La colitis ulcerosa no es una enfermedad común, pero afecta a muchas personas. Se cree que alrededor de un millón de personas en EE.UU. padecen este tipo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Es tres veces más frecuente que la enfermedad de Crohn, el otro tipo principal de EII. Y los expertos afirman que el número de casos de CU, junto con la EII en su conjunto, parece ir en aumento.
La CU se produce cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada, provocando inflamación y úlceras en el revestimiento del intestino grueso (colon). No está claro qué causa exactamente este proceso, pero los científicos creen que ciertas cosas -como la edad, el lugar donde se vive y los genes- pueden hacer que uno sea más propenso a la CU.
La colitis ulcerosa es genética?
Uno de los mayores factores de riesgo de la CU y la enfermedad de Crohn son los antecedentes familiares de la enfermedad.
Entre el 10% y el 25% de las personas diagnosticadas de CU tienen un padre o un hermano con EII. La probabilidad de desarrollar algún tipo de EII es de cuatro a ocho veces mayor si se tiene un pariente cercano con la enfermedad.
Los investigadores han encontrado cambios, o variantes, en varios genes que creen que están relacionados con la CU. Según la teoría, estas variantes pueden hacer que el sistema inmunitario reaccione de forma exagerada ante las bacterias normales del intestino o afectar a la barrera protectora del revestimiento intestinal.
Afectan el sexo y la edad al riesgo de padecer colitis ulcerosa?
Se puede padecer CU a cualquier edad. Pero lo más habitual es que empiece cuando se tiene entre 15 y 30 años. Después, las personas de 50 a 70 años son las más propensas a desarrollarla.
Una investigación realizada en Norteamérica reveló que los hombres tienen una probabilidad ligeramente mayor que las mujeres de padecer CU. Los hombres también tienen más probabilidades de ser diagnosticados más tarde, entre los 50 y los 60 años.
Los diagnósticos en personas mayores de 65 años están aumentando. Los investigadores creen que esto se debe tanto al aumento de los casos de CU como al envejecimiento de la población. Entre el 25% y el 35% de las personas con EII tienen 60 años o más, y alrededor del 15% de ellas fueron diagnosticadas más tarde.
Algunas investigaciones han revelado que las personas mayores tienen más probabilidades de someterse a una intervención quirúrgica para tratar su CU que las personas más jóvenes con esta enfermedad. Es menos probable que tomen medicamentos inmunomoduladores (los que calman un sistema inmunitario hiperactivo). Esto puede deberse a que tienen otras enfermedades y toman otros medicamentos que podrían interactuar con los inmunomoduladores.
Su raza o etnia aumenta el riesgo?
Las personas de raza blanca son diagnosticadas con más frecuencia de CU que las de ascendencia africana o asiática. Y la enfermedad es de tres a seis veces más frecuente en personas de origen judío que en otros grupos.
Pero la EII se está diagnosticando con más frecuencia en personas negras, asiáticas e hispanas que en años anteriores. No está claro si esto significa que la EII se está volviendo más común en estas poblaciones, o si refleja diferencias en la frecuencia con que los médicos la diagnostican.
Hay vínculos geográficos con la incidencia de la colitis ulcerosa?
Todos los tipos de EII se dan con mayor frecuencia en las naciones industrializadas. En particular, América del Norte y el norte de Europa tienen las tasas más altas de CU.
Pero los expertos afirman que la EII se está convirtiendo cada vez más en una enfermedad global. Algunos creen que una dieta o un estilo de vida occidentalizados pueden ser responsables, al menos en parte, de desencadenar los síntomas de la EII.
También se cree que la CU es más común en las ciudades que en las zonas rurales.
La enfermedad parece ser más común en países con sistemas de saneamiento avanzados, lo que podría significar que una menor exposición a las bacterias aumenta su riesgo.
Pueden los medicamentos aumentar el riesgo de desarrollar colitis ulcerosa?
Tomar varios cursos de antibióticos, especialmente los de amplio espectro que actúan sobre diferentes tipos de bacterias, puede aumentar el riesgo de padecer tanto CU como Crohn. Esto podría deberse a que los antibióticos pueden afectar al delicado equilibrio de las bacterias del intestino, conocido como microbioma.
Algunas investigaciones han sugerido que tomar píldoras anticonceptivas podría aumentar el riesgo de padecer CU en un 30% si se es genéticamente propenso a la enfermedad. Pero se necesitan más estudios al respecto.
Si tiene CU, es posible que su médico le advierta de que tomar aspirina o antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno y el naproxeno, podría empeorar sus síntomas. Pero no se cree que estos medicamentos aumenten el riesgo de padecer CU.
Una cosa que podría reducir el riesgo de padecer CU? La extirpación del apéndice antes de los 20 años a causa de una inflamación (aunque en realidad esto aumenta las probabilidades de padecer la enfermedad de Crohn). No está claro por qué ocurre esto. Pero los científicos teorizan que tu apéndice puede tener un impacto en tu sistema inmunológico.
¿Influye el entorno?
Los expertos creen que, cuando tus genes te ponen en riesgo de padecer CU, la enfermedad podría ser desencadenada por algo en tu entorno, como una bacteria o un virus. La idea es que este desencadenante active tu sistema inmunitario, lo que provoca la inflamación de la CU. Se cree que las infecciones intestinales y los cambios en el microbioma intestinal son desencadenantes importantes de la CU.
Los estudios también han demostrado que el riesgo de padecer CU es mayor cuando se deja de fumar. (Aunque los peligros del tabaco superan con creces este riesgo).
Aunque los resultados no son concluyentes, los investigadores han analizado otras cosas que podrían aumentar las probabilidades de padecer CU o empeorar los síntomas en las personas que ya la padecen. Entre ellas se encuentran:
-
Contaminación del aire
-
Dietas ricas en azúcares y grasas y bajas en fibra
-
Consumo de leche
-
Niveles bajos de vitaminas A y E
-
Estrés