", dice.

Los gérmenes pueden entrar por las grietas de la piel seca. Una infección puede propagarse rápidamente, dice.

Heridas e infecciones menores

Sé vigilante y proactivo para proteger tu piel.

"Revisa tu cuerpo en busca de pequeñas heridas todos los días, especialmente en la planta de los pies, donde puede que no sientas o notes un corte o raspadura", dice Williams.

Si su diabetes no está bien controlada, el tratamiento de las heridas es aún más importante. "Las personas que no alcanzan sus objetivos de glucosa [azúcar en sangre] tienen una peor cicatrización de las heridas. Corren un mayor riesgo de sufrir infecciones cutáneas", afirma.

Las bacterias, como los estafilococos, y los hongos, como las levaduras, adoran los niveles altos de azúcar en sangre. Los niveles altos también hacen que las células inmunitarias que luchan contra la infección sean más lentas. Les resulta más difícil defenderse de las infecciones que a las personas que controlan bien su nivel de azúcar en sangre.

Por eso debes vigilar y tratar cuidadosamente el acné, las quemaduras por afeitado u otros pequeños rasguños, arañazos y cortes. Incluso los más pequeños pueden curarse lentamente. La diabetes provoca un flujo sanguíneo deficiente y una curación más lenta, lo que puede convertir un pequeño corte en un peligroso riesgo de infección.

Ronnie Oller, de 67 años, tiene diabetes de tipo 1 y neuropatía, una complicación de la diabetes que le hace tener poca sensibilidad en brazos y piernas.

"Así que puede que ni siquiera note una herida", dice. "Ni siquiera sé el dolor que puedo tener".

Como su riesgo de infección es muy alto si se le abre cualquier hueco en la piel, dice que es súper cuidadosa.

"Si se rompe un vaso en la cocina, no se me permite volver a entrar en la casa hasta que se haya barrido todo", dice.

Ese tipo de precaución es importante para muchas personas con diabetes. Si no se cuida bien una afección menor de la piel, puede convertirse en un problema grave con consecuencias serias (como una infección muy grave o la necesidad de extirpar quirúrgicamente una parte o la totalidad de una extremidad).

Oller ha perdido dos uñas del pulgar y tres del pie tras sufrir infecciones por pequeños cortes. "Si tienes diabetes, tienes que tener mucho cuidado", dice.

 

Piel extra

Tiene piel de más? Eso puede ser común cuando se tiene diabetes. La insulina actúa como una hormona del crecimiento, provocando el crecimiento de papilomas en la piel, así como rubeosis (cara roja), rosácea y piel amarilla.

Si notas cambios en tu piel, comunícaselo a tu médico.

Arrugas y aspecto de la piel

Las líneas finas y las arrugas pueden verse peor cuando se tiene diabetes. La enfermedad puede tener un efecto de sequedad. Eso succiona la humedad, y la piel pierde parte de su plenitud, haciendo que las arrugas parezcan más profundas. Además, a veces la diabetes puede hacer que los vasos sanguíneos sean más visibles y provocar manchas en la piel.

¿La mejor manera de evitarlo? Mantener el azúcar en sangre bajo control.

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