Nueva Zelanda aborda el cambio climático con un impuesto sobre los eructos de las vacas
Por Maya Davis
10 de junio de 2022 - Un proyecto de propuesta en Nueva Zelanda pretende hacer frente a las emisiones de metano vinculadas al calentamiento global, un eructo de vaca y oveja a la vez. Si el plan se aprueba, el país se convertiría en el primero en cobrar a los ganaderos por las emisiones de metano que emana su ganado.
"No cabe duda de que tenemos que reducir la cantidad de metano que emitimos a la atmósfera, y un sistema eficaz de fijación de precios de las emisiones para la agricultura desempeñará un papel fundamental para lograrlo", explicó a BBC News el ministro neozelandés de Cambio Climático, James Shaw.
La resolución de Nueva Zelanda se enmarca en un contexto de creciente preocupación mundial por las emisiones de metano y de crecientes críticas por la inacción del país en el pasado para hacer frente a la participación del sector agrícola en el calentamiento global.
La ciencia del eructo de la vaca explicada
Aunque estos dóciles animales no parecen una amenaza global, son prolíficos en cuanto a sus emisiones de metano.
Las vacas y las ovejas pertenecen a una clase de mamíferos conocidos como rumiantes porque tienen estómagos separados en compartimentos, el mayor de los cuales es el rumen. La cámara del rumen está poblada por una comunidad de microbios que ayudan a descomponer la celulosa vegetal fibrosa que los animales no pueden digerir.
Este proceso, conocido como fermentación entérica, libera dióxido de carbono y metano a la atmósfera cada vez que una de las bestias eructa, lo cual es bastante frecuente.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, los eructos de los bovinos son responsables de aproximadamente el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la actividad humana. Cada uno de los 1.400 millones de vacas del mundo eructa hasta 500 litros de metano al día. En Australia, los animales de granja son responsables de hasta la mitad de las emisiones de metano del país.
Los científicos del clima están interesados en contener el dióxido de carbono y el metano, los dos gases de efecto invernadero más comunes. El metano es 80 veces más potente en el calentamiento global que el dióxido de carbono, y el metano atmosférico prolifera más rápido que nunca, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
Un impuesto sobre el gas animal
La propuesta de Nueva Zelanda comenzaría a gravar los eructos del ganado en 2025, al tiempo que ofrecería incentivos para reducir las emisiones alimentando a los animales de granja con una dieta especial y plantando árboles para compensar su contaminación. Los ingresos fiscales que se recauden se reinvertirían en investigación y servicios de apoyo a las explotaciones.
Otras estrategias para limpiar el aire incluyen máscaras faciales para las vacas que atrapan y convierten el metano en agua y dióxido de carbono, un método que reduce las emisiones en más de un 50% según Zelp, la empresa que inventó el artilugio. Algunos ganaderos ya están experimentando con piensos elaborados con algas marinas. Y los científicos están retocando la genética de las vacas para aumentar su eficiencia digestiva.
La propuesta podría suponer el mayor trastorno normativo para la agricultura desde la supresión de las subvenciones agrícolas en la década de 1980, según declaró a Reuters Susan Kilsby, economista agrícola del banco ANZ.
La decisión final sobre el plan se espera para finales de año, dijo.